Por Galeana Magnin – Estudiante del Club de Volleyball de ULACIT
El mundo después de la pandemia no va a volver a ser igual, el distanciamiento social siempre va a hacer obligatorio, el uso de mascarillas será prolongado y el COVID-19 seguirá siendo parte de nuestro día a día. El país actualmente enfrenta retos a la hora de promocionar un estilo de vida saludable ya que el COVID-19 sigue en el mundo y las poblaciones a las que hay que presentarles más atención son las más vulnerables. Después de estar encerrados aproximadamente un año donde estuvimos sentados en un escritorio ya sea trabajando o estudiando sin contar nuestra salud mental, la dificultad de retomar un estilo de vida saludable va a aumentar, ya que un estilo de vida saludable incluye, además de la comida y el físico, la salud mental. En un punto de vista, la población mayor será esa que recibirá toda la atención, pero en mi opinión se deberían incluir los adolescentes, ya que somos nosotros los que más nos ha afectado a un nivel emocional esta pandemia.
Los retos son definidos como aquellas cosas que toman un poco más de esfuerzo y que incluyen obstáculos durante el trayecto. A la hora de usar gimnasios, por ejemplo, se transmite el COVID-19 por el sudor y la población compartiría maquinas. Es de mayor dificultad hacer que adultos mayores de sesenta años compartan un gimnasio donde la transmisión del virus sea relativamente de mayor facilidad. Este es uno de los mayores retos, ya que esta población necesita un poco de actividad física durante el día.
Personalmente considero que, después de la pandemia, el Ministerio de Salud deberá reunirse a formar planes para esta población, ya sea creando grupos de 5 personas a distintas horas, que cada adulto traiga sus pesas y que haya un instructor para estos grupos. Hay que crear oportunidades donde creemos no tenerlas. En este momento las oportunidades son relativamente escasas ya que estamos viviendo en una era de pandemia.
Los adolescentes han sido afectados enormemente debido a esta crisis, más que todo a un nivel emocional. Muchos nos dicen egoístas, otros nos dicen vagos, pero la realidad es que estamos en los mejores años de nuestra juventud. Pasamos de estar socializando a estar encerrados en un cuarto, de ir a la universidad a estar en una computadora por lo menos un setenta y cinco por ciento del día, restando veinticinco por ciento que no da para hacer mucho, donde ya estamos cansados de estar en el celular y en la computadora. Ya la palabra virtual causa repugnancia. Estar en una constante rutina cansa, debilita la mente, las ganas de hacer cosas, de cumplir con trabajos, disminuyen día a día. La vida que una vez tuvimos no existe ya más.
Las ganas de hacer ejercicio se aminoran causando una vez más un estilo de vida no saludable. Nos quedamos en casa para cuidar a nuestros padres, familiares directos, pero sacrificamos, más allá de una fiesta o de una salida, nuestra salud mental. Como se mencionó antes, hay que crear oportunidades donde no las hay. Ulteriormente de una pandemia, el virus que la causó seguirá presente, es casi imposible volver a fiestas o reunirnos como antes o salir a paseos como una vez lo hacíamos. El reto acá está en seguir cuidando a nuestros familiares, entonces ¿cómo creamos oportunidades para mejorar el estilo de vida de nosotros los adolescentes?
Se recomienda crear grupos de adolescentes donde puedan hablar de sus días, qué les molesta y demás; contratar psicólogas para las personas más afectadas de esta población; crear un número telefónico seguro para poder llamar a cualquier hora. Acordemos que un estilo de vida más saludable comienza con la salud mental, está siempre será prioridad.
Para finalizar, existen más retos que oportunidades para después de la pandemia, ya que le virus causante de esta seguirá siendo parte de nuestro día a día. Las oportunidades son aquellas que tenemos que crear nosotros junto al Ministerio de Salud y al Gobierno Costarricense. Oportunidades como tener psicólogos, entrenadores que nos ayuden ya sea virtualmente o presencial, tener nutricionistas pagados por el Ministerio de Salud; tantas oportunidades que podemos encontrar juntos; soluciones a la mayoría de los problemas que estamos sufriendo en nuestro día a día. Ya ha sido un año en el que hemos estado encerrados. Un día trece de marzo del dos mil veinte anunciaron una alerta roja para todo el país. Fue algo traumático.