El sector agrícola de Costa Rica emite alrededor del 27% de los gases de efecto invernadero del país.
Con el objetivo de acelerar la transición hacia una economía baja en carbono en Costa Rica, Naciones Unidas junto al Poder Ejecutivo lanzaron un programa que impulsa una Estrategia Nacional de Biometano para una transición energética justa.
Esta iniciativa es liderada por la Oficina del Primer Vicepresidente, el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), la Asociación Costarricense de Biogas (Asobiogas), y las agencias de Naciones Unidas: Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (Onudi) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en colaboración con el Fondo Conjunto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDG Fund).
El proyecto tendrá una inversión de más de 200 millones de colones e impulsará un marco regulatorio y financiero que permita el desarrollo sostenible del sector de biometano, con un enfoque especial en la inclusión de las mujeres y poblaciones en condición de vulnerabilidad.
El programa cuenta con la participación activa de actores públicos y privados. Además, las partes indicaron que se dio el desarrollo de mecanismos de consulta con diversos sectores para garantizar un enfoque inclusivo y equitativo en la transición energética.
El vicepresidente de la República, Stephan Brunner Neibig, comentó que el sector agrícola de Costa Rica emite alrededor del 27% de los gases de efecto invernadero del país, principalmente por los residuos de productos de exportación como café, banano, piña y caña de azúcar.
Una solución clave es aprovechar esos residuos para producir biogás y biometano, lo cual no solo reduciría las emisiones, sino que también ayudaría a resolver el problema del diésel en nuestra matriz energética. Esta es la belleza de este proyecto: abordar dos grandes desafíos con una sola solución”.
Desafíos para la descarbonización
Costa Rica enfrenta varios desafíos críticos en su camino hacia la descarbonización entre ellos:
- La dependencia de recursos energéticos no renovables.
- Las emisiones del sector transporte.
- La generación de residuos agrícolas, especialmente de la industria piñera.
- La falta de mecanismos financieros para fomentar la transición energética.
Para abordar estos problemas, el programa se construye en dos pilares fundamentales. El primero es el desarrollo del marco regulatorio, que contempla la creación de la “Estrategia Nacional de Biometano” para apoyar el Plan de Descarbonización del país, la implementación de un marco regulatorio que fomente la transición del transporte de carga de combustibles fósiles a biometano, y el fortalecimiento de la infraestructura de calidad del biogás, promoviendo además una mayor participación de las mujeres en el sector.
El segundo pilar se centra en crear herramientas financieras. Esto incluye un fondo para apoyar proyectos ambientales que fomenten la inversión privada en energía limpia. También se establecerá una garantía financiera para reducir riesgos en proyectos de biogás, priorizando a empresas que promuevan la igualdad de género.
Allegra Baiochhi, coordinadora residente de Naciones Unidas en Costa Rica, comentó:
En los últimos años, hemos sido testigos de importantes transformaciones y avances. El fondo está especialmente enfocado en apoyar proyectos y programas que faciliten estas transiciones. Nos complace profundamente estar hoy hablando sobre la transición energética".
El proyecto pretende fortalecer la transición energética de Costa Rica y servir como modelo para otros países de América Latina que buscan desarrollar estrategias similares.
Además, indicaron que la colaboración con entidades financieras como el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y organismos multilaterales permitirá ampliar las oportunidades de inversión y expansión de proyectos sostenibles.