La crisis actual de pandemia ocasionada por el coronavirus no ha sido motivo suficiente para apaciguar la guerra en Yemen: la mayor crisis humanitaria en la actualidad. Mucho menos lo ha sido para cerca del 80% de la población yemení que depende estrictamente de la ayuda humanitaria para poder alimentarse como mínimo. Desde el año 2015, Yemen, sin duda el país más pobre de Oriente Próximo, vive sumergido en un conflicto militar en el cual se están utilizando todo tipo de ataques indiscriminados, incluso bombas de racimo (las cuales están prohibidas), donde millones de civiles se encuentran atrapados entre la miseria y la destrucción.

La guerra en Yemen tiene diferentes momentos históricos o raíces las cuales se destacan como factores claves para entender los motivos inmediatos del conflicto militar: la unificación entre Yemen del Norte y Yemen del Sur en los años 90 y las revueltas del 2011 en la conocida “Primavera Árabe”. Primeramente cabe señalar que la unificación yemení no trajo consigo un clima de estabilidad y paz social, lo cual propició que la respuesta del pueblo yemení ante las ideas revolucionarias de la primavera árabe fuera un levantamiento contra el presidente Ali Abdullah Saleh, figura política que dominaba Yemen desde su unificación.

La llamada transición de poder despertó grandes recelos en Arabia Saudí, actor clave en esta guerra, ya que Saleh nombró a su hijo el general Ahmed Ali Abdullah como su sucesor. El general ambicionaba con situar a su país fuera de la influencia del wahabismo (corriente político-religiosa musulmana de la rama mayoritaria del sunismo) y es en este punto donde inician una serie de conflictos sociales entre los partidarios de Saleh, apoyados por sus antiguos enemigos los houthis.

Posteriormente en enero de 2014 el nuevo gobierno yemení apoyado por Arabia Saudí y encabezado por Al Hadi anuncia un plan para reducir los subsidios del gobierno sobre la gasolina, ocasionando un aumento de hasta un 90% en el precio. Con ello salta nuevamente la chispa de la indignación social contra el gobierno yemení lo cual es aprovechado por los houthis para iniciar conversaciones con el gobierno de Al Hadi e iniciar de nuevo un proceso de transición el cual fracasa dado a la falta de compromiso de ambas partes.

Seguidamente los houthis forman su propio gobierno ajeno al de Al Hadi el cual trata de imponer medidas federalistas en la estructura estatal de Yemen las cuales fracasan.  Dado al fracaso político ocasionado por la falta de acuerdos entre las partes beligerantes Al Hadi y su gobierno renuncian en enero de 2015 y unos meses después huye a Arabia Saudí mientras que los huthies establecen su control en muchas partes del país.

Unos meses más tarde iniciaría el conflicto militar y la “operación tormenta decisiva” encabezada por el régimen saudí que junto a 9 países árabes suníes (Emiratos Árabes, Qatar, Kuwait, Jordania, Bahrein, Sudán, Marruecos, Egipto y Turquía) lanzan una ofensiva militar aérea indiscriminada con el falso pretexto de restaurar el gobierno de Hadi y derrotar a los houthis.

Las verdaderas razones de la ofensiva militar saudí contra Yemen se deben principalmente a los deseos que Arabia Saudí tiene en cuanto a apropiarse de los recursos naturales del Yemen, principalmente sus reservas de petróleo y gas las cuales se calculan en 3 mil millones de barriles y vastas reservas de gas. Arabia Saudí ha agotado la mayoría de sus reservas de petróleo, por lo que la apropiación de nuevos recursos garantizaría sus reservas en futuro cercano.

Occidente por su parte tiene en Arabia Saudí a un aliado fundamental prácticamente para todos sus intereses geopolíticos. En cuanto al conflicto militar en Yemen es preciso señalar que a pesar de que no ha habido maniobras militares estadounidense o europeas en Yemen sí existe un fuerte apoyo de Occidente a los intereses saudíes en la región. Occidente considera como eje fundamental de sus intereses geopolíticos en Oriente Próximo el debilitamiento de la influencia iraní en la región.

Yemen es en la actualidad la mayor emergencia humanitaria: 24 millones de personas dependen de ayuda humanitaria para alimentarse, no hay acceso a medicinas y agua potable. En abril de 2017 empezó un brote de cólera el cual ha matado a miles de personas la cual continúa en la actualidad. El 80% de los hospitales del Yemen no están en funcionamiento, mientras que los hospitales que sí funcionan cuentan solamente con 500 respiradores para una población de 30 millones de habitantes. En Yemen muere un niño cada 11 minutos por la guerra y esto no ha sido motivo suficiente para que los mayores productores de armamento del mundo detengan su venta de armas a Arabia Saudí las cuales se emplean para asesinar a miles de civiles inocentes.

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio. Delfino.CR es un medio independiente, abierto a la opinión de sus lectores. Si desea publicar en Teclado Abierto, consulte nuestra guía para averiguar cómo hacerlo.