Por Kezia Wong – Estudiante de la carrera de Odontología

Desde tiempos remotos el ser humano se ha preocupado por tener una adecuada higiene bucodental fabricando su propio material de limpieza para la boca, y para completar este proceso las civilizaciones se han encargado de fabricarlo e ir evolucionado constantemente este acto. Hay estudios científicos y arqueológicos que demuestran la existencia de estos artefactos de limpieza.

La historia del cepillo dental se remonta en los años 3000 AC, cuando los egipcios fabricaban utensilios rudimentarios que eran ramitas con sus puntas delgadas llamadas palos o varas para masticar, los cuales permitían que estas entraran en el diente para poder así realizar la limpieza. También utilizaban las raíces de plantas de diferentes hierbas para frotarlas entre los dedos ya que eran moldeables y blandas y no afectaban de ninguna manera la encía, mientras que los lados puntiagudos en dirección de los dientes eran ásperos y hacían la función similar a la que hace un palillo de dientes.

En cuanto a problemas de salud bucodental en civilizaciones pasadas, se asocian fuertemente con los mismos problemas que encontramos hoy en día en nuestros pacientes a la hora de acudir a su cita de consulta: gingivitis, periodontitis, halitosis, caries, deficiencia de higiene dental, etc. Remontándonos a Grecia, la cual siempre fue la más avanzada, nos encontramos con Aristóteles, el cual aconsejaba a Alejandro el Grande que todas las mañanas debía darles un masaje a sus dientes con un paño fino de lino, pero que fuera ligeramente áspero.

Al pasar el tiempo, esta práctica de creación de utensilios para limpieza dental se fue perfeccionando hasta que se crea el primer cepillo dental provisto de cerdas. Se origina en China en el año 1498, donde un emperador ideó un cepillo fabricado de cerdas del cuello de cerdos procedentes de climas fríos de China, cocidas y con un mango de hueso con hoyos donde se colocaban las cerdas naturales de estos porcinos amarradas con alambres. Sin embargo, por su alto costo económico no todas las familias gozaban del privilegio. Al ser familias humildes y no poder tener un cepillo por persona en los hogares, compartían entre dos integrantes de la familia el mismo cepillo.

En el año 1600 es que los europeos introducen el cepillo, pero con la diferencia de que usan cerdas más suaves. Sin embargo, a través de múltiples estudios realizados por científicos se logra establecer y comprobar que estos cepillos de pelo animal acumulaban humedad por mucho tiempo, así como bacterias y hongos, por lo cual eran perjudiciales para la salud bucodental de la población; aparte de las laceraciones y lesiones de encía a la hora de desinfectar estos cepillos de dientes.

Es hasta que pasa el tiempo que se empiezan a fabricar los cepillos de dientes de nylon eliminando así todos los problemas que se afrontaban el tener cepillos de dientes de animal y se llega a la creación del primer cepillo de dientes con cerdas artificiales, el cual fue llamado Miracle tuft Toothbrush del Doctor West. Se adecuó así en los cepillos de dientes tanto el grosor de sus cerdas como la dureza y resistencia que estas deben tener. En el año 1950 esta empresa decide perfeccionar la calidad de los cepillos de dientes colocándoles nuevas cerdas de nylon más suaves y blandas que las cerdas anteriores.

Hoy en día existen en el mercado una gran cantidad de cepillos dentales hechos de mangos de plástico con cerdas de nylon, estos poseen diferencia de tamaño (pequeño, mediano, grande) a comodidad del paciente y su posición anatómica bucodental. Se observa también que las cerdas tienen diferencias de dureza y textura, ya que existen medios, duros y suaves. En cuanto al mango del cepillo de dientes, también presentan múltiples estilos: de madera, plásticos, resina etc., y de forma triangulares para una mejor y mayor colocación del dedo pulgar y su acceso al área bucal.

En cuanto a tipos de cepillos de dientes podemos mencionar los tradicionales que son los más usados por la población y están fabricados de cerdas duras medias y suaves. Las suaves son las más recomendadas para todas las personas ya que las duras pueden afectar la gingiva. Por otro lado, hay cepillos de dientes más modernos, como el cepillo de dientes eléctrico, que es una excelente opción para personas que tienen discapacidad de sus facultades y facilita la remoción de placa dentobacteriana.

Al día de hoy, hay una gran cantidad de opciones en el mercado para poder elegir el cepillo ideal para realizar la limpieza dental. Sin embargo, va a depender de las necesidades del paciente y, de ser posible, con parte activa pequeña, con un arco angulado bordes redondeados, y de cerdas suaves.

 

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