El Banco Central de Costa Rica (BCCR), en la presentación de su Informe de Política Monetaria, anunció una revisión al alza de sus proyecciones de crecimiento económico para este año que ahora se espera cierre en un 5,4%, 1.5 puntos porcentuales (p.p) superiores a su proyección de julio pasado. Para el próximo año, el Central también ajustó sus proyecciones al alza, esperando un crecimiento de 4,5% del PIB, 0.8 p.p. más que en la proyección anterior.

El informe destaca que la actividad económica nacional ha continuado fortaleciéndose, luego de la caída registrada en el 2020 como consecuencia de la crisis por la pandemia de COVID-19. Las cifras disponibles indican que la producción ya habría alcanzado el nivel prepandemia en el tercer trimestre del 2021, un trimestre antes de lo que se había previsto inicialmente.

Según señaló el Central, la mayoría de las actividades ya sobrepasaron el nivel que tenían antes de la pandemia. Continúan como las más rezagadas en su recuperación las actividades vinculadas al turismo, que fueron justamente las más golpeadas por la crisis sanitaria ante el cierre de fronteras que se mantuvo en 2020 y la caída en el movimiento de personas a nivel mundial.

Según aseguraron en el informe, el mejor desempeño de la producción se ha manifestado también en el mercado laboral, cuyos principales indicadores mejoran, aunque a un ritmo más lento que la recuperación en la actividad económica. Desde el Banco explicaron que este fenómeno –el de un repunte rezagado del mercado laboral frente al de la producción–se ha repetido en muchos países, y aseguraron que se debe a una mezcla de factores como que incluyen:

  1. Ante la incertidumbre generada por la crisis sanitaria, algunas empresas han sido cautas en recuperar sus niveles de empleo prepandemia, y han ajustado su actividad a formas de producción menos intensivas en el uso del factor trabajo.
  2. Algunas de las actividades más golpeadas por las restricciones sanitarias y las consecuencias de la pandemia eran precisamente las más intensivas en el empleo de trabajadores (como el turismo, el comercio, la construcción, las actividades de entretenimiento) entre ellos los informales
  3. El empleo en el sector informal es el que está más lejos de recuperar los niveles prepandemia.

Adicionalmente, desde el Banco Central señalaron como un hito importante que las cuentas fiscales muestran también resultados más favorables. El informe destaca que el Gobierno generó un superávit primario (excluye el pago de intereses) de 0,3% del PIB, que contrasta con el déficit de 2,6% registrado 12 meses atrás.

Inflación y mercado cambiario

Desde el Banco Central señalaron, además, que el país ha experimentado en meses recientes un repunte en la inflación, que obedece, principalmente, a dos fuerzas:

  1. Efectos base como consecuencia de los bajos precios que prevalecieron en los meses iniciales de la pandemia.
  2. El alza reciente en la inflación refleja el aumento en los precios de los bienes importados, que a su vez es fruto de la conjunción de tres factores: el aumento en los precios internacionales de las materias primas (particularmente del petróleo), los mayores costos de los fletes marítimos, y la depreciación del colón.

Aun así, el nivel de la inflación se mantiene con un registro de 2,1% anual, en setiembre pasado apenas alcanzó a ingresar, por primera vez en varios meses, al rango de tolerancia alrededor de la meta de inflación del Banco Central (entre 2 y 4%). El Central aseguró que sus modelos de pronóstico ubican la inflación dentro de esa meta en los próximos dos años.

Sin embargo, el mercado cambiario sí ha enfrentado presiones a lo largo del año, especialmente a partir de mayo. Estas presiones reflejan fundamentalmente un aumento de la cantidad demandada de divisas consecuencia de:

  1. La decisión de las operadoras de pensiones de aumentar su tenencia de activos en el exterior.
  2. Aumento en los precios de los bienes importados.
  3. Mayores requerimientos del sector público no bancario para atender el servicio de la deuda en moneda extranjera.

En su conjunto, estas presiones se han manifestado en un aumento del tipo de cambio nominal del dólar y una reducción de las reservas internacionales. Algunos de esos factores podrían revertirse en próximas semanas. En particular, factores estacionales podrían aumentar la oferta de divisas a partir de este mes de noviembre. También la demanda neta de divisas del sector público no bancario podría mitigarse o revertirse en la medida en que se dé la aprobación legislativa de créditos externos.

Desde el Banco Central recordaron que las proyecciones presentadas están sujetas a varios riesgos provenientes tanto del entorno externo como del interno. En el plano internacional, los principales riesgos tienen que ver con la evolución de la pandemia, de las presiones sobre la inflación mundial y la evolución de la crisis de las cadenas de abastecimiento. A nivel interno el mayor riesgo proviene de la incertidumbre en torno a la aprobación legislativa de los proyectos acordados con el FMI, y que un rechazo, retraso excesivo o erosión por parte de la Asamblea Legislativa de dichas medidas podría dar lugar a la suspensión del acuerdo con el Fondo, lo que reduciría la probabilidad de contar con el apoyo presupuestario de otros organismos financieros multilaterales.

Durante la presentación Rodrigo Cubero Brealey, presidente del BCCR, señaló que “hacia adelante, en el tanto las condiciones macroeconómicas y los modelos de pronóstico indiquen que, en los próximos 24 meses, la inflación no excedería en forma sostenida la meta de 3%, el Banco Central mantendrá la postura expansiva de la política monetaria, en apoyo de la recuperación económica y la generación de empleos. Sin embargo, en vista de que los riesgos sobre la proyección de inflación están inclinados al alza, el Banco Central se mantendrá vigilante, y adoptará oportunamente las acciones que se requieran para mantener la inflación proyectada dentro del rango de tolerancia alrededor de la meta”.