El análisis de diferentes variables involucradas en la gestión empresarial y en términos de la cuantificación de resultados monetarios, suele ser basado en modelos de gestión lineal de datos, así como en la determinación de supuestos de estandarización de tendencias o estacionalidades históricas, las cuales se presume, tienen una grado de certeza en su repetición, donde su probabilidad de ocurrencia señala tener una capacidad de predicción, no obstante la realidad dinámica de las variables y fenómenos observables, no suele seguir dicho patrón.

El análisis de los negocios antes indicado, cabe decir, no es errado, ni tampoco insuficiente, pues evidentemente ha demostrado ser válido y logra precisar la información suficiente para efectos de establecer modelos predictivos que permitan una adecuada, o al menos, atinente toma de decisiones de situaciones futuras basadas en hechos que han acaecido de forma previa. Esta línea analítica encuentra dos aristas de interés en su precisión, señalando en primera instancia un abordaje financiero, el cual hace mención al estudio y evaluación de las variables internas de la empresa, mientras que en un segundo lugar se detalla el análisis económico, el cual tiende a ser enfocado en la ponderación y revisión de las variables micro y macro dadas por externalidades de la entidad.

La separación anterior es de interés, en particular al observarse su usual confusión al hacerse referencia a las Finanzas o a la Economía de la empresa, donde por definición epistemológica misma, la primera debe ser gestionada desde una perspectiva interna, mientras que la segunda es dada por un abordaje y escrutinio de las variables externas del entorno, las personas, y el contexto que influyen e inciden directamente en la gestión y en la vida financiera de la empresa, así como en su giro de negocio.

Este contexto analítico suele plantear una dicotomía elemental al momento de desarrollarse algún determinado modelo de análisis financiero, donde los datos utilizados pueden ser polarizados en función de la presunción de una correlación existente entre ellos. Ejemplo de lo anterior puede ser observable al obtener un valor actual neto en un determinado proyecto de inversión, en el cual la tasa de descuento utilizada suele ser gestionada en función de un costo de oportunidad, un beta  de mercado, o incluso la inflación en función de una prima adicional de ganancia financiera.

No obstante, surge la interrogante en referencia a la consideración del coligamen de otras variables económicas y financieras que no necesariamente resultan ser de influencia evidente, pero que eventualmente podrían generar algún impacto en un determinado dato monetario, tales como tasas sociales, comportamiento humano, porcentajes de gestión neural personal, o bien, datos tan subjetivos como índices de felicidad o percepción, entre otros, los cuales son denominados como indicadores etéreos.

En una primera aproximación se establecería el supuesto referente a que los datos etéreos, o bien, de corte no observable por alguna métrica “dura”, no señalan tener una influencia directa en la gestión financiera empresarial, esto al menos desde una lógica de los modelos predictivos numéricos lineales, donde las correlaciones entre las variables son presuntas y se derivan de fenómenos materiales observables. Ejemplos de esto se dan en la ley del precio y la cantidad demandada, o bien, la tasa de interés y la liquidez corriente en circulación, por lo cual, no podría explicarse un eventual ligamen de los indicadores etéreos con las finanzas empresariales, pues se estarían abordando desde una perspectiva observable en el mundo evidente únicamente.

Ahora bien, la posible respuesta a la ponderación de este tipo de indicadores sociales, humanos o  inobservables, parece no ser dada por la ciencia material de datos, sino más bien por aquellos que son inobservables de forma unilateral, precisando su eventual justificación en el concepto del entrelazamiento cuántico, el cual denota ser analizado desde las partículas más pequeñas existentes en el universo. Este concepto en si mismo postula que cuando dos partículas han estado unidas entre si, aún siendo separadas, indiferentemente de la distancia que entre ellas pudiese acontecer, el intercambio de información mutuo sigue dándose, esto al menos a un nivel cuántico, señalando que el ligamen dado es inmutable al menos en la correlación existente, aunque su magnitud y forma pudiesen llegar a cambiar.

Al ligar este concepto al análisis financiero y económico en el ámbito empresarial, parece abrirse un espectro diverso de análisis, pues el postulado en sí mismo plantea la existencia de correlaciones entre variables de todo tipo, siempre que hayan precisado estar unidas en algún determinado momento. En este punto se detalla la crítica referente a la necesidad de la existencia previa de un entrelazamiento entre fenómenos, y de no lograrse evidenciarse, podría rechazarse un coligamen entre indicadores, de forma que factores de corte humano y experiencial, incluso variables neurales de las personas, no parecen, materialmente, estar unidades a índices de gestión financiera.

Si bien lo anterior podría rechazar la hipótesis de un entrelazamiento entre variables financieras y económicas y los denominados indicadores etéreos, esto puede ser desmentido al hacer uso del paradigma del existencialismo del espacio y tiempo, el cual señala que todo aquel fenómeno, material o inmaterial dado en una mismo lugar y en una temporalidad coligada entre sí, genera una correlación entre sus partículas y datos mismos, sostenible y prorrogable.

De esta forma pueden plantearse dos rutas de análisis, señalando en primer lugar la idea de que la incidencia no implica causalidad pero denota influencia, y en una segunda alternativa epistémica, se señalaría que la existencia en si misma implica la correlación pues deriva de una singularidad. En ambos casos puede validarse la existencia de correlaciones cuánticas entre diferentes variables de análisis empresarial, lo que llama a precisar un análisis más a fondo de los modelos de gestión gerencial y financiera.

Es aquí donde surge el concepto del entrelazamiento cuántico financiero, el cual señala que toda variable existente a la vida humana y al entorno que afecta a la empresa, es de relevancia y debiese ser ponderada en los modelos de toma de decisiones, esto aun cuando su relación evidente no sea observable de forma material, pues su ligamen está dado por elementos inobservables que podrían ser analizados bajo un enfoque de las Finanzas Cuánticas, ciencia que busca, precisamente, la ponderación y cuantificación relativa de todas las posibles incidencias que afectan los fenómenos financieros, o incluso económicos, dentro todo nivel existencial posible.

Claramente el tema en sí mismo plantea diversas aristas, así como algunas complicaciones en la definición precisa de los modelos matemáticos y evaluativos a utilizar, pero al menos da pie al establecimiento de herramientas que vayan un poco más allá de la simple evaluación lineal de las variables financieras y económicas, donde incluso el error y la aproximación hipotética correlativa de indicadores es válida, señalando aspectos que desde otra perspectiva serían risorios, tales como la consideración de temas como datos humano-métricos y su incidencia financiera, neurotransmisores y decisiones económicas, u ocurrencias fenomenológicas en nanosegundos

Sin duda la evolución de la gestión de datos, así como las herramientas para su análisis han permitido una ampliación en el horizonte de estudio, donde cada vez el uso de tecnologías de recopilación de datos más potentes, permite establecer una realidad financiera y económica más exacta y precisa,  a la cual no puede cerrarse la puerta sin antes, al menos, cuestionarse las relaciones cuánticas eventuales no observables.

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