Por Sindy Vargas Abarca -  Estudiante de la Maestría en Currículum y Docencia Universitaria

Los docentes son el corazón que impulsa con pasión y vitalidad el sistema educativo y el desarrollo de la sociedad. El sistema educativo costarricense previo a la pandemia de la COVID-19 se encontraba enfermo crónicamente y durante esta crisis mundial ha terminado internado en cuidado intensivos. Según el octavo Informe del Estado de la Educación (Estado de la Nación, 2021), la educación sufre una verdadera emergencia, provocada principalmente por los graves rezagos históricos y los efectos de la pandemia de l a COVID-19, situación a la que denominan “apagón educativo”. Los proyectos de desarrollo profesional son claves para mejorar el desempeño de los docentes y elevar la calidad de la educación. Así mismo, pueden ayudar a fortalecer competencias digitales y emocionales de los docentes. Sin embargo, existe un problema en el diseño de los proyectos de desarrollo profesional docente nacionales previos y durante la pandemia.

Los proyectos de desarrollo profesional pueden ayudar a los educadores en el fortalecimiento de competencias digitales, las cuales han sido esenciales durante la pandemia de la COVID-19. Estudios evidencian que la mayoría de los docentes demuestran competencias digitales muy deficitarias (Estado de la Nación, 2021). Los docentes deben contar con estas competencias, para brindar una educación de calidad y lograr que sus estudiantes se desenvuelvan en materia de TIC en la educación del siglo XXI (CEPAL y UNESCO, 2020). En este sentido, se puede implementar un programa de desarrollo profesional docente, utilizando el marco de competencias de los docentes en materia de TIC (UNESCO, 2021). ¡Imagínese, cuánto podrían lograr los educadores con estas habilidades!

La pandemia de la COVID ha generado efectos negativos sobre la salud mental de la población. Nicolini (2020) indica que ha aumentado el diagnóstico de depresión y ansiedad a raíz de la pandemia. En este sentido, los programas de desarrollo profesional pueden colaborar con el adquisición de competencias emocionales, que les permitan a los docentes una mejor gestión de sus emociones y la de sus estudiantes. Las competencias emocionales resultan cruciales para superar esta etapa retadora. Tal como mencionan Palomino y Hernáez (2015), estas habilidades ayudan a que el docente tome conciencia de sí mismo, y maneje y reconozca tanto sus emociones y motivaciones como las de otros.

Algunos podrían indicar que los programas de desarrollo docente ya están definidos y son sólidos, por ejemplo el Plan Nacional de Formación Permanente del IDPUGS 2020, que incluye 688 acciones formativas para todo el país (Morera, 2020). Sin embargo, no se visualiza claramente el rumbo de los proyectos de desarrollo profesional y las competencias prioritarias para el cuerpo docente nacional. Se deben detectar las necesidades reales de capacitación y apoyarse en acciones inspiradoras de desarrollo profesional docente, por ejemplo el Bono de Desarrollo Profesional de El Salvador (Vaillant, 2007). Urge el desarrollo de un plan nacional de desarrollo docente innovador en el nuevo contexto pandémico y pospandémico. No debemos postergar más la solución de este problema base del sistema educativo, pues podría haber graves consecuencias para las generaciones actuales y futuras.

¿Y ahora quién podrá defendernos? Actuar decisivamente es una responsabilidad social y política ineludible por la educación costarricense (Estado de la Nación, 2021). Los docentes se pueden beneficiar de proyectos de desarrollo profesional, para fortalecer sus competencias digitales y emocionales en tiempos de la COVID-19. Si deseamos salvar el corazón de la educación y mejorar la calidad de la educación, es urgente implementar un programa nacional de desarrollo profesional docente pertinente, robusto y actual. Costa Rica necesita y se merece, una propuesta educativa integral y articulada que nos saque de este “apagón educativo”.

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
  • Comisión Económica para América Latina y Caribe (CEPAL) y Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). (2020). La educación en tiempos de la pandemia de COVID-19. https://www.cepal.org/es/publicaciones/45904-la-educacion-tiempos-la-pandemia-covid-19
  • Morera, A. (2020). Estrategias de formación para el personal docente. Ministerio de Educación Pública e Instituto de Desarrollo Profesional Uladislao Gámez Solano. https://idp.mep.go.cr/sites/all/files/idp_mep_go_cr/publicaciones/estrategias_de_formacion_del_personal_docente_0.pdf
  • Nicolini, H. (2020). Depresión y ansiedad en los tiempos de la pandemia de COVID-19.Cirugías y Cirujanos Cir, 88(5), 542-547. https://neuroeticamexico.org/wp-content/uploads/2021/04/CIRU_M67_20_Depresion_Nicolini_20200609_V0-1.pdf
  • Palomino, M. y Hernáez, L. (2015). Competencias emocionales en el proceso de formación del docente de Educación Infantil. REICE. Revista Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, 13(3), 95-106.
  • Programa Estado de la Nación. (2021). Octavo informe del estado de la educación 2021. https://estadonacion.or.cr/informes/utm_source=Google&utm_medium=cpc&utm_campaign=PEN
  • Organización de la Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). (2021). Marco de competencias de los docentes en materia de TIC. https://es.unesco.org/themes/tic-educacion/marco-competencias-docentes
  • Vaillant, D. (2007). Mejorando la formación y el desarrollo profesional docente en Latinoamérica. Pensamiento Educativo Revista de Investigación Latinoamericana, 41(1), 207-222. http://redae.uc.cl/index.php/pel/article/view/25699