Por Julissa Mena – Estudiante de la carrera de Odontología

Los impactos que la pandemia por la COVID-19 ha causado a la población no se comparan con otras situaciones recientemente vividas. Este es un campo totalmente desconocido y el virus de SARS-CoV-2 no hace diferencia; la salud física y emocional de las personas han sido atacadas de igual manera sin importar nacionalidad, nivel de escolaridad, estatus social ni sexo, todos han sufrido en esta situación. La incertidumbre ocasionada por las secuelas que dejará en el mundo la pandemia nos ha hecho preguntarnos qué pasará. Acostumbrarse a la nueva realidad desde ya es un reto. También existe preocupación por la extensión geográfica afectada por la pandemia, la duración de esta, y el impacto social y económico en las poblaciones de los países más afectados.

Alrededor del mundo se han contagiado 119 millones de personas (Clemente et. al., 2021). La enfermedad del coronavirus demostró no necesitar pasaporte para movilizarse, se ha extendido globalmente, afectando algunos países más que a otros, y causando inseguridad y miedo. El confinamiento como medida sanitaria para la prevención del contagio ha ocasionado la clausura temporal o permanente de negocios, elevando la tasa de desempleo y con ello el estrés, la ansiedad y la frustración. Los centros educativos han optado por la modalidad virtual-presencial, evitando las aglomeraciones de estudiantes, dividiendo grupos en distintos horarios, causando tristeza y un poco de soledad por el cambio de rutina. “La diferencia más notable entre ésta y pandemias anteriores tal vez consista en el peso que los componentes psicológicos y sociales están teniendo y en la rapidez de su influencia” (Tizón, 2020, p. 11).

Al desafío de enfrentar el confinamiento se suma el miedo al contagio. “En situaciones como estas, es normal sentir emociones como tristeza, enojo, frustración, ansiedad, entre otros” (Álvarez, 2020, párr. 2). El cuerpo reacciona a las emociones que experimentamos, dominado por el miedo; y el sensacionalismo provocado por la pandemia ha debilitado la salud emocional. El impacto psicológico es inevitable y propio del ser humano como forma de asimilar experiencias vividas. Hay miedo al contagio; por ser un campo totalmente desconocido, la desinformación cuando la pandemia apenas comenzaba era inevitable, pero actualmente, con las investigaciones, se ha conocido poco a poco el comportamiento de esta enfermedad, y al informar y educar a la población, se ha disminuido el temor o se ha controlado de cierta manera.

En realidad, no todo en la pandemia ha sido oscuro, muchos han experimentado momentos de desilusión, pero también de esperanza, pues gran cantidad de personas han emprendido con nuevos negocios; y otros han descubierto y explotado su talento en canto, baile y escritura. Antes de la pandemia, por la forma en que muchos vivían la vida de forma rutinaria, o de manera acelerada, no podían explorar otras áreas, y muchos escogían no salir de la zona de confort. Experimentar esta y otras crisis enseña al ser humano a hacerles frente a situaciones difíciles, ya sean pequeñas o grandes, de manera “saludable”. En el sufrimiento se desarrollan respuestas de aceptación al cambio, altruismo, solidaridad y compromiso, dejando visualizar estas y otras capacidades, y siendo conscientes de que cada uno puede dar más.

La pandemia ocasionada por la COVID-19 llegó de manera inesperada. Los cambios en la rutina y el confinamiento obligan a adecuar nuevas actividades y distintas formas de emplear el tiempo. Las emociones son parte del ser humano, tanto las positivas como las negativas, y ayudan a responder en momentos de alerta. Realizar actividades placenteras ayuda a la mente a darse un descanso, y mejoran el ánimo. Cuidar la salud tanto física como emocional en estos tiempos es sumamente importante, se deben mantener hábitos que la propicien. Conviene también dialogar acerca de lo que se experimenta, existen ya programas de promoción de la salud mental, y pedir apoyo si se necesita es importante. Para todos aquellos que han experimentado emociones como sufrimiento, estrés, soledad y ansiedad, solo resta decirles que NO ESTÁN SOLOS.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliograficas:
  • Álvarez, M. (2020). Cómo cuidar la salud mental en tiempos de pandemia. https://www.unicef.org/ecuador/historias/c%C3%B3mo-cuidar-tu-salud-mental-en-tiempos-de-pandemia
  • Clemente, Y. et, al. (2021) Casos confirmados de Coronavirus en España y en el mundo. El país. https://elpais.com/sociedad/2020/07/27/actualidad/1595838623_808240.html
  • Tizón, J. (2020). Salud emocional en tiempos de pandemia. Herber editorial. https://0201.nccdn.net/1_2/000/000/0c4/0ae/La-salud-emocional-en-tiempos-de-pandemia---Jorge-Tiz--n.pdf