La inflación está relacionada con el aumento desordenado de los precios de la mayor parte de los bienes y servicios que se comercian en sus mercados, por un periodo de tiempo prolongado. La inflación es siempre y en todas partes un fenómeno monetario en el sentido de que solo es y puede ser producido por un incremento más rápido de la cantidad de dinero que de la producción. Esta afirmación es conocida internacionalmente gracias a una frase célebre del economista Milton Friedman.

La afirmación de que la inflación es un fenómeno monetario se sustenta en la teoría cuantitativa del dinero, según la cual los precios varían proporcionalmente respecto a la oferta monetaria. Dicha relación se basa en la identidad según la cual el valor de las transacciones que se llevan a cabo en la economía (entendido como el Producto Interno Bruto, PIB, nominal) es equivalente a la cantidad de dinero que circula en ella (entendida como la cantidad de dinero que hay en una economía multiplicada por las veces que cambia de manos, es decir, la velocidad del dinero). Si se asume que la velocidad del dinero es constante, en una economía sin crecimiento económico, la tasa de inflación es igual a la tasa de crecimiento del dinero. Por lo tanto, si se incrementa la oferta monetaria tendremos más dinero persiguiendo los mismos bienes, con lo que los precios subirán. De forma similar, si la tasa de crecimiento de la actividad económica y de la cantidad de dinero es la misma, los precios deberían mantenerse constantes.

El enunciado de Friedman se ve reforzado por la evidencia empírica. En ella también se observa una relación positiva entre la inflación y el crecimiento del exceso de oferta monetaria (crecimiento de la oferta monetaria por encima del crecimiento del PIB real) para un amplio grupo de países. Esta relación es fuerte y robusta a largo plazo, pero, a corto plazo y de forma transitoria, la relación entre ambas variables puede debilitarse por factores como la rigidez de los precios o que la velocidad del dinero no sea constante.

Esperemos que los enunciados de Friedman ayuden a los eventuales nuevos gobiernos en Venezuela y Argentina. Por ahora la inflación sigue siendo un desafío económico significativo en América Latina, con Argentina y Venezuela liderando las tasas más altas en el mundo. Aunque otros países muestran cifras más moderadas, la incertidumbre económica global y los desequilibrios monetarios generados por la pandemia continúan siendo motivo de preocupación en toda la región.

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