Por Karola Santamaría Guido – Estudiante de la Escuela de Estudios Generales

El feminicidio es el asesinato de una mujer por su esposo o conviviente de unión libre, y está tipificado como delito en Costa Rica desde 2007 en el artículo 21 de la Ley de Penalización de la Violencia contra las Mujeres (Mata, 2014). Los asesinatos de mujeres no son homicidios comunes, son considerados como “feminicidios” porque el móvil principal es su género. El feminicidio es la cúspide de la violencia contra las mujeres, pero, para llegar a tal desenlace, la agresión sube peldaños de intensidad, dejando a los familiares sufrimiento y dolor, que son, en la mayoría de los casos, alertas y señales que trascienden y anuncian un final sangriento. En la mayoría de los casos, las víctimas nunca reportaron maltrato ante las autoridades ni presentaron denuncias formales de agresión contra sus asesinos (Mata, 2014).

Hay dos tipos de femicidio: el legal, que sanciona la muerte de mujeres a manos de sus cónyuges o parejas actuales, siempre en una relación de convivencia; y el ampliado, que incluye la muerte violenta de una mujer, donde no había una relación de matrimonio o unión libre, provocada por novio, exnovio, exmarido, hijos, padre, o las que ocurren por un ataque sexual o es causada por un proxeneta (Núñez, 2018). Es importante mencionar que el término “femicidio” ha permitido visibilizar la posición de subordinación, desigualdad y riesgo en que se encuentran las mujeres ante los hombres, al ser consideradas como débiles e inferiores. El concepto de femicidio es una categoría como tal y permite visibilizar el desbalance de poder entre hombres y mujeres (Vargas, 2018).

Los signos de agresión al cometer los delitos, como el uso de las manos por parte de los asesinos, muestran que es un delito que se hace con saña, con un interés particular de hacer sufrir y denigrar a la persona, de acuerdo con la directora del Área de Violencia de Género del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu), Ana Hidalgo (Mata, 2014). Cuando los agresores no usan las manos para matar, de igual forma se nota el alto grado de violencia, pues no asesinan a las mujeres de un balazo, sino de 10; ni de una puñalada, sino de 20 machetazos. En estos crímenes hay un componente de misoginia, de odio hacia las mujeres. (Mata, 2014).

El psicólogo experto en tema de masculinidad y violencia, Ruthman Moreira, explicó que quitarse la vida es la salida para el agresor al no encontrar respuestas a su ira descontrolada. Al mismo tiempo, es una forma de esquivar un proceso judicial que no “entenderá” las razones que lo motivaron a cometer el asesinato (Mata, 2014). El paradigma del feminicidio nos posibilita conocer y profundizar en otros elementos y características de los asesinatos de mujeres que no incluyen los informes estadísticos elaborados por fuentes oficiales. Las tipificaciones de femicidios actualmente en Costa Rica se clasifican de las dos formas antes mencionadas para tener una estadística de los crímenes cometidos hacia las mujeres y, también, para llevar un control de cómo está el país en cuanto al número de femicidios ejercidos con violencia hacia las mujeres. Esto sirve para que las víctimas puedan informarse e identificar el tipo de violencia, delitos y agresiones de las que pueden estar siento parte. Por lo tanto, es muy importante informar y, sobre todo, orientar a los mediadores, en la mayoría de los casos, a las familias de las víctimas.

 

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Referencias bibliográficas