Mi hijo mayor lleva por nombre Mateo, vocablo de origen hebreo que significa “regalo de Dios”. Nombre que ha experimentado una notable expansión en las últimas décadas. En una ocasión, conocí a una niña llamada Matea, lo cual evidencia la diversificación y adaptación de este nombre en distintas variantes, posiblemente impulsadas por la belleza de su significado. Curiosamente, hace algunos días tuve conocimiento del denominado “efecto Mateo”, concepto que despertó mi interés y que me pareció interesante compartirlo

El término proviene de una frase del Evangelio según San Mateo 25:29:

Porque todo el que tiene más se le dará más; y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene.”

Esta idea refleja un fenómeno social: quienes poseen ventajas tienden a acumular aún más beneficios, mientras que quienes parten con desventajas suelen enfrentarse a mayores obstáculos. El sociólogo Robert K. Merton fue quien estudió con mayor profundidad este concepto, observando cómo las ventajas iniciales pueden multiplicarse con el tiempo. Según la teoría de Merton, en el ámbito científico, los investigadores más reconocidos suelen recibir más crédito y financiamiento que otros igualmente talentosos pero menos conocidos. En la economía, por ejemplo, las personas con mayores ingresos tienen más oportunidades para invertir y generar más riqueza. Incluso en redes sociales, los usuarios con más seguidores logran una mayor visibilidad, lo que refuerza su posición y les permite crecer con mayor facilidad.

En un artículo publicado en el 2023 se menciona:

Merton notó que los científicos más prestigiosos recibían sistemáticamente más reconocimiento que aquellos con poca o ninguna notoriedad. Comprobó que esto se cumplía cuando realizaban investigaciones paralelas y llegaban a los mismos descubrimientos de forma simultánea pero independiente, y cuando un científico prominente colaboraba en igualdad de condiciones con investigadores menos conocidos. Los científicos eminentes recibían sistemáticamente una mayor parte del mérito. Merton desarrolló su teoría, en parte, al analizar las recompensas que reciben los científicos, que suelen consistir en financiación adicional para la investigación y premios como el Nobel. Entre las recompensas menos tangibles se incluyen el acceso a un mayor conocimiento a través de la investigación y una mayor autoridad en sus campos, lo que puede abrirles las puertas a puestos como jefe de departamento y oportunidades para presentar trabajos en conferencias nacionales e internacionales”.

Sin duda, el efecto Mateo nos recuerda que el éxito no depende únicamente del esfuerzo individual, sino también de las condiciones de partida. Comprenderlo es esencial para diseñar estrategias que reduzcan las desigualdades y promuevan oportunidades más equitativas. En resumen, el efecto Mateo es una advertencia sobre cómo las ventajas y las desventajas pueden amplificarse por sí solas, a menos que intervengamos conscientemente para equilibrar el terreno y construir una sociedad más justa.

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