Desde su publicación, en 1818, Frankenstein se ha convertido en un referente de las historias de terror y está considerada la primera novela moderna de ciencia ficción. Se trata de un texto escrito por Mary Shelley a la edad de 18 años, que aborda temas como la creación de vida artificial, la responsabilidad científica y la búsqueda del conocimiento. Frankenstein es también el nombre con el que se conoce al monstruo que protagoniza ese relato, aunque su creador, el Dr. Víctor Frankenstein, nunca llegó a bautizarlo. Finalmente, Frankenstein es también el título de la película clásica de 1931, que en octubre pasado estrenó una nueva banda sonora, a cargo del costarricense Carlos Escalante.

Cuando hablamos de Frankenstein nos referimos a muchas cosas a la vez. Es decir, existen muchas razones para sugerir una conversación entre el músico Carlos Escalante y la farmacéutica Gabriela Arguedas, alrededor de esta célebre figura. Esto fue precisamente lo que hicimos el lunes pasado en La telaraña: conversar con estos dos invitados de lujo sobre creación y responsabilidad, sobre aquellos momentos en que la ciencia ingresa en el territorio de la ciencia ficción, sobre Beethoven y Mozart y sobre el aguafuerte de Francisco de Goya que se titula, de manera enfática y profética, El sueño de la razón produce monstruos (1799).

En 2018, el sueño de la genética se convirtió en pesadilla cuando el científico chino Jiankui He anunció que había modificado el ADN de dos gemelas en etapa embrionaria, conocidas como Lulu y Nana. Se trataba nada menos que de los primeros seres humanos en la historia de nuestra especie que habían sido editados genéticamente, usando la técnica CRISPR-Cas9. Está claro: hoy la novela escrita hace poco más de dos siglos por Mary Shelley está más cerca de la ciencia y de la realidad que de la ficción.

Por otra parte, este fin de semana se estrenará en los cines de Costa Rica, y de muchos otros países, la película Pobres criaturas (Poor things, 2023): una reinvención femenina de Frankenstein en clave de comedia negra, que cuenta la historia de una mujer que ha sido revivida por un científico brillante. El martes pasado la película fue nominada por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de los Estados Unidos al Oscar a Mejor Película, entre otras nominaciones.

Frankenstein está vivo, tal como le gritaba al mundo su creador, en la versión cinematográfica de 1931. Después de muchas adaptaciones, versiones y subversiones, de sueños que se convierten en pesadillas y de conflictos que parecen interminables entre los ámbitos de la ciencia, la industria y la ética, está más vivo que nunca.

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