La inflación, entendida como el aumento generalizado en los precios de los bienes y servicios en la economía, en los últimos meses ha sido protagonista de las principales noticias internacionales.

Esto debido a que en el último año hemos experimentado aumentos contantes en los precios en la economía mundial, producto de la ayuda por parte de los gobiernos y bancos centrales para combatir la pandemia, lo que generó inyecciones de liquidez nunca vistas.

Situación que empezó a generar preocupaciones a los bancos centrales alrededor del mundo y los ha motivado a iniciar con estrategias para contrarrestarla y evitar que la misma se salga de control.

Pero ¿cuál ha sido las principales causas de los aumentos en la inflación?

Una de las principales razones obedece a que la pandemia generó problemas en las cadenas de abastecimiento, provocando atrasos importantes en los plazos de las entregas de materias primas y bienes terminados, a manera de referencia, un flete de China hacia Estados Unidos prácticamente duplicó el tiempo de entrega y así encareciendo su valor en el último año.

Adicionalmente durante el 2021 experimentamos también aumentos en los salarios y en los ingresos de las personas presionando así el alza en la demanda de bienes y servicios que no necesariamente las empresas estaban listas para proveer ya que habían despedido a mucho de su personal a inicios de la pandemia.

Este aumento en la demanda, sumado a los problemas en las cadenas de abastecimiento y un incremento en la cantidad de dinero en circulación, crearon la mezcla perfecta para que la inflación saliera a la luz y creciera rápidamente, solo en Estados Unidos los precios crecieron un 7% interanualmente.

Ahora bien, ¿cómo enfrentar esta coyuntura y evitar que esto genere un problema mayor en la economía mundial?

Una de las principales funciones que tienen los bancos centrales es precisamente controlar el aumento en la inflación, esto lo puede hacer a través de diferentes herramientas de política monetaria como lo son las tasas de interés, que les permitirá poner un freno a los aumentos en los precios mediante la reducción de la cantidad de dinero en circulación.

Tomando en consideración los datos actuales de la inflación los bancos centrales han anunciado que darán un giro a su política monetaria y empezarán a incrementar paulatinamente las tasas de interés en aras de frenar los aumentos en los precios.

Una de las principales inquietudes de los inversionistas ante el incremento en las tasas de interés es el efecto que esto tendrá en sus portafolios de inversión.

Ante el aumento en tasas, los mercados deben corregirse tal es el caso de los instrumentos de renta fija (bonos), ya que ante un escenario de tasas más altas los precios deben de ajustarse a la baja para alinearse a los nuevos niveles de tasas y rendimientos que los inversionistas pueden encontrar en el mercado en las emisiones de nuevos bonos.

De manera conjunta, si los aumentos en la inflación son rápidos y fuertes pueden generar una diminución en las utilidades de las empresas, por lo que en el corto plazo se puede ver además una disminución en el precio de las acciones. Si las tasas de interés suben de manera significativa puede generar un incentivo para salir de estas posiciones y trasladar esos recursos a instrumentos de renta fija ya que estos tienen un menor riesgo asociado, generando así presión a la baja en los precios de las acciones de algunos sectores.

Todas estas situaciones nos reafirman la importancia de mantener un estrecho seguimiento al portafolio de inversión para así minimizar los efectos negativos y aprovechar las nuevas oportunidades de inversión que nos da el mercado.

¿Y cómo lo podemos lograr? haciendo rebalanceos en el portafolio de inversión que permita posicionarnos en aquellos sectores que normalmente son ganadores con la inflación y además mitigar de manera oportuna cualquier efecto negativo. Por ejemplo, en tiempos inflacionarios algunos sectores que típicamente se ven beneficiados son:  materias primas, energía, bienes raíces entre otros.

En las últimas semanas del año 2021 y lo que va del mes de enero hemos visto como han estado en juego estas fuerzas en el mercado, generando una alta volatilidad, bajas de casi un 10% en los principales índices bursátiles, así como en los precios de los bonos, estos cambios ya se están viendo mayor o en menor grado en los portafolios de los inversionistas.

Estos movimientos en la economía y los mercados son normales, después de un proceso de mucha incertidumbre los precios de los activos financieros tienden a normalizarse, la volatilidad empieza a disminuir conforme se encuentra el nuevo equilibrio.

Si la política económica es aplicada en forma correcta veremos que la inflación va a ir cediendo paulatinamente sin afectar el crecimiento de la economía real, devolviendo la confianza a los consumidores y a las empresas y generando una recuperación en los precios de los activos financieros.

El éxito de una buena gestión del portafolio va de la mano de mantener la calma, no tomar decisiones a la ligera y asesorarse con los expertos, parafraseando a Warren Buffett “la paciencia paga”.

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