Sirva esta comunicación para saludarles y a la vez comentarles algunos asuntos que permitirán conocer mejor nuestra institución (porque la sentimos nuestra), especialmente el trabajo que ha venido realizado durante muchos años y la proyección actual y futura. Lo que motiva a compartir esta información es que ustedes conozcan por dentro su quehacer y que ayude en el tan delicado tema como es el presupuesto del Instituto Nacional de la Música (INM), perteneciente al Centro Nacional de la Música, que a su vez es un programa del Ministerio de Cultura y Juventud. Los aquí firmantes, escribimos en calidad de estudiantes, madres, padres o apoderados y consideramos necesario aportar elementos que les permitan conocer más sobre una institución que forma integralmente a los músicos del presente y futuro.

Ser estudiante, madre, padre o apoderado del INM marca a las personas para toda su vida. En el INM hay estudiantes de niveles básicos, intermedios y avanzados, y ello implica desde personas muy jóvenes (4 años), hasta ciudadanos de oro. Cada una de las etapas por las que pasa un estudiante, no solo son relevantes para la persona, sino también para su núcleo familiar.

Las personas estudiantes desde pequeñas se forman tanto en el respeto y la disciplina, como en el amor por una actividad como la música, la que trasciende a sus otras actividades, como los estudios o el trabajo.

Como en todo proceso de aprendizaje, algunos estudiantes van encontrando a lo largo del tiempo otras vocaciones y dejan el INM para seguirlos, pero no olvidan su paso por esta institución, los valores y la disciplina en ella adquiridos. Los que encuentran en la música su pasión, perseveran –en algunos casos- hasta etapas universitarias. Y esto contribuye a formar personas integrales, motivadas y comprometidas con algo que les favorece también en su desempeño personal y profesional. De hecho, tenemos varios ejemplos de estudiantes que han terminado estudiando o trabajando en el extranjero, siendo ellos valorados técnica y musicalmente como resultado de su paso por el INM.

Cada estudiante, tiene la posibilidad de acceder a un instrumento de forma gratuita, lo que es un tremendo apoyo para la familia, dado que su alto costo, los hace inaccesibles para la mayoría de las personas. Ello les permite practicar en sus casas, además de las clases, con lo que se refuerza y se logra internalizar todo lo que es necesario para tocar un instrumento. Otro aspecto educativo son los conciertos, que se dan tanto en el INM como en otros lugares, sean escuelas, colegios, auditorios, museos, teatros, parques, ministerios, e incluso, la Casa Presidencial. Ello les permite a los estudiantes aplicar lo aprendido en los coros, bandas y orquestas que se forman en la institución, y de las que muchas instituciones públicas se han beneficiado en el pasado. Basta recordar la visita del Presidente de EEUU. Barack Obama o las actividades realizadas en museos, ministerios y la Casa Presidencial. Además, cuando los alumnos asisten a conciertos, se crea una convivencia muy especial; se movilizan –ellos y sus familias y amigos- hacia los lugares donde van a tocar, y se interactúa en el escenario. Se crean lazos de amistad y de solidaridad muy especiales y profundos tan positivos para el desarrollo humano.

Que una niña o un niño logre prepararse adecuadamente para llegar a un nivel profesional -como lo es en muchos casos-, implica años de estudio. Cada profesor pule durante muchos semestres aspectos técnicos e interpretativos, etapa tras etapa. Además, otros maestros enseñan el arte del solfeo y los estudiantes ensayan desde pequeños la interpretación en grupos. Gracias a una adecuada formación es que están en condiciones de tocar en las bandas y orquestas un repertorio diferente cada semestre, además de aprender sobre la vida y obra de los compositores y cada estilo. Así, los conciertos son el fruto de un tiempo de enseñanza y de práctica. Es la combinación del grupo de maestros y actividades lo que los van formando para compartir ante el público los conciertos de los distintos coros, bandas y orquestas.

El recorte presupuestario impediría el seguir desarrollando estas actividades, ya que pone en peligro las clases de instrumento de los estudiantes, y con ello, la conformación de bandas y orquestas.

Cuantos padres conocieron el Teatro Melico Salazar, o el Teatro Nacional gracias a los conciertos de sus hijos; o bien comunidades, iglesias, auditorios, e incluso la Casa Presidencial, gracias a ellos.

Muchos de los que hoy firmamos esta carta somos padres que han estado varios años en el INM, y testigos de excepción de la evolución de la institución, que hoy –no tenemos duda- ha tenido un devenir cada vez mejor en beneficio de los estudiantes. Y esto se debe al trabajo del personal docente y administrativo que –se nota-, se encuentran claramente comprometidos con la institución. A modo de ejemplo, el sistema de becas, permite que estudiantes de escasos recursos pero con talento e interés, puedan llevar adelante sus estudios.

Por todo lo que hemos expuesto, con mucha sinceridad expresamos nuestra gran preocupación por el tema presupuestario, ya que somos conscientes de que el nivel, experiencia y calidad de los docentes y personal administrativo de la institución, no solo no lo vamos a encontrar en otra parte, sino que tampoco va a ser accesible al esfuerzo económico que cada uno puede hacer, y que se logra gracias al presupuesto del Ministerio de Cultura y Juventud.

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