Por Nikole Granados – Estudiante de la carrera de Administración de Negocios
El mundo vive una nueva realidad a raíz de un virus que ha traspasado fronteras, y para Costa Rica no es una excepción. Una vez confirmado, por el Ministerio de Salud, el primer caso positivo de la COVID-19 en territorio costarricense el pasado 6 de marzo del 2020, las medidas drásticas tomadas por el Ministerio de Salud ante esta pandemia han traído un nuevo reto para todos los negocios que operan a nivel nacional. El cierre de comercios, la restricción vehicular y la cancelación de eventos masivos han beneficiado a la población al disminuir la propagación del virus, sin embargo, no ha beneficiado de igual manera a las empresas que se han visto en la obligación de cerrar sus comercios e inclusive a retirarse del mercado.
Si se habla de números, según estudios realizados en el mes de marzo, “al menos 331 empresas se vieron obligadas a suspender labores y 9.728 personas trabajadoras quedaron sin empleo, como consecuencia de los estragos económicos que causa el combate contra la pandemia de la COVID-19 ” (Pimentel, 2020). Esto no ha sido impedimento para la población costarricense, pues esta se ha armado de valor y creatividad para poder sobrevivir ante esta crisis.
Bien se afirma en un artículo del periódico digital costarricense El Observador: “Muchas personas han tenido que cambiar de actividad de la noche a la mañana para sostenerse financieramente y otras recurren a cambiar un poco su modelo de negocio para sobrevivir a la crisis” (Umaña, 2020). Y es aquí donde el tema de la innovación y el desarrollo de nuevos productos o servicios toma protagonismo, pues no es cuestión darse por vencido en el intento, sino que es obligación de las marcas adaptarse a las nuevas necesidades de sus consumidores.
Cabe destacar que el periodo de confinamiento debe tomarse como ventaja para reestructurar ideas comerciales y adaptar los servicios a la nueva normalidad que el mundo entero afrontará; el principal protagonista de la historia sería la internet y todo el desarrollo tecnológico que trae consigo. El comportamiento de los consumidores varía notoriamente y se encuentra vinculado a sus ingresos, sus sentimientos ante la crisis, sus gastos y su nuevo estilo de vida basado en una realidad virtual que intenta crear un sentimiento de participación similar a la física, más no reemplazable. Ante un consumidor exigente, que acostumbra a tener todo a su alcance, nacen diferentes ideas de negocio que contribuyen a impactar en el mercado para lograr satisfacer las necesidades de sus consumidores de la manera más innovadora y más sencilla mediante la ley del mínimo esfuerzo.
Empresas líderes han logrado reinventarse de manera creativa, innovadora y eficiente, mientras otras han dado un giro total en la modalidad de servicios para no tener que retirarse del mercado. Es imprescindible mencionar que “según un estudio de la consultora Kantar, a nivel regional, durante los meses de marzo y abril el comercio electrónico mostró un incremento del 387%” (Revista Summa, 2020). Por ello, más que un reto, es una adaptación a la era digital que ya se veía venir años atrás por medio de los procesos tecnológicos con los que la sociedad se había estado familiarizando. En Argentina, por ejemplo, se parte de la necesidad de salir a trabajar en medio de una pandemia, lo que podría ser elemento clave para la vulnerabilidad de consumo. Por ello, el Ministerio de Salud de Argentina identificó esta problemática social y, mediante la innovación, se propuso ser colaborador de la prevención del virus a nivel nacional creando una aplicación que permite una autoevaluación de síntomas de la COVID-19 obligatoria a todas las personas que tuviesen que salir de casa por situaciones laborales. Gigantes de la industria como Apple y Google están trabajando en desarrollar diferentes parámetros para aportar a sus usuarios seguridad ante tiempos de desesperación.
Finalmente, las empresas están logrando detectar las necesidades reales que presentan los consumidores. No es solamente el tema de aparecer digitalmente e intentar vender, sino, como se afirma en la revista mexicana Expansión, “los consumidores ponen especial atención al propósito de su marca preferida, por lo que esta es una oportunidad para tomar el liderazgo en el mercado” (Camacho, 2020). Por ello, mediante investigaciones de mercado, se puede asegurar una identificación de problemas sociales por solventar.
Muchas marcas podrían ser protagonistas y, con ello, no solamente destacar ante su competencia, sino plasmarse en la memoria de los usuarios en el momento que se prescinde de sus productos o servicios. La propuesta de adaptación a nuevas necesidades, es totalmente aceptable, ya que proporciona un nuevo reto para cada marca, en donde la protagonista es la que logra destacar en un mercado trascendental.