Por Ximena Víquez Tormo - Estudiante de Publicidad con Énfasis en Producción de Medios

George Orwell (1944) dijo: “Si la libertad significa algo, será sobre todo el derecho a decirle a la gente aquello que no quiere oír.” Y es que, precisamente, la belleza de la democracia es que todos tenemos una voz que merece ser escuchada. Sin embargo, la paradoja se encuentra en el hecho de que, conforme incrementa nuestro derecho colectivo a difundir información con libertad, se reduce nuestro derecho individual a buscar y recibir información sin restricciones (Pont, 2020). Este juego existe dentro del mundo de los medios de comunicación masiva porque estos se encargan de transmitir opiniones que programan a sus audiencias a creer lo que fue previamente establecido por ellos. Conforme los nuevos formatos de noticias y entretenimiento adquieren fuerza en el gremio de la comunicación, incrementa también su potencial de redefinir la libertad de expresión como la conocemos actualmente. Por ello, el creciente consumo de podcasts indica que pueden ser utilizados como una herramienta para reducir la desinformación, evitar la manipulación de datos y darles voz a aquellos sectores de la población silenciados por la sociedad.

En primer lugar, la producción de podcasts incrementa la circulación de información y opiniones diversas, lo cual, en consecuencia, reduce la desinformación de noticias y la manipulación de datos. ¿Cuántas veces hemos sido testigos de un reportaje en televisión que manipula los datos de una crisis mundial, o un artículo periodístico con un encabezado amarillista? Es imposible negar que el sesgo mediático es una realidad del pasado y que lo seguirá siendo en el futuro. El formato de podcast puede ser una solución y no porque sea un medio imparcial, sino porque la preocupación actual en términos de libertad de expresión no es que se reportan las noticias desde un punto de vista u otro, sino que existe un desbalance donde solo se muestra un lado de la historia, lo cual causa que la audiencia se mantenga desinformada y no pueda crear un criterio propio basado en todos los hechos. Esto quiere decir, que en vez de informarnos sobre las protestas del movimiento ‘Black Lives Matter’ por medio del canal estadounidense Fox News, podríamos escuchar podcasts que traten este mismo tema, pero producidos por víctimas de discriminación racial en una plataforma digital como Spotify.

En segundo lugar, la facilidad con la que cualquier individuo puede producir y compartir un podcast en diversas plataformas digitales significa que este formato permite dar voz a personas que son tradicionalmente silenciadas por la sociedad. Vivir en una democracia implica que cada uno de nosotros tiene un derecho intrínseco a expresar pensamientos con libertad y participar de debates (Byrd, 2016). Lamentablemente, en los medios tradicionales existe poca representación fuera de figuras masculinas, blancas y heterosexuales. En un contexto así, es trascendental que las minorías sociales utilicen las herramientas digitales para abrir foros de discusión sobre temas de relevancia para su comunidad e impedir que personas externas invaliden sus luchas.
Así como ahora es más fácil aplicar nuestro derecho a la libertad de expresión por medio de formatos como el podcast, también se puede convertir en un arma de doble filo cuando se utiliza para detonar conflictos de opiniones que pueden llevar a violencia (Hernández, 2018). En la historia, ya se han vivido situaciones en las que el discurso provocó caos. La Alemania Nazi es uno de esos ejemplos (Hess, 1938). Inclusive, en aquel entonces, era más difícil difundir opiniones públicas, mientras que hoy están al alcance de un click.

El creciente consumo de podcasts apunta a un futuro con mayor inclusividad y libertad de expresión. La sociedad no debería regirse por un noticiero o una revista, sino por muchas voces que proporcionen diversos puntos de vista sobre un mismo tema. No obstante, conforme crece nuestro derecho al pensamiento independiente, también debe hacerlo nuestro sentido de responsabilidad moral para velar por la protección de los demás y el orden público.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias Bibliografía:
  • Byrd, G. (2016). Does freedom of speech exist in social media. Loyola University. https://www.loyola.edu/academics/emerging-media/blog/2016/freedom-of-speech- onsocial-media
  • Hernández, L. (2018, julio). Urgen atender riesgos vs libertad de expresión. El Economista.
    https://www.eleconomista.com.mx/politica/Urgen-atender-riesgos- vslibertad-de-expresion-20180801-0002.html
  • Hess, J. (1938). Free Speech and the Nazi Press. The German Quarterly, 11(4), 191-195. doi:10.2307/399995
  • Pont, E. (2020, noviembre). ¿Que está pasando con la libertad de prensa? La Vanguardia. https://www.lavanguardia.com/vida/junior-report/20201027/484220973731/situacion-libertad-expresion-prensa-mundo.html