Costa Rica cumplió este 25 de mayo tres años de haberse convertido en el miembro 38 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La OCDE es una de las organizaciones más influyentes en la gobernanza internacional, o, en otras palabras, son las grandes ligas en cuanto a definición y promoción de políticas públicas y estándares de buenas prácticas a nivel mundial.
Hablar hoy del papel que está jugando Costa Rica en la Organización es motivo de orgullo, no solo porque nuestra membresía ha dirigido al país por una senda de reformas y de mejora continua, sino también porque desde que ocupamos una silla en este foro, lo hemos hecho con la responsabilidad y el liderazgo constructivo que siempre nos ha caracterizado. La prueba más reciente de ello fue haber sido designados este año por los miembros como Presidentes del evento anual más importante de la Organización, la Reunión del Consejo Ministerial de la OCDE (MCM) en 2025.
No podemos obviar la importancia de la membresía de Costa Rica a la OCDE. Hoy en día, los países miembros de esta organización, representan tres quintas partes del PIB mundial y tres cuartas partes del comercio global, haciendo de la OCDE una de las organizaciones económicas internacionales más influyentes en el mundo y la más exitosa en promover políticas públicas, estándares y reformas del más alto nivel.
Costa Rica ha sido hábil en aprovechar de manera estratégica el acervo de mejores prácticas para mejores vidas que promueve la organización. En este sentido, el respaldo de la OCDE ha sido fundamental en el diseño de muchas reformas, programas e iniciativas gubernamentales al contar con la guía y el apoyo de expertos del más alto nivel en la organización.
Me gustaría compartirles algunos ejemplos concretos del beneficio que hemos obtenido de esta membresía:
- Estabilidad económica y fiscal: el robusto proceso de evolución hacia una mayor estabilidad fiscal y crecimiento económico se ha visto enriquecido por las recomendaciones de la OCDE. Estas sugerencias que emanan de las Evaluaciones Económicas que se le realizan al país cada dos años, son un gran referente para el manejo de las políticas de crecimiento económica y sostenibilidad fiscal del país.
- Fortalecimiento de la gestión del recurso humano en el sector público: otro de los cambios estructurales que se vieron reforzados por las evaluaciones y estándares de la OCDE fue la Ley Marco de Empleo Público. Esta reforma ha traído orden a los esquemas salariales, atendiendo las disparidades, que en algunos casos alcanzaba hasta un 200% de diferencia entre puestos con la misma clase y nivel de responsabilidad.
- Mejora en las medidas para luchar contra la corrupción: las reformas y políticas públicas implementadas con estándares y guías OCDE en materia de anticorrupción, han endurecido la normativa que persigue y castiga el cohecho o soborno transnacional. Costa Rica se adhirió a la Convención Anti-cohecho de la OCDE en 2017, la cual exige un seguimiento estricto a los miembros de la OCDE para velar por que dicha normativa y políticas sobre anticorrupción se apliquen adecuadamente en el país, al amparo de los estándares OCDE.
- Fortalecimiento de los estándares ambientales: Una de las reformas alineadas al principio promovido por la OCDE de “quien contamina, paga” fue la aprobación de legislación nacional para que los costos de prevención y control de la contaminación sean asumidos por los contaminadores, eliminando los beneficios fiscales con los que gozaban previamente.
- Análisis comparativos: la OCDE es una caja de herramientas que ofrece, entre otras: instrumentos legales, evaluaciones periódicas, espacios de diálogo con expertos, bases de datos y análisis comparativos. En este contexto, las instituciones públicas aprovechan esta dinámica para distintos temas, según sus competencias y conforme a sus necesidades y prioridades. Como coordinador, el Ministerio de Comercio Exterior es un facilitador en el uso de esta plataforma.
- Oportunidades para la ciudadanía costarricense:Pertenecer a la OCDE envía un mensaje positivo y genera una mayor confianza a los inversionistas, por lo que el país se ve beneficiado en materia de atracción de inversión y, por ende, más y mejores empleos. Además, la interacción de los funcionarios públicos costarricenses en la OCDE, así como la apertura de opciones laborales dentro de la Organización para ciudadanos costarricenses impactará positivamente sobre la formación y experiencia de los futuros líderes y tomadores de decisión en Costa Rica.
La experiencia de Costa Rica en la OCDE demuestra claramente el valor de la Organización; su capacidad para ayudar a los gobiernos a mejorar sus políticas públicas a través del intercambio de experiencias, el análisis técnico riguroso y la identificación de aquellas prácticas que han funcionado mejor para los países.
Los avances alcanzados son muchos, como también los desafíos que nos quedan por delante, pero también es importante revisar y reconocer los logros, enmarcados en el desarrollo global y la transformación del país.
Haber obtenido la membresía fue solo el comienzo, el ímpetu de reforma de la mano con la OCDE para adoptar las mejores prácticas internacionales, lejos de mermar crece cada vez más. El solo hecho de estar comparándonos constantemente como pares con los países más serios y desarrollados, en términos de política pública, es la mejor garantía de excelencia en el diseño de políticas públicas y estándares para Costa Rica.
Estamos en las grandes ligas, no solo para ser espectadores sino también para beneficiar a nuestra población y anotar grandes victorias que marquen una diferencia para nuestro país.
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