La reticencia vacunal nace desde que se desarrollaron las primeras vacunas. Detractores de sus beneficios siempre han existido, pero, la vasta mayoría de la población a nivel mundial reconoce sus beneficios al prevenir la enfermedad, reducir la gravedad, evitar la discapacidad y muerte. Sin embargo, durante la pandemia, facilitado por las redes sociales y su penetración en la sociedad las voces detractoras han amplificado su eco de campana, y sembrado dudas en la población.  Afortunadamente, la comunicación efectiva resuelve las dudas en personas que buscan información veraz y objetiva. Por ello, las autoridades y el personal de salud tienen un papel esencial al difundir información basada en evidencia y aclarar dudas en la población. 

El campo de la vacunología es cada vez más complejo y la cantidad de vacunas ha aumentado, por eso cada vez se pueden prevenir más enfermedades infecto-contagiosas. Por ello es esencial investigar, estudiar, discutir y estar al día. Los médicos debemos estar bien preparados para aconsejar y orientar a los pacientes y a sus familias. A pesar que este es un tema muy conocido, las dudas resurgen con cada campaña. 

A partir del 1 de abril, en Costa Rica, al igual que en muchos países de las Américas y otras regiones del mundo, se inició una campaña de seguimiento contra el sarampión. El sarampión es una enfermedad que puede provocar complicaciones e incluso la muerte. El virus es anergizante lo que significa que ¨baja las defensas del enfermo¨ y lo predispone a muchas infecciones más. La percepción de riesgo de la enfermedad bajó, y bajó porque cada vez vemos menos casos, gracias a buenas coberturas del programa de rutina, reforzadas con las campañas de seguimiento. Este es un virus muy contagioso, un caso puede originar hasta 17 casos secundarios, y esto hace necesario que los Ministerios de Salud desarrollen estrategias para mantener elevadas coberturas para que, si el virus ingresa al país, el nivel de inmunidad de la población bloquee su circulación. Paralelo a ello se debe realizar una muy buena estrategia de información y comunicación. 

Es importante tener claro que las medidas de salud pública tienen una perspectiva poblacional y son diferentes al abordaje individual del médico y paciente dentro de un consultorio. 

Dudas recurrentes entre los padres de familia e incluso algunos médicos: 

  1. ¿Por qué si el niño tiene dos dosis de vacunas, debo volverlo a vacunar? Porque cada año, se acumulan susceptibles al sarampión, niños y niñas que no  elevaron anticuerpos que los proteja contra la infección, por diferentes razones, dentro de ellas: pérdida de la cadena de frio, que se puede dar desde que la vacuna sale de los almacenes fríos hasta que llega al brazo del paciente, limpiar con alcohol la zona para inyectar la vacuna, que el niño o niña no levante anticuerpos por razones propias de su sistema inmune, esto se presenta en un 15% de los vacunados, y significa muchos con baja protección que se acumulan  al cabo de los años, lo que se conoce como bolsón de susceptibles. Si a eso sumamos los no vacunados, y el riesgo por el aumento de casos en la región de las Américas, la situación actual amerita una campaña de seguimiento. La racionalidad de aplicar una dosis adicional  es, no solo proteger a los individuos que reciben la vacuna, sino también contribuir a la inmunidad colectiva de la población. Al vacunar a un porcentaje lo suficientemente alto de la población, se reduce la transmisión del virus, protegiendo a grupos vulnerables que no pueden ser vacunados, como los bebés demasiado jóvenes o personas con sistemas inmunológicos comprometidos. La finalidad es lograr la protección individual y comunitaria contra esta enfermedad altamente contagiosa.
  1. Pero si no hay brote:  Lamentablemente, si lo hay, a nivel de la región han aumentado los casos de sarampión. Para el 2023 en la Región de las Américas, se notificaron 14.884 casos sospechosos y 53 casos confirmados de sarampión. En Estados Unidos de Norteamérica -país muy visitado por los costarricenses- hasta el 18 de abril del 2024, 18 jurisdicciones (Arizona, California, Florida, Georgia, Illinois, Indiana, Luisiana, Maryland, Michigan, Minnesota, Misuri, Nueva Jersey, Ciudad de Nueva York, Estado de Nueva York, Ohio, Pensilvania, Virginia y Washington.) notificaron un total de 125 casos de sarampión. Esto representa un alto riesgo para nuestra población. La estrategia que inició el Ministerio de Salud es una campaña de seguimiento, no es en respuesta a brotes en Costa Rica, que implicaría un contexto y una estrategia de vacunación muy diferente. Esta campaña es para evitar que ocurran brotes al elevar el nivel de inmunidad con una dosis adicional que inmunice a los susceptibles y refuerce el nivel de inmunidad en los vacunados. 

En salud pública se deben tomar medidas preventivas basadas en análisis de situación y proyecciones, con el fin de evitar daños futuros. Por ello, podemos padecer la maldición de Casandra: predecimos el futuro, pero no nos lo van a creer. 

La maldición de Casandra la podemos contrarrestar con educación e información, y sobre todo con conocimiento y acciones de prevención en salud, como es la vacunación.

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