Trump fue investigado por intentar revertir su derrota electoral de 2020 y por el mal manejo de documentos clasificados.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció el lunes el despido de más de una docena de empleados que participaron en investigaciones penales contra el presidente Donald Trump.
Los despidos, dirigidos a fiscales que trabajaron bajo el fiscal especial Jack Smith, representan una ruptura con las normas tradicionales del Departamento de Justicia, donde los fiscales de carrera suelen conservar sus puestos a través de los cambios de administración. Los ceses de empleo son efectivos de inmediato.
"Hoy, el fiscal general interino James McHenry puso fin al empleo de varios funcionarios del DOJ que desempeñaron un papel significativo en los casos contra el presidente Trump”, señaló un comunicado del Departamento de Justicia. “A la luz de sus acciones, el fiscal general interino no confía en que estos funcionarios puedan ayudar a implementar fielmente la agenda del presidente. Esta acción es coherente con la misión de terminar con la politización del gobierno”.
El anuncio llega pocos días después de que Trump asumiera la presidencia y otorgara indultos masivos a más de 1500 personas involucradas en el autointento de golpe de Estado y asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, incluidas figuras clave de grupos extremistas condenadas por delitos violentos.
El fiscal especial Jack Smith, quien lideró las investigaciones sobre la interferencia electoral de Trump en 2020 y el manejo de documentos clasificados en su residencia de Mar-a-Lago, renunció a principios de mes tras completar un informe de dos volúmenes sobre estos casos. Ambos casos fueron retirados tras la victoria presidencial de Trump en noviembre, en línea con la política del Departamento de Justicia de no procesar a presidentes en funciones.
No se ha revelado cuántos fiscales que trabajaron en las investigaciones siguen empleados en el departamento ni si los despedidos planean impugnar la decisión alegando la violación de protecciones laborales federales.
Pam Bondi, nominada por Trump como nueva fiscal general, declaró durante su audiencia de confirmación que evitaría politizar el Departamento de Justicia, aunque no descartó posibles investigaciones contra adversarios del mandatario, incluido el propio Smith.