Tal vez cuando uno lee el dato no lo dimensiona en su totalidad pero el Octavo Informe del Estado de la Educación del año pasado fue claro: de un total de 3.723 de centros educativos públicos en primaria en el país, apenas 593 (16%) cuentan con el servicio de biblioteca y los que sí tienen una se concentran, principalmente, en las direcciones regionales de las provincias de Heredia, Cartago, San José y Alajuela.
Por eso y en caso de que a usted (como le pasó a la periodista que le escribe) nunca se le haya ocurrido que hay escuelas donde no es posible acceder a un libro porque en la suya sí había, es necesario que le rompamos la burbuja y le digamos que no: hay centros educativos donde maestras y maestros tienen que fotocopiar el único libro que tienen o leer en voz alta para que los menores de sus aulas puedan acercase a la literatura (a lo que hay que sumar la imposibilidad económica de algunas familias para acceder a un libro, pues es falso que distan de ser –principalmente los infantiles con ilustraciones— accesibles para todos).
Esa realidad es la que los proyectos Bibliotecas Actualiza y Carretica Cuentera buscan combatir a partir de motivarnos a nosotros a colaborar y a hacer que el acceso a los libros deje de ser un lujo del que disfruta la minoría de estudiantes de primaria pública.
Bibliotecas Actualiza
Bibliotecas Actualiza es un proyecto comandado por las educadoras Alda Cañas Collado y Victoria Coronado Guardia, directoras de GUIARE, una iniciativa que ofrece servicios educativos a escuelas públicas y privadas, así como a instituciones del sector en Costa Rica y otros países.
Como parte de los proyectos de Guiare, en 2019 Cañas y Coronado realizaron ‘Actualiza’, un conjunto de talleres cuyo fin fue el facilitar a los educadores de kínder del MEP, la comprensión y puesta en práctica del nuevo programa de estudios que entró a regir en 2018 y que partió de una base constructivista (es decir, donde es el niño quien construye su propio aprendizaje con la guía de una docente que facilita el proceso).
Así y durante el proceso, las dos educadoras que se definen como amantes de la lectura, descubrieron con sus propios ojos lo que reveló el Estado de la Educación el año pasado: que las escuelas no tienen libros y que para muchos menores un libro es un lujo.
Según señaló Coronado en una entrevista concedida a Delfino.cr la semana anterior:
Nosotras iniciamos capacitando a docentes de preescolar y esas capacitaciones que dábamos en ese nivel y en el tema de lenguaje, nos permitieron descubrir que las maestras, sobre todo en zonas rurales, no cuentan con libros ni bibliotecas".
A su vez, Cañas agregó que:
En un taller en Limón le preguntamos, muy inocentemente, a 30 docentes que cuantos libros tenían en sus aulas para que los niños leyeran en sus tiempos libres y nos dijeron que 'no, no hay libros en el aula' y bueno, entonces preguntamos si pueden sacar los libros de la biblioteca y llevarlos al aula y tampoco: 'no tenemos bibliotecas'. Así seguimos preguntando en cada taller que cuántas tenían libros en las aulas y solo 3 levantaban la mano y nos decían que eran tan pocos que los tenían en una cajita para que no se les ensuciaran porque son los únicos".
Frente a esa realidad, señaló Coronado, es que surgió la idea de donar ya no solo libros si no la biblioteca completa, pues como agregó Cañas:
Cuando el Programa Estado de la Educación del año pasado dijo que solo el 16% de las escuelas tienen biblioteca la mayoría en la GAM no hicimos más que confirmar que están pretendiendo que los niños lean y que lleguen a cuarto grado y que salgan bien en las pruebas PISA, cuando no tienen libros y no pueden leer. Eso es inconcebible, es como pretender que a uno le enseñen a nadar con un video".
Este es el origen de Bibliotecas Actualiza, un proyecto que inició en la escuela de Tierras Morenas de Tilarán y que estas dos educadoras han extendido a todo el país hasta convertirlo en el proyecto de responsabilidad social de GUIARE.
El objetivo de Bibliotecas Actualiza, más allá de "donar cajas de libros", es el de "dar la biblioteca completa", esto quiere decir que estamos frente a un trabajo de meses donde la organización recauda libros de biblioteca en buen estado, los prepara, clasifica temáticamente y ordena, para entregar un inventario codificado que tenga un orden de biblioteca, "no de donación de cajas".
Según Coronado:
Nosotros no solo donamos los libros si no que tratamos de crear espacios que inviten a la lectura, donde el ambiente invite a que el chiquito llegue, se meta en un rinconcito y se acurruque con el libro: por eso tenemos almohadones, alfombras y tratamos de crear un espacio completo que invite a la lectura".
Los requisitos para elegir en qué escuelas se colocarán las bibliotecas, agregan las educadoras, son que los centros educativos se encuentren en zonas rurales o urbanas de alto riesgo, que la escuela tenga más de 100 estudiantes, que cuenten con un aula donde se pueda montar completamente el espacio y donde haya una dirección permanente y comprometida para el cuidado de la donación.
Los proyectos, además, se sostienen a base de donaciones y colaboraciones que atañen ya no solo a libros, si no también a un mobiliario que permita la comunidad de los niños que lo disfruten. Así lo afirmó Coronado cuando señaló que:
Las bibliotecas tienen dos partes: la primera es la de los estantes, exhibidores y mobiliario y la otra parte que son los libros. Hasta la fecha nos hemos apoyado con donaciones, boca a boca y dándonos a conocer, pues el proyecto ha convocado a gente a la que le gusta la iniciativa y nos ayuda con donaciones y con colectas en escuelas que nos ayudan a completar las bibliotecas".
Según Cañas, el objetivo para este 2022 es entregar entre 4 ó 5 bibliotecas a escuelas pero enfatizan en que, para ello, es necesaria la donación y apoyo de la ciudadanía: cada proyecto necesita entre 800 y mil libros, por lo que se requieren más de 4 mil ejemplares para lograr el objetivo.
Estos libros tienen que ser de todos los niveles y de todos los tipos, no solo novela y cuento, si no también literatura de referencia, diccionarios, obras de inglés básico para los menores y de temática variada como ciencia, poesía, música y arte. Además y esto es importante, es necesario que todos sean de buena calidad pues, según Cañas:
Lo que le pedimos a la gente es que por favor, nos ayuden a recoger libros: hay mucha gente que tiene libros en la casa, cuyos hijos ya crecieron y esos textos nos podrían servir de mucho para que muchos otros niños los disfruten. No queremos que sean los libros que le sobraron a la gente y que no tienen mucho valor o que estén muy dañados, queremos que tengan valor para que los niños se beneficien de eso".
El llamado a donar también aplican para empresas e instituciones que quieran colaborar con todo "lo que tenga cara cuando uno se imagina una biblioteca infantil" y por ello reciben mobiliario como mesitas para leer, estanterías, alfombras infantiles, almohadas y también títeres o todo elemento que haga la lectura más amena.
Para contactar a las encargadas y realizar donaciones, los interesados pueden escribir a los teléfonos 8827-9927 y al 8331-1100 y las encargadas se encargarán de recoger los donativos.
A su vez, y en caso de que el donativo sea económico, pueden realizarlo vía SINPE móvil al teléfono 8634-2678.
Carretica Cuentera
Un proyecto con objetivo similar al del anterior es el de Carretica Cuentera, que arrancó en el 2016 con la realización de visitas a escuelas urbanas y rurales de todo el país, en las que no hubiese bibliotecas escolares y en donde el acceso a libros y librerías fuese complicado.
Según comentó a este medio el director del proyecto, Alberto Barrantes Ceciliano:
Parte de nuestras iniciativas es llevar libros a esas escuelas en las que no hay acceso a una biblioteca escolar y en las que papá, mamá o las familias no tienen la posibilidad de ir a comprar un libro. Hemos ido trabajando proyectos a través de instituciones gubernamentales, organismos internacionales y empresa privada para llevarles estos libros ya no solo como una estrategia de donación, sino dando un seguimiento a la comunidad para ver qué pasa después con esa literatura".
Los libros donados son de producción original de Carretica Cuentera y abordan temáticas varias que pasan por la educación ambiental, la educación financiera, la salud, la nutrición y la prevención de la violencia para, no solo motivar a los estudiantes a leer, sino también para dejarles un aprendizaje con esa lectura.
Así, y una vez que se concreta la donación de los libros al centro educativo seleccionado, el proyecto envía a los docentes y con una constancia de cada 15 días, diferentes retos educativos asociados al libro para sacarle el mayor jugo a la donación.
Así Carretica realiza los cuentos con finales abiertos para que los niños también tengan la posibilidad de contar nuevos finales, nuevos personajes y mayores historias y así desarrollen habilidades como la creatividad, la imaginación, el pensamiento crítico y la resolución de problemas:
Sin tener la posibilidad de acceder a un libro ¿cómo vamos a despertar esa motivación a leer en las niñas y los niños? Es muy grosero pedirles que les guste la lectura o que escriban textos, cuando no tienen ni la posibilidad de tener un libro a mano. De ahí el impacto de estas iniciativas que se convierte en un efecto muy positivo porque los niños tienen un libro para llevarse a casa, además de una serie de actividades para decirles que bueno, ellos también puedan escribir. El libro deja de ser un objeto inerte y se convierte en un espacio para que ellos y ellas sean partícipes del mundo literario".
El director del proyecto además agrega que:
Parte de estas alianzas y de la confianza que hemos trabajado con instituciones públicas, nos permiten ya, por segundo año consecutivo, hacer un concurso nacional de cuentos infantiles que se llama 'Cuentos de mi escuela' y que hacemos en alianza con el Ministerio de Educación Pública, con el de Cultura y Juventud, con el PANI y con BAC Credomatic y Parque La Libertad en la edición de este año. Generar esos espacios es lo que nos mueve para ir, de puerta en puerta, abriendo nuevas oportunidades y convenciendo a organizaciones para que se sumen y apoyen a la lectura como prioridad en el mejoramiento del sistema educativo, pues no es posible hablar de educación de calidad, sin garantizar libros para todos los niños y las niñas".
Gracias a estas alianzas, el proyecto ha expandido su incidencia por todo el país incluyendo los territorios indígenas de la Zona Sur, donde niños y niñas pueden ahora contar sus propias historias.
Según relató Barrantes:
El año pasado en el territorio indígena de Cabagra, en Puntarenas, trabajamos un proyecto con al Organización de Estados Iberoamericanos y con la embajada de España acá en Costa Rica, que nos permitió ir a recolectar las historias con los niños y niñas de esa comunidad para convertir esas historias en un libro infantil que contiene alrededor de 40 relatos escritos por los propios menores, traducido por un equipo de docentes al idioma bribri y que después se llevó a trabajar con la matrícula de estudiantes de 3 escuelas diferentes y con este mismo seguimiento".
Este proyecto, al igual que Bibliotecas Actualiza, tiene opciones de apoyo para las personas o empresas que quieran colaborar con el objetivo: la primera es la de trabajos comunales universitarios o prácticas profesionales para estudiantes universitarios de cualquier carrera; la segunda es para padres de familia o personas físicas o jurídicas que quieran ayudar con donaciones o con la compra de libros para financiar una nueva aula completa.
Para esta última opción, los interesados se pueden poner en contacto con Carretica Cuentera por medio de sus redes sociales de Facebook o Instagram.