En un escenario de fantasía, el Gobierno tenía previsto que su propuesta al FMI era inviable y la presentó con alguna estrategia política de fondo previamente considerada, tomando en cuenta que el rechazo al pliego sería inevitable.

Sin embargo, sobran los motivos —léase falta de liderazgo, mala comunicación y señales contradictorias— para cuestionarnos seriamente si es ese el motivo de la jugada; si de verdad hay un as bajo la manga que no estamos viendo.

Ahora bien, se vendió tan mal este paquete y fue tan incómoda y angustiante la forma en que se lo explicó a la población que casi que resulta plausible pensar que en serio nació con la idea de no dar un solo paso en firme.

¿Estamos a poco de enterarnos de ese eventual Plan B? Ya veremos. Por lo pronto, el escenario es el siguiente:

A) Todo el mundo tiene claro que el panorama para las finanzas del Estado es macabro: se necesitan ingresos cuanto antes. De ahí que el FMI surja como la opción viable. El tema es qué propuesta se le lleva al FMI.

B) La propuesta #1 que presentó el Gobierno nació muerta.

C) La salida, en todo caso, inevitablemente pasará por impuestos. El tema en discusión es cuáles, cuánto y a quiénes.

D) Una alternativa más potable para el Congreso tendrá que, necesariamente, apoyarse menos en impuestos y más en recorte al gasto. El tema es que el Gobierno ha hecho todas las maromas posibles para evitar este escenario.

D) La oposición, de cualquier manera, quiere “ayudar”, porque tampoco está interesada en heredar un país quebrado. Pero, a la vez, no quiere azuzar su caudal electoral dándole luz verde a un proyecto que de entrada levantó rechazo masivo como este primero.

E) Así que el propio Congreso podría presentar sus opciones al Ejecutivo. Suena tan viable como ver al Gobierno anunciando el plan B con recortes. Pero alguna de las dos tiene que pasar...

C) A menos de que se nos anuncie un IVA del 20% y como diría el colega Manuel Avendaño “arda Troya”.

Mientras todo esto se acomoda, les dejo algunas lecturas de artículos publicados recientemente en nuestro foro de opinión, a modo de que puedan ir sumando ideas y agregando elementos al debate.