Los países que debatían en el seno de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) han llegado este jueves a un acuerdo para reformar el sistema fiscal internacional y que incluye, como estaba previsto, un tipo mínimo de Impuesto de Sociedades a nivel global del 15%, según ha anunciado el organismo en un comunicado.
La declaración sobre fiscalidad ha sido firmada por 130 países del mundo, representantes del 90% del producto interior bruto a nivel mundial. Entre ellos se encuentran China y Estados Unidos, así como el resto de potencias europeas, entre ellas España. También lo suscribe Costa Rica, el más reciente de los miembros de la Organización.
"Tras años de intenso trabajo y negociaciones, este paquete histórico asegurará que las grandes empresas multinacionales pagan su parte justa de impuestos en todos lados", ha explicado el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann.
"Este paquete no elimina la competencia a nivel fiscal, y no debería, pero marca unas limitaciones multilaterales acordadas. También acomoda los diferentes intereses de la mesa de negociación, incluyendo los de jurisdicciones pequeñas y en desarrollo", ha agregado.
Los participantes de la negociación se han comprometido a finalizar el trabajo técnico para el mes de octubre de 2021. La implementación efectiva de esta fiscalidad internacional se dará a partir del 2023.
El paquete de dos pilares es el resultado de las negociaciones coordinadas por la OCDE durante gran parte de la última década, y tiene como objetivo garantizar que las grandes Empresas Multinacionales (EMN) paguen impuestos donde operan y obtienen ganancias, al tiempo que agrega la certeza y estabilidad necesarias al sistema tributario internacional.
El primer pilar garantizará una distribución más justa de los beneficios y los derechos fiscales entre los países con respecto a las empresas multinacionales más grandes, incluidas las empresas digitales como Google o Facebook. Reasignaría algunos derechos impositivos sobre las empresas multinacionales de sus países de origen a los mercados donde realizan actividades comerciales y obtienen beneficios, independientemente de si las empresas tienen presencia física allí.
El Pilar Dos busca poner un piso a la competencia sobre el impuesto sobre la renta de las empresas, mediante la introducción de una tasa impositiva corporativa mínima global que los países pueden utilizar para proteger sus bases impositivas.
Bajo el Pilar Uno, la OCDE espera que los derechos impositivos sobre más de 100 mil millones de dólares de ganancias se reasignen a las jurisdicciones que corresponden cada año. Se estima que el impuesto a la renta corporativa mínima global bajo el Pilar Dos, con una tasa mínima de al menos el 15%, generará alrededor de 150 mil millones de dólares en ingresos tributarios globales adicionales anualmente. También se obtendrán beneficios adicionales de la estabilización del sistema tributario internacional y la mayor certeza tributaria para los contribuyentes y las administraciones tributarias.