Por Daniela Carolina Chaves Cartín - Estudiante de la carrera de Relaciones Internacionales
Cuando se habla de relaciones es más probable que las personas salgan con alguien que se encuentre en su entorno, un amigo, conocido, compañero, o simplemente alguien con quien se coincide en un momento o lugar, pero conforme se ha avanzado a la era digital, las personas han comenzado a conectar emocionalmente con otros por redes sociales. Mediante las interacciones con desconocidos en estás plataformas se han llegado a formar vínculos, y aunque si bien ya existía la idea de páginas y aplicaciones para encontrar citas o pareja, la pandemia de la COVID-19 le dio en empujón final a está modalidad y cómo es vista socialmente.
Las citas en línea son la nueva normalidad. Hace algunos años para una persona el admitir tener una cuenta en alguna página o aplicación para buscar citas era un hecho vergonzoso y mal visto, pues podía indicar que su vida social no era la mejor e incluso podía ser una señal de desesperación, pero ahora las cosas son muy diferentes, principalmente en los adultos jóvenes, quienes no le vieron ningún problema a tener una cuenta de Tinder, una nueva modalidad que se volvió normal con el requerido distanciamiento físico. Así que, con las reuniones sociales suspendidas indefinidamente, recurrir a internet para encontrar vida amorosa y social no es para nada descabellado, y conocerse por videollamada y hablar a diario por mensaje se está convirtiendo en norma (Delaney, 2020).
No solo ha cambiado la forma en que las personas buscan una relación, sino también cómo estas son percibidas; la monogamia y exclusividad son conceptos que se están abriendo y ya no son la única manera correcta de estar en una relación. El valor personal de cómo se perciben los individuos y el cómo son percibidos por los demás usuarios en estas aplicaciones ha probado tener un efecto directo en la búsqueda de pareja o compañía casual; cuando se presentan ante un usuario múltiples alternativas de emparejamiento, no solo cambia la perspectiva de su valor propio, sino también disminuye el relacionarse fielmente con una solo pareja (Alexopoulos et al., 2020). Uno de los motivos por los cual se han incrementado las relaciones abiertas, casuales y en algunos casos la infidelidad, es debido a la fragilidad y falta de afecto al vínculo que se formó; cuando una parte no se siente satisfecha con la otra, esto puede llevar a buscar un sustituto ante esa carencia en la relación, y esto se puede dar con o sin el consentimiento de la otra parte. Otra opción para estas personas es buscar un vínculo totalmente nuevo que cumpla con ese faltante que tuvieron en su relación anterior (Días et al., 2020).
No se puede dejar de lado que ha habido un cambio en la percepción moral de las páginas y aplicaciones para citas; el año pasado, una serie de encuestas de opinión realizadas en Costa Rica a personas de entre los 13 y 35 años demostró que esta población ha experimentado aburrimiento durante el confinamiento por la pandemia de la COVID-19 (UNICEF, 2020), e internet ha sido una de las principales formas de combatir el aburrimiento y la ansiedad que han vivido las personas estando en casa de manera continua y con interacciones sociales limitadas, por lo que esto pudo ser un factor de la normalización de las aplicaciones de citas. Si bien una parte de las personas que han accedido a estos servicios lo hizo por aburrimiento, para pasar el tiempo, los porcentajes de crecimiento y artículos de experiencias de personas que han buscado mantener, iniciar o aventurarse en una relación como mecanismo para afrontar la pandemia sigue teniendo relevancia, por lo que se evidencia un cambio de mentalidad para si quiera considerarlo y más para hacerlo.
Finalmente, se debe tener presente que esto bien ser subjetivo dependiendo de cada sociedad, región y afectación de la pandemia, pero tomando los lugares que pueden ser más conservadores, la digitalización es algo que se está dando y las citas en línea y relaciones casuales vienen junto a esta. No solo se trata del acceso a la información, sino del cómo lo asimilan las personas con sus propios cánones morales y acciones diarias, incluyendo esta modalidad de amor virtual.