Por Santiago Chichizola – Estudiante de la carrera de Administración de Negocios

En la actualidad, a nivel mundial, el término COVID-19 sale a relucir dado que es un virus de fácil contagio que está generando una pandemia mundial. El Ministerio de Salud de Costa Rica y los diferentes entes gubernamentales mundiales han dictaminado una serie de lineamientos técnicos para la prevención del mencionado virus. Las restricciones más llamativas mencionan el no ingresar con síntomas leves a lugares de trabajo o de ocio y, en caso de tenerlos, llamar al servicio de asistencia; además se debe procurar mantener una distancia mínima de 2 metros, y, por último, limitar la capacidad máxima a un 50% en los espacios comunes, entre ellos fábricas, hoteles, restaurantes, etc. Ahora bien, ¿cómo impactan dichos lineamientos en los negocios? Mejor dicho, ¿de qué manera repercute el virus y cómo se puede afrontar este sin echar a perder un negocio?

La gran pregunta de muchos es el cómo se va a salir de la futura o actual crisis económica causada por el COVID-19. El virus podría tener múltiples efectos negativos, dentro de los cuales se podrían mencionar económicamente tres aspectos. El primero es el impacto directo en la producción, debido a las medidas que hay que acatar; plantas y demás productoras han tenido que congelar la producción de sus bienes o servicios. El segundo impacto afecta directamente sobre las cadenas de suministros. Al haber paros e interrupciones en la producción, también se generan congelamientos en empresas y demás entidades exportadoras e importadoras, lo cual hace que muchas empresas dependientes de los insumos y la materia prima recibida por parte de las mencionadas, no la reciban. Por último, el efecto financiero sobre la sociedad: el conglomerado de los anteriores genera tensiones entre empresas. Además, las empresas de mayor vulnerabilidad tendrán un riesgo mayor a causa del capital y la estabilidad limitada con la que cuentan normalmente. El virus no solo afecta al poner en riesgo la salud de las personas, sino que económicamente el comercio mundial se verá duramente golpeado.

Sin embargo, una luz se ve al final de la tormenta. Aún es incalculable la dimensión y los efectos a largo plazo que tendrá el virus, pero existen factores claves para cambiar el rumbo final de un negocio. En primer lugar, se debe buscar entender al nuevo usuario, se refiere a nuevo usuario dado que después del COVID-19 las características de los clientes cambiarán.

El entendimiento del nuevo cliente apoyado por un análisis será clave para comprender la nueva manera de comportarse durante las compras o demás acciones de los clientes. Como segundo punto, se debe potenciar la creatividad, se refiere a mirar más allá para poder ver a los problemas y las oportunidades por venir de antemano. La agilidad, el tercer punto, va de la mano con lo anterior. Al estar en un constante cambio, la capacidad de acomodarse en las situaciones que se presenten en el día a día hará la diferencia. Por último, la colaboración, se deben crear espacios de co-creación, salas virtuales, entre otros; todos destinados a fomentar el trabajo en equipo, la solidaridad, generando espacios más abiertos y colaborativos donde todo el mundo gane.

Pocas serán las empresas o los negocios que puedan acomodarse y reinventarse ante las adversidades que presenta y presentará el COVID-19. El aplicar los factores claves puede ser lo que haga la diferencia para sobresalir y distinguirse entre todas. El elemento innovación será el diferenciador, y todo negocio o empresa que indague en esta tiene un futuro mucho más prometedor que las que no.

 

MOXIE es el Canal de ULACIT (www.ulacit.ac.cr), producido por y para los estudiantes universitarios, en alianza con el medio periodístico independiente Delfino.cr, con el propósito de brindarles un espacio para generar y difundir sus ideas.  Se llama Moxie - que en inglés urbano significa tener la capacidad de enfrentar las dificultades con inteligencia, audacia y valentía - en honor a nuestros alumnos, cuyo “moxie” los caracteriza.