Una anciana de 96 años acusada de ser cómplice de más de 11.000 asesinatos por su labor como secretaria del campo de concentración nazi de Stutthof, en plena Segunda Guerra Mundial, se ha negado este martes a declarar al inicio de un juicio en su contra en la ciudad alemana de Hamburgo.

La acusada, que ha entrado en la sala en una silla de ruedas, se ha negado a responder a las preguntas del tribunal de Itzehoe, tal y como ha confirmado su abogado, Wolf Molkentin.

La mujer, que ha sido identificada únicamente como Irmgard F., ha sido acusada de colaboracionismo por la labor presuntamente desempeñada en un campo ce concentración durante la guerra. La anciana ha sido imputada como civil al servicio de las SS cuando trabajó como taquígrafa y mecanógrafa en la oficina del comandante del campo de concentración de Stutthof --cerca de la ciudad polaca de Gdansk--.

Según la Oficina Central encargada de la investigación de los crímenes nazis, unas 65.000 personas murieron en el campo de concentración alemán de Stutthof y sus instalaciones aledañas, así como en las llamadas marchas de la muerte organizadas allí al final de la Segunda Guerra Mundial.

El juicio podría ser uno de los últimos que se celebren en Alemania en relación con el nazismo. La acusada debía ser juzgada el 30 de septiembre, pero la mañana del juicio se dio a la fuga. Fue encontrada a las pocas horas y estuvo detenida durante cinco días antes de ser liberada.

De acuerdo con informaciones de la cadena ARD, la acusada ya fue interrogada varias veces como testigo. En 1954 declaró que toda la correspondencia con la Oficina Económica y Administrativa Central de las SS había pasado por su mesa. El comandante del campo Paul Werner Hoppe le dictaba todos los días cartas y mensajes de radio.

Sin embargo, también sostuvo que en ningún momento supo nada de los asesinatos de miles de personas ocurridos durante su tiempo de servicio como secretaria.