La Cámara Costarricense Norteamericana de Comercio (AmCham) se manifestó en contra, este martes, de la pretensión de un grupo de organizaciones sociales y empresariales de que se frene por un mes el trámite de la agenda de implementación del acuerdo entre Costa Rica y el Fondo Monetario Internacional (FMI), para un crédito de $1750 millones, alcanzado semanas atrás.
A través de un comunicado de prensa, AmCham afirmó que Costa Rica se encuentra en un punto de inflexión para la definición de la estabilidad económica y la paz social, y que se tiene al frente una oportunidad de solucionar la grave situación fiscal que atraviesa el país.
Pero también nos enfrentamos a grandes riesgos si no se toman decisiones pronto y de manera asertiva. La negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es un paso urgente, no podemos hacer pausas. Es por esto que AmCham hace un llamado vehemente a los diputados para que se aprueben los proyectos de ley que garanticen la solución definitiva a la crisis fiscal. El foco debe estar en proyectos claves, como los relacionados con la reducción del gasto, la reforma del Estado y especialmente el proyecto de Ley de Empleo Público.
Según la cámara empresarial, es necesaria además la correcta implementación de la regla fiscal lo que sumado a la aprobación, "sin excepciones y con prontitud, de los proyectos mencionados" es la fórmula correcta para poder cerrar la brecha fiscal.
De lo contrario; corremos el riesgo de que las agencias calificadoras y los organismos multilaterales reciban señales incorrectas y recomienden un deterioro en nuestra calificación país.
Gisela Sánchez, presidenta de AmCham, afirmó que ha llegado la hora de que sea en la Asamblea Legislativa que se concrete la solución a la crisis fiscal, que tiene como causa raíz el crecimiento desproporcional del gasto público.
"Aún en medio del proceso electoral, la solución definitiva debe emerger y debe prevalecer el interés colectivo”, agregó.
Para Sánchez, el acuerdo con el FMI brindará la confianza necesaria a la comunidad financiera local e internacional para que Costa Rica continúe siendo un destino atractivo para la inversión extranjera directa. De cambiar este panorama, el efecto en desempleo y pérdida de prosperidad económica y social sería inminente.
“No podemos retrasar el avance de esta negociación con el FMI, ni de los proyectos de ley relacionados. Esto deterioraría, aún más, nuestra frágil situación macroeconómica y por ende el clima de inversión del país”, dijo Sánchez.