El comportamiento de los bonos de Costa Rica sorprendió a muchos, tanto así que los medios titulaban “desplome en los bonos de Costa Rica”. No obstante, es importante primero explicar que Costa Rica tiene seis bonos en los mercados internacionales, con seis plazos de vencimiento distintos: 2020, 2023, 2025, 2043, 2044, 2045. La teoría dice que entre más largo plazo sea el vencimiento del bono, más volátil es el precio. En ese sentido, utilicemos el bono con vencimiento en 2045 como referencia para comprender los movimientos durante el 23 de enero y a partir de ahora llámemelo CR2045.
Particularmente, el famoso “desplome” fue una caída de tan solo 1,4 puntos en el precio de CR2045 (fue el bono que más se movió) y esta no ha sido la más grande de los últimos 2 años. Hay que recordar que el triunfo de Trump en las elecciones de Estados Unidos sacudió a los mercados emergentes y en ese entonces el precio del CR2045 se desplomó en casi 10 puntos. Además, el resultado de ayer dejó el precio del CR2045 en medio punto mayor al registrado el 2 de enero, lo cual refleja que en las últimas semanas mas bien el precio venía subiendo.
Ahora, la pregunta es qué causó la disminución en el precio de los bonos. Algunos analistas aluden que se debe al cambio de perspectiva de Fitch Rating, debido a que los bonos de Costa Rica pasaron de perspectiva estable a negativa. Otro grupo argumenta que más bien fue por el resultado de la encuesta de CIEP-UCR, al colocarse a Fabricio Alvarado en segundo lugar (digo segundo porque en primer lugar están los indecisos).
Dicho esto, es importante analizar cada causa. El efecto Fitch Rating: el comunicado se realizó el pasado 18 de enero, al día siguiente el precio del CR2045 había caído 0,7 puntos, continuó esa disminución hasta el 22 de enero, pero esta siempre se mantuvo de manera marginal. De alguna manera, el mercado ya tenía dentro de sus expectativas la reacción de Fitch, de modo que no se reflejó un impacto significativo en los bonos de Costa Rica. El efecto encuesta CIEP-UCR: esta se dio a conocer el 23 de enero, día en que los bonos tuvieron su mayor disminución. La reacción de los mercados se explicó por el desconocimiento de las políticas económicas y fiscales de Fabricio Alvarado y su estrategia populista-evangélica. Ahora, el comunicado de Fitch sirvió como recordatorio a los inversionistas internacional sobre la situación fiscal negativa del país, por lo que el resultado de la encuesta puso la cereza en el pastel.
Tomando en cuenta lo anterior, llego a las siguientes conclusiones fundamentales:
- Las agencias calificadoras de riesgo (Fitch Ratings, Moody´s, Standard & Poors…) nos están mirando, y muy de cerca. La preocupación de ellos está tanto en la elección de presidente como el resultado de la Asamblea Legislativa. La segunda es clave, porque bajo un escenario de un Congreso fragmentado se dificultarán los acuerdos políticos para lograr aprobar una reforma fiscal.
- Más allá de la caída en el precio de los bonos de Costa Rica, el elemento fundamental de las finanzas públicas está en la sostenibilidad de la deuda. El déficit fiscal es solo un reflejo de una deuda que no para de crecer. Desde mi perspectiva los mayores riesgos provienen del aumento de la deuda en dólares (entre el 2011 y 2017 pasó de 9% a 18% del PIB), al introducir significativamente el riesgo cambiario al perfil de la deuda.
- Los candidatos presidenciales deben tomarse con seriedad la discusión fiscal, porque los mercados internacionales están atentos a lo que pasará el próximo 4 de febrero. La discusión debe dejar a un lado los temas populistas y enfocarse más en aquellos que perjudican nuestra economía y el desarrollo social. Por ese motivo, invito a que se tomen el tema fiscal de manera seria y rigurosa.
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