El magistrado suplente, Jaime Robleto saltó a la palestra pública luego de que, en medio del huracán vivido en la Corte Suprema de Justicia por la polémica salida de su presidente, Carlos Chinchilla, entre otros, llevó a una sesión de Corte Plena el famoso ornitorrinco.

En un episodio de Wild Frank, aprendí que este animal, aunque pone huevos, está cubierto por pelos que son como una capa impermeable y tiene pico, es una especie que contiene en su genoma rasgos de ave, mamífero y reptil.

Según leí en un artículo de Reuters, el ornitorrinco y su genoma arrojan importantes datos genéticos sobre cómo evolucionamos los seres humanos.

Es decir, aunque ahora el magistrado no lo acepte, llevar un ornitorrinco a una de las sesiones —en la cual, además, hubo prensa a más no poder— fue un acto disruptivo, porque el ornitorrinco es todo y no es nada al mismo tiempo. ¿Es así nuestra Corte Suprema de Justicia?

Tal parece que la discusión fiscal ha puesto los ojos de los y las costarricenses en otras esferas, pero la Corte sigue estando ahí, media renca. Hay tres vacantes en la Sala Penal, dos en la Sala Constitucional y dos en la Sala Segunda.

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Quizá de las tres salas la más golpeada es la Sala Penal, o Sala Tercera, de donde, ante los ojos de la ciudadanía, han salido por la puerta de atrás Celso Gamboa, Carlos Chinchilla y Doris Arias. Dos pensionados express y uno destituido.

La semana anterior, 19 personas resultaron elegibles para presentarse ante el Congreso en audiencia para ocupar las tres sillas vacantes. Según la Comisión de Nombramientos, entre los postulados a sustituir a Gamboa y a Chinchilla calificaron 16 personas y para sustituir a Arias calificaron 19.

Pero, en la Corte no todo es tan sencillo como que los diputados entrevisten y nombren a gente nueva. Aún quedan resabios de la vieja escuela, pues luego de una suspensión de dos meses sin goce salarial, por desestimar una causa, el pasado 24 de setiembre regresó a esta Sala el Magistrado de Hule, Jesús Ramírez.

Esta semana nos sentamos a conversar con el magistrado suplente Jaime Robleto, quien por su posición autocrítica ha quedado casi absolutamente en el exilio de la propia Corte, según nos cuenta y según pude percatarme yo también.

Claro está que no podemos empezar sin antes saber quién es y de dónde viene...

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No no, Trilce le decía que tengo 29 años de haberme incorporado al Colegio de Abogados, pero en el 91 presencié un homicidio, porque era defensor público nocturno.

Esto hizo que me cuestionara el sentido de la existencia, porque fue un homicidio absurdo. Yo asistí a las personas que murieron, pero [en ese tiempo] estaba muy en boga el SIDA, entonces la primera persona sangró mucho y no la quise tocar por tabú y la segunda persona fue quien murió mientras yo lo sostenía.

Pasaban muy pocos vehículos ahí, por Los Yoses, (...) fue una especie de broma macabra entre gente joven en la bomba que queda por el Automercado de Los Yoses, que era la única que había abierta en esa época. Entonces, caí en una profunda reflexión y recordé mi aspiración de niño de ser monaguillo, que mi papá truncó por ser hijo varón único. En ese tiempo no me había casado...ese es otro tema muy divertido, porque…

¿En ese momento ya había estudiado filosofía?

—No, yo estudié filosofía en el Seminario, ahí saqué el bachillerato y después saqué la licenciatura, pero no he hecho la tesis, porque yo mismo me he boicoteado cuatro veces; dejo de creer en el tema y por honestidad intelectual lo retiro.

En realidad soy egresado de la carrera de Filosofía, soy abogado, bueno estudié Derecho, saqué una maestría en la UCR en Ciencias Penales, estudié mi doctorado en la UNED, acá en Costa Rica que, contrario a lo que la gente cree, cuesta muchísimo.

La UNED es una de las universidades públicas más duras para [estudiar] Derecho, en el doctorado duré 14 años; estudié Psicología Forense en la Complutense [Madrid, España] hablo 7 idiomas… no sé si tiene alguna relevancia.

¿Siete, cuáles?

—Bueno, castellano, que es hacer trampa; inglés, italiano, portugués; latín y griego, que los aprendí en el Seminario, que también es parte de la formación, griego antiguo…

¿Todavía lo habla y entiende, el latín?

—Pues ya no cuento chistes en latín como en mi mejor momento, pero lo leo perfectamente. El latín es mucho más difícil que el griego Trilce, el griego es sumamente fácil contrario a lo que se piensa… y esperanto porque me dió por ahí. Esperanto es un lenguaje creado por un judío-polaco que intentó alcanzar lo que hoy es el inglés [una lengua universal].

Yo estaba en Grecia y mientras yo estudiaba en Europa y yo hablaba griego antiguo entonces la gente me veía como un señor exótico, algo así como que aquí viene alguien hablando como el Quijote, ¿no es anecdótico eso?

¡Sí, don Jaime!, bueno... tal vez para comenzar con la entrevista, cuénteme un poco sobre  su posición crítica acerca de la Corte.

Tricle, bueno primero quiero decirle que gracias por estar aquí. Yo he pensado mucho antes de concederle la entrevista a usted, pero lo he pensado mucho porque...

¿Otros medios le han solicitado entrevistas?

—Me han ofrecido pero no voy a citarlos, por respeto. Yo siempre he sido alguien de bajo perfil, que emerjo hasta este año sin querer, yo no lo tenía planeado. Es decir, yo no me levanté ese día pensando “hoy voy a decir algo”, fue algo reactivo.

Son muchos años de observaciones, como empecé desde abajo tengo un criterio muy formado. Cuando le digo desde abajo quiero decir meritorio, es decir, los que no reciben salarios y muy agradecido con el Poder Judicial.

Quiero aclarar algo: mi argumento no fue dirigido para ofender a las personas, ni a mis compañeros y compañeras magistrados, porque en lo personal a todos y todas les tengo gran aprecio.

Tal vez esta aclaración no venda, pero es importante que salga en la entrevista porque sin querer queriendo, diría El Chavo, he causado daños colaterales que nunca imaginé.

Alguien se me acercó, un compañero que prefiero no identificar, a quien estimo mucho porque fue compañero de la universidad, y me dijo que esto había estallado como una bola de nieve y que había lastimado a su familia. Ni en mis pensamientos más remotos yo hubiese querido eso.

Y, me dijo algo que me dejó pensando, dijo: Jaime, si querés que te respeten tenés que respetar las ideas de los demás, y yo le dije que estaba completamente de acuerdo, porque cuando me contó lo de su familia emocionalmente me desarmó, pero ahora reflexionando y como no fue algo que yo planeé para lastimar a nadie, y perdón si la aburro con mi discurso, yo no estaba hablando por mí [habla sobre la discusión sobre el matrimonio igualitario].

No puedo soportar más... será la edad, será que ya uno tuvo trayectoria, será que me siento más fuerte y no puedo soportar más… Pero si yo tengo una diferencia de opinión, mi diferencia no afecta la manera en la que las demás personas viven. Pero si voy a imponer un sistema de creencias u opiniones a través de un sistema o instrumento jurídico, que es vinculante, voy a afectar o cambiar la manera en la que viven otras personas.

No se vale no separar mi sistema de creencias del sistema normativo. Ese fue el inicio de mi protesta.

Ese fue el punto de arranque, la independencia judicial bien entendida. Porque la independencia judicial no eso solo el no recibir pensiones externas, es ser capaz como ser humano de, ya le dije soy católico, pero yo no puedo usar mi puesto para imponer una agenda moral.

Yo veo el caso concreto y la principal regla de oro [para resolver] es no ver el nombre del imputado. Yo no me fijo quien es el acusado, es más procuro no ver las víctimas para no dejarme influenciar por el lado victimológico, sino ver el hecho concreto y las pruebas que existen.

Eso significa que yo no practico un derecho penal de autor, sino un derecho penal de hechos. De tal manera que, tengo que liberarme de mis propios prejuicios, creencias y cosmovisión, de lo contrario no voy a ser un juez imparcial, objetivo.

Yo quiero que la gente sienta que cuando sus casos vienen aquí, sepan que voy a darle el mismo tratamiento al señor que barre las calles que a alguien con un alto cargo político; para mi no hay ninguna diferencia, porque son ciudadanos de este país o extranjeros que viven en este país.

***

Largas jornadas vivió en carne propia la Corte Suprema de Justicia, cuando como por arte del dominó cayó la última ficha del Cementazo: no uno, ¡dos magistrados de la República!

Y como si esto no fuera poco... "tras de cuernos, palos". La Sala Constitucional tuvo que, finalmente, resolver el tema que esta sociedad evadió y evadió hasta que terminó por partirse en dos: el matrimonio igualitario.

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Muchos son los y las ciudadanas que protestan desde afuera, pero desde adentro (como todo en la vida, supongo) la protesta tiene otros pesos, otras consecuencias.

¿Qué le ha acarreado a usted esta protesta pública?

—Creo que la pregunta es muy abierta casi capciosa, parece abogada usted.

¿Por qué?

—Porque no es lo mismo dentro de la Sala, que dentro de la Corte o que afuera en las calles.  Es una pregunta difícil de contestar.

Empecemos entonces, dentro de la sala...

Indiferencia. Creo que la idiosincrasia, y esto no lo inventé yo, esto lo dijo un gran profesor, [Constantino] Láscaris, en su libro El costarricense, no recuerdo el número de página pero, dice que el costarricense, sobre todo los que somos de Valle Central, tendemos a ver con desconfianza a la persona que se sale de status quo, de la zona de confort. Entonces me preocupa el gran silencio... que nadie dice nada.

Ese silencio me pone más nervioso que si me reclaman o felicitaran. Ese silencio me inquieta.

Pero entonces, ¿ese silencio es porque a lo interno no existe tal independencia?

—Esa es su interpretación, Trilce. No sabría cómo  interpretar este silencio. Pero yo no he recibido ninguna felicitación de mis compañeros de Sala y tampoco un solo reclamo.

Uno percibe los cuchicheos que cesan cuando yo paso, por ejemplo ahora que venía [me dice como haciéndome recordar cuando caminamos por el pasillo y la gente quedó en silencio al nosotros pasar].

¿Usted es magistrado suplente?

—Suplente y por lo tanto sumamente frágil.

¿Quiénes proponen a los suplentes?

—Los miembros de la Sala.

Pero, ¿entonces no sabe quién fue su “padrino”?

—Es que no me gusta esa palabra, no la usaría. Tengo entendido que en mi caso fue unánime pero no lo puedo asegurar porque fue un rumor.

¿A usted nunca nadie llega y le pregunta si está bien que lo propongan?

—No, es que ese no es el procedimiento, y tampoco a nadie le consultan nunca. O sea nadie sabe por qué se supone que es por mérito, trayectoria, estudios. Yo por ejemplo fui letrado de esta Sala.

¿Letrado de la Sala o de algún magistrado?

—De esta Sala. O sea a todos pero hubo un tiempo en que le servía un caballero, a don Alfonso Chaves, pero cuando me propusieron para este puesto él estaba jubilado desde hace muchos años. Es decir, él no tuvo ninguna influencia en esta decisión.

¿Después de él con quien más trabajó?

—No, yo soy juez de casación penal.

¿Y cómo ha estado la Sala Penal por dentro? Usted que ha estado tantos años por acá.

—¿En qué momento? Es que me sigue lanzando preguntas abiertas, Trilce, usted parece abogada.

En el contexto de que don Carlos renunció, y los demás magistrados suspendidos... ¿cómo está la Sala?

—A nivel personal, a mí todo eso me duele. Digo, me duele como seres humanos.

¿Pero cómo sigue trabajando la Sala?

—Estamos reconstruyéndonos de un gran golpe. Es decir, sería iluso decir que después del cementazo no hemos sido golpeados en credibilidad, en general el Poder Judicial.

Nuestra principal labor a lo interno ha sido recuperar la confianza de nuestros letrados, y tal vez porque yo fui letrado, es que los valoro mucho, porque son la sangre viva de nuestra fuerza.

Yo procuro dar un trato muy horizontal, y siempre ha sido igual, y no crea que me estoy tratando de engrandecer.

¿Por qué lo dice?, Vamos a ver, antes del caso del Cementazo había en la Sala la sensación, que al menos a mí como parte de la ciudadanía me queda, de que ciertos magistrados se creían más inteligentes que el resto. ¿Es así?

—Déjeme pensar cómo responder eso... La única manera de lograr inteligencia es siendo humilde. En el momento en que alguien demuestra prepotencia o imposición, a mi entender, muestra debilidad, y eso existió; pero no quisiera profundizar en el tema.

¿De dónde vienen sus preocupaciones de por ejemplo, si la línea era confiable cuando lo llamé para la entrevista?

—Vienen de las declaraciones que brindé en Corte Plena. Unas llamadas que el OIJ ha determinado que no son rastreables por el sistema [judicial], me pusieron nervioso.

Es que es muy simple, no hay que ser un genio. Usted compra un teléfono con un chip desechable y lo rompe luego de la llamada, es decir, no se puede rastrear. Utilizan un distorsionador de voz que los venden en San José y listo, dice lo que quiere...

Mi gran pregunta es simple, mi número es privado, el del celular. Pocas personas tienen mi número, ergo, dicen los que saben: alguien tuvo que haber proporcionado mi número privado a esas personas que amenazan de muerte e insultan.

¿Y usted cree que esto es a raíz de lo que usted dijo en Corte Plena?

—Empezaron las llamadas el día de la Corte Plena, es decir, no encuentro otra explicación...

¿Podría parafrasear lo que dijo en Corte Plena?

—Yo no hablé del tema gay como tal, creo que es una mala lectura. Yo hablé del tema de todas las personas.

Lo que pasa es que me parece increíble la obsesión que hay con los pecados de la carne, digámoslo así; pero hay una increíble tolerancia a los pecados de la sangre. Es decir, aquí se matan personas todos los días y si usted les muestra al asesino los ve con “respeto”. Pero personas que se aman de una manera diferente son vistos peor que las personas que matan y eso para mi no tiene sentido, ningún sentido.

El día que alguien me logre explicar eso, tal vez yo logre comprender el mundo o tal vez  soy muy tonto.

¿Cuántas veces lo han llamado a amenazar?

—Bueno, no es que llevo un registro, pero no menos de seis o siete veces desde esa fecha. Yo lo que dije fue que estoy cansado de las luchas de poder.

Le voy a poner un ejemplo, que no me va a ayuda para nada en mi candidatura [Robleto es uno de los 19 candidatos]: Así como hay gente que ha vivido enamorado de la misma persona toda la vida, así hay unos eternos candidatos, que yo les llamo los magistrables eternos.

Aquí hay personas que creo que, “por sus actos los conoceréis”, que desde que entraron ya estaban pensando en llegar aquí [una magistratura].

Entonces, todo ha sido dirigido a una lucha de poder, no en lograr calidad en sentencias. Yo opino que esas personas no tienen lugar en el Poder Judicial, porque si tuvieran que vender a su madre lo harían, por lo tanto son peligrosos, porque no sabemos de lo que son capaces.

¿Se atrevería a decir nombres?

—No, porque me querellan. Pero van a aparecer en esta elección de la Sala Tercera. Van a resucitar de entre los muertos, y no por Jesús verdad. Me refiero a nuestro Señor.

Me sigue quedando la duda de cómo está funcionando la Sala Tercera.

No estamos inventando el agua tibia, estamos tratando de seguir lo que dice la ley, no estamos inventando nada. Esto se traduce en una mayor apertura en el recurso de casación, porque una de las críticas que se había hecho era que se había cerrado tanto tanto [la Sala] que casi todo era inadmisible, y nosotros no estamos haciendo más que aplicar la ley conforme a nuestro saber y entender, que se asemeja mucho a otras formas de las salas de casación de otros tiempos.

Pero no somos innovadores, simplemente hacemos lo que dice la ley, pero para que usted lo comprenda fácilmente: hay una mayor apertura a los recursos de casación.

Y me refiero al ambiente laboral, con lo que usted dice que le preocupa más el silencio que lo que puedan decir...

—Ah pero esto tiene otra explicación. Mi percepción es que a nivel interno el personal está más relajado, pero esa es mi percepción, capaz y me equivoco. Yo siento que la gente está bien, más tranquila, mi percepción.

¿Qué le hace falta a esta Sala para recomponerse?

—Pregunta capciosa Trilce… Tiempo, buen trabajo, esperar a ver quiénes vienen de nuevos magistrados titulares, eso va a hacer la diferencia.

Usted ahora me dijo que inició su protesta. Usted inicia su protesta diciendo que no votaría por un presidente [del Poder Judicial] que llevara una línea de pensamiento conservadora, etc. Usted llevó este tema a Corte Plena, durante los días del fallo de la Sala Constitucional respecto al matrimonio igualitario, ¿por qué lo llevó, qué significó, por qué fue importante que la ciudadanía se diera cuenta de esto?

—No suelta la yugular usted…

Creo que es una pregunta sencilla...

—Soy un inexperto con los tratos de los medios…Yo lo que quise representar… primero que todo mis respetos profesionales para la gente que conoce esta materia. Yo soy penalista no puedo comprender las dificultades que tiene la materia Constitucional.

Pero también soy ciudadano, y como ciudadano tengo derecho a la ignorancia, porque el día que yo sienta que lo sé todo pues estoy en problemas. El problema que ha tenido la gente en el poder es la arrogancia.

Me parece que había dos vías para resolver el punto, zanjar el tema de una vez, que me parecía posible, o hacer lo que ellos hicieron, que sus razones tendrán.

El ornitorrinco no pretendió faltarles el respeto, representó a un ciudadano que desconoce las profundidades del Derecho Constitucional y que estaba desconcertado de por qué tomaron el camino largo, y metieron en aprietos a una Asamblea Legislativa que también está conformada por otros ciudadanos que desconocen las profundidades del Derecho Constitucional.

Porque ni siquiera todos son abogados, es más, ni aún siendo abogado uno no sabe de esta materia.

El ornitorrinco no era una ofensa, no era una burla, era una representación de mi desconcierto de que, así como lo hicieron dos magistrados, que quisieron resolver esto de una vez, así también tuvieron que pactar con otros [magistrados para] que la solución se diera en 18 meses para que el tema no quedara en un limbo.

Era eso, una representación de mi desconcierto. Me vuelvo a preguntar, ¿por qué los pecados de la carne tienen una consideración diferente a los de la sangre? El día que yo comprenda eso tal vez alcance algún grado de iluminación que desconozco.

¿Usted cree que la Corte está en crisis?

—Yo soy optimista. Creo que la llegada de don Fernando hace que estemos en un proceso de reconstrucción y de recuperación interna de confianza donde al menos nos hemos vuelto a hablar unos a otros, porque yo no tengo demasiado tiempo de ser magistrado suplente, empecé en el 2016, y por alguna razón había algún impedimento en el sorteo electrónico que yo no salía para periodos largos, solo para pagos de dietas.

Entonces se corrigió el problema electrónico y esta es la primera vez que me nombran en dos meses, y en mi primer nombramiento vea usted todo lo que ha pasado. Es decir es primera vez que estoy nombrado en un periodo largo de dos meses, y es primera vez que he tenido la oportunidad de hablar.

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Es decir, estimado suscriptor o suscriptora, hoy la reflexión periodística se limita a invitarle a reflexionar y formarse un criterio sobre sobre la importancia del trabajo -o no trabajo- que realiza la Corte Suprema de Justicia, para que cada vez que tenga una plataforma disponible para hablar lo haga...

La siguiente pregunta es para usted, ¿cuál es el inicio de su protesta? porque esta plataforma es suya. Gracias por leer.