Grecia, un cantón de la zona de Occidente en la provincia de Alajuela, principalmente ha basado su economía en la agricultura, especialmente en el cultivo de café y caña de azúcar, así como en sus conocidas ventas de carros. Sin embargo, en los últimos años, este cantón, situado fuera del Gran Área Metropolitana (GAM), ha comenzado a transformarse en uno de los puntos de mayor crecimiento económico de Costa Rica, gracias a que se estan instalando zonas francas en la región.

Tradicionalmente, Grecia ha sido un "cantón dormitorio", donde muchos de sus habitantes se ven obligados a desplazarse largas distancias para llegar a sus puestos de trabajo. Esta situación podría cambiar con la llegada de zonas francas como Evolution Free Zone y Green Valley, que están reemplazando los antiguos campos de caña de azúcar con modernas instalaciones industriales que prometen generar miles de puestos de trabajo.

Donde antes predominaba la actividad agrícola, ahora surge un nuevo panorama económico basado en la tecnología, la innovación y la manufactura avanzada, lo que está impulsando a Grecia a convertirse en un polo de desarrollo fuera del Gran Área Metropolitana. Esta transformación no solo mejora la calidad de vida de los habitantes del cantón, sino que también posiciona a Grecia como un ejemplo a seguir para replicar este modelo en otras zonas rurales de Costa Rica.

Uno de los ejemplos más destacados de este cambio es la inversión de la multinacional Johnson & Johnson (J&J), que ha anunciado la construcción de una planta de manufactura de dispositivos médicos en Grecia. Este proyecto, que generará aproximadamente 3.000 empleos, ha sido descrito como la "inversión más grande" de J&J MedTech fuera de los Estados Unidos. Con 19.000 metros cuadrados de instalaciones, la planta se convertirá en un hito clave para el crecimiento del cantón.

El éxito de Grecia no es casualidad. La disponibilidad de una fuerza laboral bilingüe y capacitada, su ubicación estratégica cerca del Aeropuerto Juan Santamaría y del Puerto de Caldera, así como las condiciones favorables para la inversión extranjera, han sido factores determinantes para atraer a empresas de alta tecnología y manufactura avanzada. Las zonas francas no solo están creando oportunidades de empleo, sino que también están ayudando a Grecia a posicionarse como un punto estratégico para la inversión fuera del GAM.

Este desarrollo está marcando una diferencia significativa para la población local, en la cual muchos pobladores ya no necesitarán desplazarse para encontrar oportunidades laborales. Además, está creando un entorno más dinámico y diversificado en el cantón, atrayendo a nuevos habitantes, generando crecimiento urbano y mejorando la calidad de vida de la comunidad.

El caso de Grecia es un ejemplo claro de que la inversión extranjera directa no tiene que concentrarse únicamente en el GAM. Este cantón ha demostrado que, con las condiciones adecuadas, es posible atraer inversión extranjera directa (IED) a zonas rurales y generar empleos bien remunerados. Grecia rompe el paradigma de que la inversión extranjera solo puede ocurrir en las zonas urbanas, y ofrece una visión de lo que puede lograrse en otras regiones del país.

Costa Rica puede utilizar el ejemplo de Grecia como una estrategia de desarrollo económico y social para los cantones más alejados del GAM, principalmente los costeros, que han sido históricamente marginados. La inversión extranjera directa en zonas rurales no solo impulsa el crecimiento económico, sino que también contribuye a reducir la desigualdad regional y a llevar progreso a comunidades donde las oportunidades han sido escasas. Crear empleos de calidad en estas áreas es crucial para evitar que los jóvenes, sin muchas oportunidades, caigan en manos del crimen organizado. Replicar el éxito de Grecia es una vía para combatir los problemas sociales que afectan a las zonas más vulnerables de Costa Rica.

Para replicar el éxito de Grecia en otras regiones, es fundamental que el gobierno, la academia y la empresa privada trabajen juntos bajo el modelo de la "triple hélice". El gobierno debe continuar creando políticas favorables para la atracción de inversión extranjera, garantizando la infraestructura necesaria y un entorno de seguridad jurídica. La academia, por su parte, tiene el reto de formar y capacitar a la fuerza laboral que estas empresas demandan. Finalmente, el sector privado debe estar dispuesto a invertir en zonas fuera del GAM, reconociendo el potencial de estas áreas.

El caso de Grecia ilustra cómo la inversión extranjera directa, combinada con una fuerza laboral capacitada y un entorno propicio, puede transformar por completo el panorama económico y social de un cantón. Lo que alguna vez fue una comunidad predominantemente agrícola ha logrado posicionarse como un nuevo polo de desarrollo industrial y tecnológico fuera del GAM, creando empleos de calidad y mejorando la calidad de vida de sus habitantes. Este éxito no debe verse como un hecho aislado, sino como un modelo a seguir para replicar en otras zonas rurales del país que históricamente han carecido de oportunidades.

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