Por Yocelyn Acevedo Bojorge – Estudiante de la carrera de Contaduría

La pandemia global ocasionada por el COVID-19 ha traído muchos problemas en diferentes ámbitos con su rápido esparcimiento. La amenazante crisis ha generado gran inestabilidad en la economía y para muchas compañías ha significado un freno en sus actividades, rápido descenso en sus ingresos, incapacidad de pago de deuda, falta de liquidez, entre otros. Las empresas se han visto en la necesidad de evaluar sus planes estratégicos y reestructurarlos, en muchos casos en acatamiento de las normas sanitarias y comerciales interpuestas por los órganos correspondientes. Esto es un hecho que ha implicado ciertos cambios en el ámbito contable de las empresas y, por consecuencia, en la manera en que la información es presentada y analizada dentro de sus estados financieros.

Para empezar, ante un contexto lleno de incertidumbre, lo necesario para las entidades es considerar de manera meticulosa su situación ante la crisis, los potenciales riesgos y la manera en que estos pueden repercutir dentro de sus informes. Debell y Kalidas (2020) indican que no solo se debe valorar el estado de los activos y pasivos, “sino también la revelación sobre cómo se está salvaguardando la capacidad de la entidad para continuar como un negocio en marcha y los riesgos al respecto”. En este contexto, los reportes financieros deben acaparar y reflejar las consecuencias materiales sufridas por la empresa acudiendo a los juicios realizados en la evaluación de la aplicación de políticas contables de la empresa, o bien, por fuentes de incertidumbre en la estimación (Deloitte, 2020). Siguiendo esta línea, es necesario definir las cuentas de potencial impacto, pues analizar cada una dictará diferentes interrogantes que, en la marcha, serán útiles para determinar la manera en que serán representadas en los estados financieros y los cambios experimentados con respecto a sus iguales de periodos pasados.

Por otra parte, los efectos se podrán analizar desde contextos tanto cualitativo como cuantitativo, ambos necesarios en la preparación de los informes financieros, pues toda información es significativa en un ambiente que demuestra tan poca visión de futuro. Algunas áreas de información que implican ambas naturalezas de estudio, según Grant Thornton (2020), son los activos no financieros, instrumentos financieros, arrendamientos, pasivos, impuesto sobre sociedades, subvenciones y otras ayudas gubernamentales, ingresos de contratos con clientes, principio de empresa en marcha, información financiera intermedia y hechos posteriores (p. 2-3).

Si bien es cierto que la crisis generada por el COVID-19 es una situación sin precedentes que ha impulsado a que las empresas tengan que buscar la manera de resurgir y adaptarse a nuevos modelos de negocio tomando decisiones y actuando sobre la marcha, la realidad es que la manera en que toda su información financiera debe ser procesada y elaborada no cambia, pues esta debe seguir las normas, leyes y principios previamente establecidos por la Junta de Normas Internacionales de Contabilidad o IASB por sus siglas en inglés.

En conclusión, el COVID-19 ha sido un acontecimiento que ha venido a desbalancear distintos sectores economía y se espera que mantendrá a las empresas en constante cambio hasta lograr adaptarse a la nueva realidad. Las entidades, en su mayoría, han actuado con la incertidumbre de lo que sus decisiones puedan representar en un futuro, pues todos los planes de contingencia y acciones efectuadas se verán representadas en sus estados financieros. Poe ello, es necesario identificar las implicaciones de naturaleza contable que generarán mayor impacto dentro de las cuentas de la entidad, para de esta manera clasificar la información cualitativa y cuantitativa que será relevante en la elaboración de estados e informes financieros precisos.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.

Referencias bibliográficas:
• Debell, T. y Kalidas, V. (2020). A fondo: Implicaciones contables de los efectos del coronavirus. PwC. Recuperado de https://www.pwc.com/ia/es/publicaciones/noticias-niif/A-fondo-implicaciones-contables-de-los-efectos-del-coronavirus.pdf
• Deloitte. (2020). Consideraciones contables relacionadas con la enfermedad Coronavirus 2019. Deloitte. Recuperado de https://www2.deloitte.com/content/dam/Deloitte/cr/Documents/audit/documentos/IFRS-in-Focus--Enfermedad-COVID-19.pdf
• Grant Thornton. (2020). Impactos contables potenciales ante la pandemia mundial de coronavirus COVID-19. Grant Thornton. Recuperado de https://www.grantthornton.es/contentassets/d50a1fd3d4074f659845fee864ece369/impactos-contables-pandemia-covid-19.pdf