Diana Díaz, Ximena Aguilar y Tomás Gómez son tres diseñadores que trabajan bajo la nueva tendencia de moda llamada “upcycling”. Uniendo las palabras “up” (arriba) y “cycling” (corto para “recycling”, o sea, reciclaje), este es un concepto en donde se crean prendas nuevas a partir de otras que ya existían para combatir la sobreproducción de materiales.

Dicha sobreproducción tiene un impacto social tanto como ambiental. Al sacar tantas piezas cada año, las compañías de moda, en especial las de “fast fashion”, buscan producir en países donde la mano de obra es significativamente más barata, por ejemplo: Bangladesh, India, Camboya, Indonesia, Malasia, Sri Lanka y China. Sumado al bajo salario que reciben los empleados, las condiciones de trabajo son notoriamente pésimas.

Uno de los ejemplos más grandes es el derrumbe del Rana Plaza en Bangladesh en el 2013, el cual dejó más de mil fallecidos.

Hay que evitar al máximo crear cosas nuevas a partir de cero porque requiere residuos, contaminación, mano de obra esclavizante; requiere un montón de factores que nos afectan como globalidad,” comentó Ximena, dueña de la tienda, Atem. “Hay que sacarle el provecho a todo lo que tengamos, a toda la basura que creemos que ya no queremos, que ya no necesitamos, porque alguien más le puede sacar provecho. Alguien más puede crear a partir de ahí".

Ubicada en Belén de Heredia, Atem es una tienda conocida por su curaduría de ropa de segunda, estilos versátiles y una estética que solo puede describirse como “chic”. Sus espacios, tanto en persona como virtuales, son minimalistas, coloridos y arraigados en el arte moderno. Además de ser una marca que va de la mano con las tendencias actuales, Atem también ofrece piezas “retro” que desafían el paso del tiempo.

“Atem viene de atemporal. Hay piezas que son de los 60s, piezas de los 80s y todo se puede usar hoy,” comentó la dueña.

La tienda tiene cuatro años de funcionar bajo este nombre y en torno al cuidado y alteración de piezas de segunda mano. Sin embargo, a sus inicios se dedicaba únicamente a la venta de ellas ya que era el apoyo económico de Ximena, quien entonces estudiaba diseño gráfico en la Universidad de Costa Rica (UCR). Esta carrera y su relación con el arte definen la manera en la que Atem se presenta como marca.

Ximena Aguilar, fotografiada por Cris Solano Mata.

A sus 25 años, Ximena ya tiene un lugar fijo donde puede alojar su tienda. La adquisición del estudio de Atem fue desencadenada por el crecimiento de ventas que tuvo el covid-19 sobre los negocios en línea.

Fue como un boom que hubo a principios del año pasado cuando empezó la pandemia. Todo el mundo empezó a comprar ropa de segunda. Entonces, Atem empezó a crecer mucho porque tenía un historial de más tiempo y la gente ya tenía un poco más de confianza. (…) Lo que he estado haciendo últimamente con este espacio es abrirlo cada dos meses al público. La gente puede venir, puede probarse, puede tocar telas. Ha sido un éxito".

En cuanto a sus metas, Ximena planteó la idea de establecerse como una marca prominente de segunda mano tanto en Costa Rica como en el resto de Centroamérica. Ya que el concepto de tiendas que venden ropa usada preseleccionada es más común en Europa y en los Estados Unidos, ella quiere traer ese mismo modelo a un público más grande en Latino América. De los retos que observa en el país están la estigmatización que tiene la ropa “americana” y el rechazo a la idea de reciclarla.

Dentro de la cultura del costarricense, ni siquiera se ve la oportunidad de reutilizar su propia ropa. Cuando tienen algo en su closet que no quieren, no piensan en cambiar esa prenda y hacerla más cool o dársela a alguien. Hay demasiada gente que piensa en botarla. O sea, literalmente piensan en botarla. (…) Que algo ya haya existido no significa que no pueda darnos un sentimiento igual a algo nuevo, incluso es mejor porque sabés que estás reutilizando. Podés saber que tu pedazo de tela tiene historia. Te hace sentir diferente".

El “upcycling” de Atem entra en juego cuando una pieza tiene algún daño, pero aún sigue siendo rescatable. Junto a su costurera, Ximena piensa en formas en las que estas puedan deconstruirse para crear algo nuevo. Por ejemplo, hace poco tuvieron una colección en donde la base de las prendas eran camisas de hombres que estaban manchadas y luego fueron alteradas para aprovechar el resto del material que seguía en buena condición.

Para la emprendedora veinteañera, el “upcycling” también aplica para los objetos. Su estudio está lleno de materiales reciclados, desde una gran mesa armada con una tabla y contenedores pintados, hasta floreros viejos que ya no estaban siendo utilizados. También está lleno de arte realizado por ella misma.

No es solamente para la ropa, sino que en la basura o lo que se está desechando, salen mil cosas nuevas. Creo que es super importante unir el material que está en el planeta con la creatividad. Si le metés amor y creatividad, hasta en Pinterest podés buscar ideas de cosas que hacer. La importancia del upcycling es cambiar la mentalidad con la que vemos las cosas que no sirven".

Video por Cris Solano Mata. Música por Vladi Solano.

Atem queda ubicada en Belén, Heredia, pero también recibe pedidos en línea mediante su página de Instagram: @atem.at

Por otro lado, FIVI es una marca de moda sostenible creada por Diana Díaz, quien tiene un ingenioso manejo de telas recicladas. Cada prenda, por lujosa y moderna que se vea, está creada con materiales que se pueden encontrar en todos los hogares del país, desde cortinas, sábanas y manteles, hasta pares de jeans o pantalones de corduroy.

Sin embargo, el concepto del “upcycling” no siempre fue parte de la visión de FIVI, ya que esta empezó siendo una pequeña tienda de ropa de segunda.

A finales del 2019, Díaz creó la marca vendiendo ropa vieja de su mamá, amigas y su propio closet. En cuanto al nombre, FIVI, este viene de un personaje de la serie de televisión, Friends.

Pensé que si uno le escribía así “P-H-O-E-B-E” la gente no lo iba a decir bien. Dije no, pongámosle así tal cual como suena. Me gusta porque es algo raro, bonito y cortito".

Diana Díaz, fotografiada por Cris Solano Mata.

Al igual que en el caso de Ximena, fue en el 2020, con la llegada de la pandemia del coronavirus, que la diseñadora decidió emplear su creatividad para darle nueva vida a prendas que podrían verse como desechables.

Empezamos con accesorios, haciendo “bucket hats” y colas, lo que yo pensaba que era más fácil de hacer. Un día encontraba una blusa gigante o un vestido con tela super bonita, las cortábamos y eran colas. O jeans — hacerlos “bucket hats” — eso era más sencillo que toda una prenda. Fue algo que simplemente surgió".

Diana comenzó a diseñar piezas usando los recursos que obtuvo de YouTube acerca de la moda. Ahora, con tan solo 21 años, es una diseñadora casi completamente autodidacta. La pasión y entusiasmo que tiene por la tienda se ve directamente reflejado en su manera de trabajo.

Casi siempre intento hacer “moodboards” (“muros de inspiración”) y como qué es lo que me va a inspirar. Canciones — cosas en general. Busco revistas. Pongo colores, telas, para saber cuáles usar. Empiezo a hacer los dibujos".

El primer producto de FIVI, hecho con la ayuda del sastre con el que la marca sigue trabajando, fue una blusa con un “estilo metálico” llamada el Marie Top, en honor a la científica ganadora de dos premios Nobel, Marie Curie.

Todas las blusas de FIVI reciben su nombre de alguna mujer pionera en el ámbito de la ciencia, dado que la otra pasión de Díaz es la química. Además de atender a su marca, la joven diseñadora estudia la carrera en la UCR.

Muchas veces he pensado en pasarme a diseño de modas. Desde siempre pensé que iba a ser científica, entonces decirle que no a esa parte de mi vida es difícil. Pero sí he pensado en ser diseñadora de moda. Mientras sepa de los procesos básicos del diseño, creo que podría ser parte de la química y de la moda".

Curiosamente, existe una correlación muy importante entre la ciencia y la moda, especialmente durante la producción de prendas. Para evadir problemas ecológicos como la excesiva fabricación de plástico, la cual ha empeorado drásticamente durante la pandemia, diseñadores han logrado encontrar formas en las que se puede expandir la moda sostenible. Por ejemplo, ya se encontró una forma en la que se puede generar tela a partir de plástico reciclado.

En un estudio publicado en el 2019 por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en conjunto a la Fundación Ellen MacArthur, se mostró que la industria de moda desecha anualmente medio millón de toneladas de microfibras de plástico en el océano, el equivalente a 50 mil millones de botellas de plástico. Además, aproximadamente 20% de las aguas residuales en todo el mundo provienen del teñido y tratamiento de telas.

La responsabilidad ecológica es algo que acompaña a FIVI en todo momento, incluso en el mensaje de amor propio que Diana intenta comunicar en redes sociales. Su pensar es que, para crear un impacto en el mundo y las personas, el individuo primero debe cuidar de sí mismo trabajando en las pequeñas cosas. Entre los detalles que Diana plantea esenciales para el crecimiento personal, está el reciclaje. Este es el tipo de comunidad que busca crear incluso en las metas para la marca.

A largo plazo, me encantaría tener una cadena, ser así tipo Zara, pero sostenible. Que la sostenibilidad no sea aburrida. Me encantaría tener una tienda grande en la que las personas puedan intercambiar cosas. Como que yo tengo este pantalón, ya no me queda, ya no me gusta, entonces quiero ir a comprarme otra cosa. Puedo obtener esta otra cosa nueva, pero reciclando. Creo que hacer esto parte de la cultura seria super beneficioso".

Video por Cris Solano Mata. Música por Vladi Solano.

FIVI cuenta con espacios en la tienda Capicúa en Santa Ana y en Costa Rica Moda Para El Mundo, en Multiplaza del Este. También se pueden realizar pedidos en su página de Instagram: @Fivicr

En el caso de Tomás Gómez, actor y creativo chileno en diversas áreas del arte, él utiliza el “upcycling” desde un ángulo completamente diferente. Su tienda, P0limorfo, se caracteriza por el empleo del “tie dye” (estilo anudado, en español), una técnica de teñido popularizada en los años 70s, pero que existe desde el siglo VIII. Esta consiste en hacer un nudo o doblar la ropa antes de teñirla para obtener diseños únicos.

El estilo de la marca es inconfundible. Es colorido y bohemio; urbano y un sincero homenaje a la vida en la ciudad. Es fiel a su nombre, el cual se deriva de la palabra “polimorfo”. Tomás la define como:

Distintos tipos de estructuras que no tienen un orden fijo y que dan un resultado diverso. Como, por ejemplo, un cristal es polimorfo. El cristal es maravilloso en su forma, pero no es de una estructura fija a nivel químico y eso se refleja en el exterior".

Tomás Gonzáles, fotografiado por Cris Solano Mata.

La tienda también, se caracteriza por el sentido de comunidad que ha logrado generar en los espacios LGTBQ+ y el movimiento de la aceptación de todo tipo de cuerpos. Cualquier prenda puede ajustarse, haciéndola más ancha o tallada, ya que es un servicio que Gómez ofrece. Así mismo, la tienda también recibe pedidos personalizados.

Hubo gente que me empezó a escribir diciendo que se sentía, no sé si identificada con la marca o le gustaba pero, eso fue haciendo que se volviera más comunitario. Que se sintiera también este intercambio de que viene gente, posa la ropa, yo le hago las fotos y después se las entrego. Creo que eso lo ha hecho ser una característica propia de la marca. (…) Al mismo tiempo trabajo con máquina de coser. Entonces me ha pasado que hay gente que es como “uy me encanta, pero no es mi talla”. Diay, lo arreglamos, cachai? No tengo ningún problema en achicar tallas de ropa o en hacerle cortes".

El amor de Tomás por la moda comenzó en su niñez y alrededor de los 14 años, aprendió a teñir ropa. A finales del 2020, cuando abrió P0lomorfo, tomó el paso de experimentar con el “tie dye”.

Quise hacerlo de una manera creativa. No me puse a imitar patrones de tie dye como lo que uno ve en YouTube. Empecé a ver la técnica, pero a seleccionar de cierta manera qué eran las cosas que me gustaban y lo que yo quería realmente hacer con una prenda. Ya luego han sido puros juegos. Ir tiñendo, ir viendo qué pasa, tomando decisiones conforme lo que vea a la primera".

Pero, P0limorfo no solo se dedica al “tie dye”, pues Tomás realiza baños de color y usa la técnica de goteo, la cual consiste en dejar tinte diluido gotear directamente sobre una prenda. También empezó a usar el método frío, en donde se trabaja con hielo y el tinte en polvo. De todas formas, casi todos los procesos de teñido son largos y requieren un alto nivel de paciencia.

Preparo los colores con la temperatura adecuada y bastante sol, como la prenda tiene que estar caliente mucho rato. Generalmente, la dejo un día donde le pegue el sol, envuelta en una bolsa plástica para que absorba el calor. Dependiendo igual, al comienzo yo tengo en mi mente cosas, digo “ok, voy a trabajar sobre esta, voy a usar estos tres colores”. Le hago el tipo de doble que quiero y me imagino, le aplico los colores y después lo abro. Dependiendo de la prenda, a veces le tengo que poner dos teñidos o tres".

En relación con la ropa de segunda, Gómez recordó que la última vez que compró en un mall o una tienda de ropa masiva fue alrededor de los 15 años. Para él, la moda sostenible es un estilo de vida que se arraigó en su adolescencia.

En Chile es muy diferente porque la ropa americana no está restringida solamente a las tiendas de ropa americana. Allá sucede mucho que la gente vende su ropa en las ferias de verduras y de frutas. Entonces, como vivía en una parte que era marginada, habían ferias que eran inmensas y la gente vendía fardos de ropa; y yo con mis amistades, eso era como el panorama".

Fue orgánico que todas las piezas que P0limorfo trabajara fueran de segunda. Transformar prendas desechadas mediante el “tie dye” es su aporte al movimiento del “upcycling”. Tomás piensa que es esencial incorporar este tipo de reciclaje al día a día porque crea una mentalidad “menos desechable”, una en donde se puede aprovechar la inmensa cantidad de materiales que ya existen en el planeta.

Creo que el upcycling lo que hace es potenciar eso, potenciar la capacidad creativa de cada persona frente a un montón de materiales que han dado un montón de vueltas, de cosas que ya se confeccionaron y que pueden seguir usándose o darles una nueva forma. Yo siento que las cosas no se agotan. Lo único que se agota es la conciencia y la relación con eso. Los materiales siguen ahí".

Motivando al público a sumergirse en el mundo del “upcycling”, ropa de segunda y prendas personalizadas, Gómez propuso que en este ámbito las personas pueden encontrar autonomía y creatividad.

A veces la gente cree que, porque no trabajan en oficios artísticos, la creatividad no es algo nato en la persona y es todo lo contrario. Todas las personas son creativas. (…) La creatividad habita en todos los cuerpos y cuando uno se viste de acuerdo con lo que está imaginando, a los colores, a las formas que quiere, está desarrollando esa creatividad innata".

Video por Cris Solano Mata. Música por Vladi Solano.

Polimorfo realiza sus ventas y pedidos personalizados mediante su página de Instagram: @p0limorfo