La importancia de la música. En alguna ocasión, tuve la oportunidad de conversar con el pianista costarricense Jacques Sagot, y me comentaba sobre esos instantes maravillosos que, vivimos los seres humanos en el vientre, con una innumerable cantidad de sonidos, entre los que sobresale el palpitar del corazón de nuestra madre. Decía don Jacques que, ese fue nuestro primer contacto con la música, convirtiéndonos en potenciales artistas, aunque claro está, algunos desarrollaron esas habilidades y otros no lo hicimos.
Los primeros acordes. Desde los albores de la humanidad, probablemente los primeros acordes musicales fueron hechos con una rama o roca que, se golpeaba rítmicamente contra un tronco hueco; siendo que, miles de años después, la industria de la música nos deleita, y no nos deja de sorprender con un mercado multimillonario y multifacético.
Hace 25 años, un joven californiano arrodilló a esa industria, me refiero a Sean Parker y a su otrora empresa Napster. También, nos asombramos con la designación del “Conejo Malo” como rey del pop, por encima de una de las mayores figuras de la música: Michael Jackson. O bien, el fenómeno Taylor Swift, con millones de seguidores, ventas monumentales, y hasta mini sismos durante sus conciertos. Es decir, quizás, el mundo de la música aún nos deparará más sorpresas, pero lo que es una realidad, es la influencia de esta en cada una de las facetas de la vida, incluido nuestro estado de ánimo.
Del Dr. “Lecter” a Hitler. Cuando escuchamos la palabra psicópata, se nos puede venir a la mente el Dr. “Hannibal Lecter” (El Silencio de los Inocentes). Y, además, asociamos a “Hannibal” como una persona intelectualmente superior, con un gusto refinado por la cocina, por el arte y principalmente, por la música clásica. Por ello, es imposible olvidar las múltiples escenas donde se le ve disfrutando de la opera, o bien cuando se mostró tremendamente incómodo en un evento donde tocaba una orquesta, pues, uno de los músicos estaba desafinando, sirviéndolo posteriormente como un “manjar” a sus invitados.
Esa primera impresión, concuerda con muchas otras películas famosas, o bien, con personajes de la vida real, como podría ser Hitler. El excanciller alemán, era adicto a la música de Richard Wagner, incluso, se hizo amigo de los descendientes de éste, al punto de que visitaba con regularidad el famoso Festival de Bayreuth. Con relación a Hitler, “Los informes psicológicos de la CIA citados por David Owen hablan de que "sufría histeria, paranoia, esquizofrenia, tendencias edípicas", así como sifilofobia (miedo a contaminación de la sangre). Concluyeron que Hitler era "un psicópata neurótico". Es decir, con sólo dos ejemplos, podemos continuar relacionando la psicopatía con la música clásica, pero, como veremos luego, parece que el tema se decanta sobre otros aspectos.
La psicopatía. Un psicópata puede ser cualquier persona, nosotros mismos, un vecino, un amigo, el cocinero, nuestro abogado o médico (Universidad de Oxford, 2012). Siendo que, para entender esto de la mejor forma, recomiendo observar el documental: ¿Eres un psicópata?, de la cadena alemana DW. En este trabajo de investigación periodístico, se explica de forma clara y brillante que, entre el 1% y el 2% de la población mundial es psicópata en sentido clínico, además, se concluye existe una predisposición genética (factor de riesgo), pero el entorno en el cual crece el niño (amor/ desamor), puede marcar una gran diferencia entre un asesino serial psicópata y un adulto normal.
De esta manera, la criminóloga Paz Velasco de la Fuente, explica la temática: “Tenemos que aceptar una realidad más que evidente, y es que psicópata no es sinónimo de asesino en serie ni de delincuente, porque ni todos los psicópatas son delincuentes ni todos los delincuentes son psicópatas. Con nosotros conviven psicópatas funcionales muy nocivos para la sociedad y para las personas con las que se relacionan. Son carismáticos, intrépidos, despiadados, pero no necesariamente violentos. Infligen perjuicios económicos, materiales y emocionales, causando a la sociedad y a su entorno un daño que es más instrumental que físico. Estos son los más numerosos y los más difíciles de detectar, los que con una habilidad innata se ocultan y enmascaran pasando totalmente desapercibidos…” (“Homo Criminalis”. Editorial Planeta S. A, Barcelona. pág. 148).
La música y la psicopatía. Suena realmente interesante, conocer sí es posible establecer ¿qué tipo de música es la predilecta de los psicópatas?, por ello, señala una nota que “una investigación realizada por expertos de la Universidad de Nueva York sugiere que los psicópatas tienden a preferir ciertas canciones, para dar con ellas hicieron un experimento con 200 voluntarios. Los participantes llenaron un cuestionario que sirvió para catalogarlos dentro de la escala de psicopatía de Levenson la cual es utilizado para reconocer a quienes muestran rasgos de este tipo de personalidad, además escucharon 260 canciones para luego escoger sus favoritas”.
En los resultados, se pudo establecer que entre las personas con mayor nivel de personalidad psicópata, existían ciertas canciones de su predilección, entre las que sobresalen «No Diggity», de BLACKstreet con Dr. Dre, y «Lose Yourself» de Eminem, y entre los géneros musicales, las personas estudiadas prefirieron el Hip Hop y R&B.
Conclusión. Del mismo modo, los investigadores no revelaron todas las canciones seleccionadas, con la finalidad de utilizar la información en otros estudios, y, además, reconocieron que es imposible el diagnóstico de una persona como psicópata con base en sus gustos musicales, lo cual me parece acertado. Probablemente, si la investigación hubiese sido elaborada más cerca del trópico, las canciones seleccionadas hubiesen sido otras, pero no deja de ser un aporte interesante para la criminología, la psicología y la psiquiatría, ciencias que, sí han podido establecer algunas características de los psicópatas, veamos: “La mentira, la manipulación, la insensibilidad y la arrogancia son los pilares de los rasgos de la psicopatía desde un punto de vista clínico. La siguen la impulsividad, la falta de objetivos a largo plazo y la incapacidad para adoptar responsabilidades” (Velasco, pág. 153). Por lo que, sólo queda preguntarse ¿Y cuáles son nuestras canciones preferidas?
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