Con el paso de los años Costa Rica mediante sus instituciones públicas, al igual que otros países latinoamericanos, ha logrado proyectarse a nivel social de manera relevante. Un claro ejemplo de lo anterior es el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) institución que trabaja para resolver el problema de la pobreza extrema en el país. Para ello planea, dirige y controla un plan nacional haciendo uso, en primera instancia, de los recursos humanos y económicos puestos a su servicio por empresarios e instituciones del sector público, tanto nacional como extranjero e instancias religiosas.
Esta institución pública se ha consolidado como el principal eje promotor de desarrollo social brindando servicios de manera equitativa, inclusiva y solidaria para el desarrollo de la población en situación de pobreza extrema desde un abordaje integral del ser humano. Caracterizándose con los años por su valor de igualdad, equidad, solidaridad, innovación y transparencia. Al igual que otras instituciones de Costa Rica, tales como el Instituto Nacional de Vivienda y Urbanismo (INVU) que desde 1955 promueve el desarrollo de viviendas, a personas con capacidad de ahorro, brindando confianza y solidez para su inversión inmobiliaria, garantizada por años de experiencia, ofreciendo oportunidades de mejora en cuanto a la calidad de vida de las personas, proyectándose así como una de las tantas instituciones modelo en pro de la promoción social.
Al respecto Según Jiménez (2000) la promoción social está compuesta por una serie de conceptos, métodos y prácticas con el fin de lograr la integración de vastos sectores sociales a ciertos vectores del desarrollo del país. El término “promoción social” toma fuerza alrededor de los años 60 a partir del empeño de gobiernos latinoamericanos por combatir la pobreza e integrar a los marginados. Proporcionando así insumos para actividades productivas, promoviendo formas de seguridad social y brindando elementos claves para la identidad de las personas y su sentido de vida. Ordenando y regulando las interacciones entre los miembros de la sociedad, estableciendo normas, reglas y roles que guían el comportamiento de las personas y faciliten la sana convivencia.
No obstante, al respecto el Estado de la Nación ha venido contribuyendo con diversos estudios desde el análisis de información empírica en cuanto a los ingresos que reciben los programas de combate a la pobreza mediante el Fondo de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares. (FODESAF) principal fuente de financiamiento de estos programas. Sin embargo, se considera que los problemas que enfrentan los programas sociales son, precisamente, de gestión.
Lo cual es lamentable, pues si bien es cierto muchas instituciones principalmente públicas, han hecho un mal manejo de los recursos económicos, desviando estos fondos y privando así al más necesitado. De acuerdo con Marsh (2024) este mal manejo de fondos se debe a actos ilícitos cometidos por funcionarios y autoridades que abusan de su poder y realizan un mal uso de los recursos. Las diversas formas de corrupción varían, pero las más comunes son impunidad, sobornos, evasión fiscal, malversación, fraudes, tráfico de influencias, extorsiones, entre otras. La corrupción facilita los actos delictivos como el narcotráfico, el lavado de dinero, la prostitución ilegal entre otras.
Siendo la principal causa de corrupción la impunidad producto de una desigualdad social, en tanto que la riqueza se encuentra desproporcionadamente repartida y el poder se encuentra agrupado, lo anterior responde a la falta de valores éticos, morales o espirituales las personas que realizan este tipo de actos. Definitivamente esas personas carecen de dichos valores universales.
La falta de leyes, transparencia o inclusive el excesivo poder de discrecionalidad de los funcionarios públicos carentes de órganos supervisores en su actuación, favorecen la gestación de la corrupción. La ineficiencia de las administraciones resulta una de las primeras causas de corrupción, lo anterior, incita a una problemática en el sistema democrático costarricense debido a que amenaza la estabilidad política y produce una pérdida significativa de confianza del ciudadano hacia el gobierno y por ende a las instituciones públicas. Además, dificulta el ejercicio y disfrute de los derechos humanos, ya que resalta las desigualdades sociales al imposibilitar la disponibilidad y gestión de los recursos que el país dispone.
La corrupción según Marsh (2024) siempre ha existido y se presenta en mayor o menor escala y de manera unida al desarrollo sociopolítico y económico de los países, cuyas características y circunstancias llegan a incidir en las causas que la favorecen. La sociedad ve la corrupción como parte de la cultura. En algunos países forma parte de la vida y del desarrollo normal de las instituciones, lo cual produce tolerancia social hacia una cultura de ilegalidad generalizada o reducida
Sin la presencia de la corrupción en las instituciones públicas principalmente, estas podrían hacer un uso adecuado de los fondos recibidos. Cabe mencionar, que pese a la creación de la Ley contra la corrupción y el enriquecimiento ilícito en la función pública (Ley 8422) que contempla los delitos de falsedad en la declaración jurada de bienes propiedad de altos funcionarios públicos, servicios contratados, el sobreprecio irregular, el pago irregular de contratos administrativos, y el tráfico de influencias públicas.
Cabe señalar, que dicha realidad, no sólo ocurre en el sector público, lamentablemente se da también en el ámbito privado, a pesar de la existencia de héroes que tratan día con día de combatirla, con el fin de que sea erradicada y castigada según la ley. Sin embargo, los esfuerzos no en pocas ocasiones resultan inútiles, generando a nivel social desesperanza y decepción hacia las entidades públicas y privadas.
Por lo tanto, para frenar el esparcimiento de la corrupción es de vital importancia la creación de leyes más severas, procesos más exigentes y transparentes, tan sólo así desde la diversidad de empresas o instituciones públicas y privadas se puede promover a la ciudadanía a nivel social de manera justa, equitativa e integral. Así, se le devuelve al pueblo su rol protagónico, como aquel que toma en sus manos la democracia, participando, involucrándose desde su comunidad en distintos proyectos que le son de utilidad y beneficio tales como recreación, deporte, arte y educación primordialmente.
La promoción social es algo que debe implementarse más en Costa Rica, paso a paso, fomentándola a nivel empresarial e institucional mediante la creación de emprendimientos, por ejemplo, los cuales están ligados a una planificación, es decir, la promoción social de cualquier índole siempre irá de la mano con la programación que debe estar presente en cada comunidad desde la cabeza principal, las municipalidades, las cuales han de procurar la integración de la mayor cantidad posible de habitantes de la zona para implementar y ejecutar esos programas en pro del beneficio de todos y no sólo a beneficio de unos cuantos, reduciendo así la desigualdad, el desempleo, y la delincuencia.
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