Por Melanie Arroyo Aguirre - Estudiante de la carrera de Seguridad Laboral e Higiene Ambiental
Las bacterias son organismos celulares microscópicos pertenecientes al grupo de los procariotas, es decir, carecen de un núcleo celular y de orgánulos. A pesar de ser organismos tan pequeños, juegan un papel importante en el desarrollo humano, ya que son los responsables de la degradación de desechos, transformación de alimentos y a su vez son la causa de un sinnúmero de enfermedades (González, 2017). Debido a esto, el ser humano durante años se ha encargado del estudio de las bacterias causantes de enfermedades para así determinar una sustancia química capaz de combatirlas, dando como resultado la implementación del uso de los antibióticos. Desde 1935, los antibióticos se convirtieron en un elemento clave para combatir enfermedades infecciosas, disminuyendo la mortalidad asociada a este tipo de patologías. Sin embargo, el uso indiscriminado de estos ha llegado a alterar la naturaleza biológica de las bacterias, generando desarrollo de otro tipo de bacterias, lo que ha sido un problema grave para la salud de la población en general. Este tipo de bacterias se denominan superbugs o ‘superbacterias’, y son cepas de bacterias que han desarrollado una resistencia bacteriana a varios tipos de antibióticos.
La resistencia bacteriana se convirtió en el factor determinante para el desarrollo de las superbacterias. Existen dos tipos de resistencia bacteriana: intrínseca y adquirida. La resistencia bacteriana intrínseca se trata cuando las bacterias llegan a interactuar con los antimicrobianos y logran desarrollar mecanismos para así resistir su efecto y sobrevivir. La resistencia adquirida se produce cuando las bacterias originalmente sensibles a un agente antimicrobiano se vuelven resistentes gracias a la adquisición de mutaciones en genes determinantes (Chávez, 2020). Las superbacterias actualmente representan una amenaza a nivel mundial, se estima que para el año 2050 diez millones de personas por año podrían morir a raíz de este factor. Por otra parte, el coste económico para la prevención y cura de estas enfermedades significa una gran inversión para los gobiernos del mundo entero.
En los últimos años, el incremento de las superbacterias no se encuentra solo relacionado al consumo de los antibióticos por parte de los seres humanos, sino también por la implementación de estos para el desarrollo de los animales, es decir, en ambas situaciones su uso inadecuado ha desencadenado como resultado una resistencia bacteriana. La falta de concienciación e información en el tema, sumado con la falta de medidas de prevención y control de las infecciones resultantes ha empeorado la situación. Según la OMS (2020), algunas de las medidas por considerar son: la prescripción de antibióticos debe ser supervisada por un profesional en el área, una vez prescritos se deben seguir las instrucciones y adherirse al tratamiento de manera estricta y sin variaciones. Por otra parte, para el sector agrícola también se recomienda no utilizar los antibióticos para la estimulación del crecimiento de los animales, administrar antibióticos únicamente por recomendación de un veterinario y mantener las vacunas de los animales al día con el fin de reducir la necesidad del uso de estos fármacos. Además, con el fin de reducir la propagación de las patologías resultantes, debemos lavarnos las manos de manera constante, evitar el contacto con personas que anteriormente estuvieron enfermas y vacunarnos, entre otras.
Esta es una problemática que no solo recae sobre el personal de la salud que receta los antibióticos de manera indiscriminada, sino también sobre los pacientes que toman fármacos no prescritos, modifican las dosis, no toman el tratamiento completo o no siguen las instrucciones del tratamiento. Debemos ser conscientes de lo que consumimos y cómo esto puede afectar nuestro organismo y su funcionamiento. Seguidamente, debemos consultar a un profesional de la salud antes de la toma de cualquier fármaco y seguir las recomendaciones dadas. Los antibióticos representan una parte importante para el tratamiento y procedimientos de la medicina en general; al contribuir con el uso indiscriminado de estos, contribuimos a la vez al desarrollo de nuevas cepas y a la disminución de antibióticos eficaces. El cambio se encuentra en nuestras manos.
MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas. Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.
Referencias bibliográficas:
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Chávez, V. (2020). La batalla contra las superbacterias: No más antimicrobianos, no hay ESKAPE. http://www.scielo.org.mx/pdf/tip/v23/1405-888X-tip-23-e20200202.pdf
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Organización Mundial de la Salud, OMS. (2020). Resistencia a los antibióticos. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/resistencia-a-los-antibi%C3%B3ticos
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González, F. (2017). Superbacterias: la pesadilla del nuevo milenio. https://www.researchgate.net/publication/318101223_Superbacterias_la_pesadilla_del_nuevo_milenio