Por Ana Lucía Orozco Monge - Estudiante de la carrera de Psicología

La pérdida siempre es un proceso que afecta la parte física del ser humano, pero fundamentalmente la psicológica, por lo tanto, toda pérdida es un proceso evolutivo. Si no crees en Dios, cuando mueres ¿a dónde vas? Según Murphey (2014), el cielo es un lugar divino a donde todas las personas están invitadas a llegar, ya que ahí vive Dios y su estancia es para todos los fieles de Jesús, con el fin de vivir una dicha eterna. Así fue como lo vivió una mujer canadiense. Ella sufrió de cáncer en los huesos y el hígado y tumbada en su cama pasó tres meses acompañada por su esposo. Esta mujer era Maureen Margaret, que desde su cama, sin poder moverse, una noche llamó a su esposo feliz porque Jesús la estaba llamando. Su esposo relata que ella extendió la mano hacia arriba, se elevó y luego cayó sobre su cama sin respiración alguna, Dios se la había llevado (Murphey, 2014b). Existen más testimonios como este, pero no todas las personas que mueren piensan que los está esperando una entidad divina. A pesar de esto, solo las personas que creen en Dios irán al cielo.

Los sacrificios religiosos son comunes cuando de salvar a alguien se trata. Con el fin de entender la lógica de un sacrificio, el logos se ve involucrado y así su comprensión se hace más clara (Girard, 2012). Tal como lo explica este autor, “el pensamiento de lo sagrado requiere el reconocimiento de los límites de la razón y la dificultad de hacerse con la {totalidad}” (p. 5) y por ende solo la persona que lo está realizando conoce su verdadero significado. El sistema sacrificial se divide en: la persona sacrificante; el sacrificador, que comúnmente es el sacerdote; el lugar, que puede ser el altar o algún otro lugar religioso; y, por último, la víctima, quien es la persona por la cual se está realizando el sacrificio (Bortoluzzi y Martínez Armijo, 2010). Contextualizando a Costa Rica, cada año se realiza la romería hacia la Basílica de los Ángeles con el fin de pedir algún favor o agradecer algún milagro a esta divinidad. En esta romería, las personas hacen sacrificios como mortificación corporal y ayuno.

Como ejemplos de milagros gracias a estos sacrificios, muchas personas se han salvado de la muerte. Loretta Quintana es una de ellas. Loretta tenía un lunar cancerígeno en su cabeza y debía tener una operación muy delicada, su madre inició una novena a la Virgen de los Ángeles y al quinto día, el lunar había desaparecido, salvándose de la muerte. Luego de esto, Loretta realiza la romería todos los años para agradecer a la Virgen su salvación (Ginés, 2017). Mientras ella agradece por recibir una segunda oportunidad, hay personas que están felices de morir, ya que van al cielo a verse con Dios. Se dice que si una persona cristiana muere es porque Dios ya la quería junto a él; las personas incluso acostumbran a reforzar su unión con el cielo antes de morirse y así dejar con “tranquilidad” y sin sufrimiento a las personas que quedan en la tierra. Pero ¿qué pasa con las personas ateas? ¿Sufren más por no creer en Dios y en el cielo?

De acuerdo con Vázquez (2013), las personas ateas, no creen en Dios, por ende, no creen en la divinidad del cielo. También se especifica que los ateos se despiden de su única vida sin necesidad de poner a un dios como recibidor de su muerte, dado que la espiritualidad no es para nada lo mismo a la religiosidad. Los ateos no trascienden hacia otra vida, sino hacia otra generación. También buscan rituales de despedida por muerte, pero sus rituales son nuevos, alternos, emergentes y laicos (Vázquez, 2013).

Según las personas creyentes en Dios, la fe es mejor que la evidencia que muchos ateos pueden proponerles. Sin embargo, muchas veces estas mismas personas peregrinas dudan de la fe al sentir pena, dolor y sufrimiento en lugar de consuelo. Estas personas creen siempre en el sufrimiento como culpa de Dios y lo utilizan para salvarse, con el fin de lograr llegar al cielo. Los ateos, por otra parte, tienen una mentalidad más abierta y piensan que no mueren por estar enfermos, sino por estar vivos; no importa la esperanza de vivir en otra vida después de muertos, sino en cómo han vivido. Una frase que puede cambiar tu pensamiento es que puedes pensar en que no sos una persona muriendo de un padecimiento, sino una persona viviendo con ese padecimiento (Vázquez, 2013), y no importa si llegas al cielo o no.

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
  • Bortoluzzi, M. y Martínez Armijo, I. (2010). La muerte es el mensaje. La doble comunicación de la capacocha inca entre don y sacrificio. Thule. Rivista italiana di studi americanistici, 30(31), 208-228.
  • Ginés, P. (2017). Tres costarricenses famosas cuentan las curaciones que recibieron de la Virgen de los Ángeles. https://www.religionenlibertad.com/america_latina/58552/tres-costarricenses-famosas-cuentan-las-curaciones-que-recibieron-virgen.html
  • Girard, R. (2012). El sacrificio (vol. 92). Encuentro.
  • Murphey, C. (2014a). Creo en el cielo: historias reales de la Biblia, la historia y hoy. Grupo Nelson.Filii,
  • Murphey, C. (2014b). ¿ Pueden nuestros seres queridos vernos desde el más allá?: y 33 preguntas que revelan la realidad del cielo. Grupo Nelson.
  • Vázquez, A. (2013). La persona atea y la muerte. http://kalathos.metro.inter.edu/Num_13/la_persona_atea_yla_muerte.pdf