Un claro retroceso en el respeto de los derechos humanos en Guatemala: aprobaron una ley que castiga hasta con 10 años de cárcel el aborto y prohibe el matrimonio igualitario, porque todo ello "va contra el orden natural".
¿El orden natural? Hace milenios los humanos dejamos de ser solamente seres "naturales". No somos "silvestres" o criaturas dominadas por la biología. Hace décadas el gran antropólogo Claude Lévi-Strauss propuso que el inicio de la "cultura" -entendido como el opuesto dialéctico de "naturaleza"- se da cuando emergió en un grupo la ley de prohibición del incesto.
Antes de esa prohibición, y obedeciendo al orden "natural", macho y hembra copulaban; sin importar que el macho fuera el padre y la hembra la hija; o que la hembra fuera la madre y el macho el hijo; o hermano con hermana. Entonces esos seres actuaban conforme al "orden natural". Hasta que hubo una decisión "no natural" para adoptar una conducta "no natural": prohibir el incesto. Y se inicia un milenaria jornada en que los humanos -siempre teniendo una base "biológica/natural" nos vamos construyendo como seres "culturales". Desarrollamos nociones "no naturales", como las del bien y del mal. (no presentes en los animales).
El relato del Genésis en la Biblia es una hermosa historia que expresa ese "separarse del estado natural" para iniciar el estado moral, es decir, cuando interviene la libertad y la razón para discernir entre el bien y el mal. Por otra parte, desde hace siglos los seres humanos aprendieron a modificar el "estado natural" de múltiples granos mediante técnicas de mejoramiento genético para obtener mejores rendimientos. Existen en el mundo bancos genéticos donde se guardan con medidas extremas de seguridad lo que queda de las variedades "primigenias" de alimentos como el maíz, el trigo y la papa. Hoy en día prácticamente nada de lo que comemos es estrictamente "natural y silvestre en estado primigenio", comemos alimentos "culturizados". Y tras milenios de evolución cultural, hoy en día organizamos nuestra vida colectiva tomando en cuenta lo natural, pero trascendiéndolo a través de la cultura y la emergencia de nuevas nociones y nuevas formas de entender y vivir "lo humano".
No deja de ser paradójico que uno de los principales defensores "del orden natural de la familia", como lo es la Iglesia Católica, imponga a sus sacerdotes el nada natural -más bien antinatural- mandato del celibato, que priva a sus sacerdotes de vivir una vida sexual sana y satisfactoria, que, de hacerlo, se evitaría que entre ellos existan tantos pedófilos que andan violando niños.
En el Siglo XXI, amor es amor y se debe respetar el derecho de todo ser humano a vivir el amor como mejor le parezca. Si usted rechaza el amor entre personas del mismo sexo, entonces limítese a no enamorarse de alguien de su mismo sexo; pero sus prejuicios no pueden y no deben invocarse, camuflados bajo el pretendido "orden natural", para prohibir que otros seres humanos puedan vivir su amor plenamente tal y como lo sienten y lo desean.
Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio. Delfino.CR es un medio independiente, abierto a la opinión de sus lectores. Si desea publicar en Teclado Abierto, consulte nuestra guía para averiguar cómo hacerlo.