En los últimos meses la Comisión Nacional de Vacunación y Epidemiología (CNVE) ha estado en el “ojo del huracán” ya que ha mantenido su criterio técnico, su independencia y su apego al mandato legal que se le ha encomendado. Es por ello que me parece oportuno hacer un breve recuento de lo que significa este grupo asesor y su importancia.

Los programas de inmunización han sido esenciales para la prevención de cientos de miles de muertes de niños en América Latina y el Caribe (ALC) desde el establecimiento del Programa Ampliado de Inmunización (PAI) por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1974, y su fortalecimiento en la región de América Latina y el Caribe (ALC) por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en 1977.

Costa Rica ha sido desde siempre un ejemplo para la región, algunos de sus logros son:

  1. Control y eliminación de enfermedades inmunoprevenibles:

Difteria (1976), tétanos neonatal autóctono (1988), poliomielitis (1973), sarampión (1999), rubéola y Síndrome de Rubéola Congénita (2010)

  1. Monitoreo y actualización estrategias de vacunación:

Refuerzo Sarampión Rubéola y Paperas en escolares (1992), Sarampión y Rubéola adultos y posparto (2001), Tdap (tosferina y difteria) post parto (2007), IPV (vacuna contra polio de aplicación intramuscular) (2010), Tdap (tosferina y difteria) en la embarazada (2011)

  1. Inclusión de “nuevas vacunas”:

Hepatitis B (1997),  Haemophilus Influenzae tipo b (1998), Influenza estacional (2002), Varicela (2007), Neumococo en niños (2009), Rotavirus (2010), Neumococo personas adultas mayores (2010). Papiloma virus humano (2019).

Todas estas vacunas han contribuido a la reducción de la mortalidad infantil en menores de 5 años, han evitado secuelas y discapacidad, alargando la esperanza de vida de todos los costarricenses. De ahí que la política nacional de vacunación debe trascender gobiernos y ministros de turno. El país cuenta con uno de los programas nacionales de inmunización más completos, utilizando vacunas de calidad comprobada similares a las que se adquieren en países desarrollados o a nivel privado.

A partir de la promulgación de la Ley 8111 (2001), se regula la selección, adquisición y disponibilidad de vacunas en todo el territorio nacional, con el fin de permitir al Estado velar por la salud de la población, en cumplimiento de las obligaciones constitucionales, de la Ley General de Salud, Nº 5395, del 30 de octubre de 1973 y del Código de la Niñez y la Adolescencia, Ley Nº 7739, del 6 de enero de 1998. El artículo 6, inciso a, establece como una de las funciones de la CNVE: “Garantizar la obligatoriedad y gratuidad de las vacunas y el acceso efectivo de toda la población a ellas”. El inciso d del mismo artículo, dice “Coordinar en forma ordinaria los programas nacionales de vacunación y, extraordinariamente, con la Comisión Nacional de Prevención de Riesgos y Atención de Emergencias, cuando exista emergencia declarada por esta Comisión”. Por ende, la CNVE es un ente técnico de apoyo a las políticas nacionales de salud, contribuyendo al mantenimiento de los logros alcanzados en materia de vacunación y al desarrollo de los lineamientos necesarios para la introducción de nuevas vacunas, incluidas las vacunas durante las pandemias o los brotes endémicos.

No todos los países del mundo cuentan con una CNVE o NITAG (Grupos Técnicos Asesores Nacionales de Inmunización), como se les conoce por sus siglas en inglés, de ahí que el Plan de Acción Mundial sobre Vacunas (GVAP) 2011-2020, de la OMS hizo un llamado "para que todos los países establezcan o tengan acceso a un NITAG para 2020" como parte de su objetivo de crear una apropiación nacional de los programas de inmunización. El desarrollo de NITAGs fuertes proporciona una base sólida para programas nacionales de inmunización resistentes y creíbles.

La CNVE debe cumplir con los seis indicadores acordados por los miembros de la OMS en el 2010, para que puedan desarrollar de manera independiente sus funciones:

  1. Base legal o administrativa (Ley 8111).
  2. Términos de referencia formales por escrito.
  3. Al menos 5 diferentes áreas de experiencia representadas entre los miembros (Infectología, pediatría, inmunología, salud pública, epidemiología, entre otros).
  4. Al menos una reunión al año (nuestra CNVE durante la pandemia se ha reunido una o más veces por semana).
  5. Distribución del orden del día y de los documentos de referencia al menos una semana antes de las reuniones.
  6. Divulgación obligatoria de cualquier conflicto de interés.

Para el año 2019, 172 países de todo el mundo han declarado el establecimiento y funcionamiento de un NITAG, de ellos 40 se ubican en la región de las Américas.

Durante la pandemia de la COVID-19, la participación de la CNVE (NITAGs) de Costa Rica y de la mayoría de los países, ha sido en la estrategia nacional de respuesta, la selección de vacunas, el diseño de la política de inmunización, la vigilancia epidemiológica y la evaluación del impacto de las estrategias implementadas.

Luego de más de dos años de pandemia por el SARS-CoV-2, el manejo de la misma se volvió un tema politizado, no siempre para bien; ejemplo de ello los señores Trump y Bolsonaro en los “extremos” de nuestro continente. Costa Rica no ha sido la excepción, el Presidente Chaves entre sus promesas de campaña ofreció retirar la mascarilla y eliminar la obligatoriedad de las vacunas, promesas que no podía cumplir en su totalidad, porque hay leyes que respaldan el accionar de la CNVE; “el poder detiene al poder” nos recordaría Montesquieu.

De ahí que hoy más que nunca es necesario apegarnos a los criterios técnicos, basados en evidencias científicas y tomado las mejores decisiones con los datos disponibles, después de todo citando a George Comstock: “El arte del razonamiento epidemiológico es extraer conclusiones sensibles de datos imperfectos”. El papel independiente y apolítico de la CNVE (NITAGs) debe mantenerse, respetarse y fortalecerse.

Politizar la salud pública, es hacer mala política y mala salud pública.

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio.