Más de un año y dos meses pasaron para que los directivos suspendidos del Banco de Costa Rica, Paola Mora, Francisco Molina y Mónica Segnini fueran despedidos de su cargo por el Consejo de Gobierno, a raíz de las irregularidades cometidas por el banco en el otorgamiento de créditos a Juan Carlos Bolaños y sus empresas.
El anuncio lo hizo el ministro de la Presidencia, Rodolfo Piza Rocafort, en conferencia de prensa posterior a la reunión del consejo de ministros con el Presidente de la República, Carlos Alvarado.
Según explicó Casa Presidencial, se tuvo por demostrado que Paola Mora promovió alteraciones a actas de la Junta Directiva del Banco de Costa Rica con posterioridad a su firmeza, con el propósito de modificar declaraciones del exdirector Alberto Raven Odio, respecto a que él nunca hubiera aprobado el crédito a Sinocem.
Esas declaraciones de Raven se dieron mientras fungía como fiscal de la empresa cementera Holcim, por lo que la investigación de la Casa Presidencial determinó que sus palabras en la sesión de Junta Directiva tenían como propósito proteger sus intereses personales. La investigación contra Raven, sin embargo, fue archivada dado que renunció al cargo voluntariamente.
Por otro lado, el Consejo de Gobierno declaró a Paola Mora culpable de haber debilitado el gobierno corporativo del Banco de Costa Rica y de faltar a su deber de probidad, por lo que se le despide sin responsabilidad administrativa para el Estado.
En el caso de los directores Francisco Molina y Mónica Segnini, el Consejo de Gobierno los destituyó por considerar que contribuyeron a debilitar la cultura corporativa del Banco de Costa Rica como componente fundamental del buen gobierno.
Los tres directores habían sido suspendidos de sus cargos desde el 3 de octubre del 2017, luego de que se negaran a renunciar ante pedido expreso del entonces Presidente, Luis Guillermo Solís Rivera, el 26 de septiembre del 2017.