En los últimos días los medios de comunicación y las redes sociales han centrado su atención en el escándalo provocado por reportajes y denuncias sobre supuestas conductas del director del OIJ, quien se encuentra suspendido mientras se concluyen los procesos de investigación.

¿Procederá una destitución? Depende.

Si el debido proceso demuestra que se compartió información confidencial de la organización y/o incurrió en un delito (o varios) de violación, definitivamente procede su terminación.

Lo que no puede mediar en la valoración de sus conductas o la aplicación de la sanción, es su privacidad, es decir, su conducta personal fuera del horario de trabajo.

¿Qué si tenía o no 2 o 4 o 13 relaciones simultáneas con varias mujeres? Eso es un tema estrictamente personal. Opinar al respecto no solo es improcedente, es cizañoso.  Además, basta con ver las estadísticas sobre infidelidad en Costa Rica para saber que no es el único y que eso no debe ser motivo para tomar acciones a nivel laboral. Si usted está en contra de la promiscuidad, entonces no participe de ella.

¿Qué si contagió a alguna de esas parejas de enfermedades infectocontagiosas? Sigue siendo un tema que solo le atañe a los involucrados. Más del 80% de los costarricenses adultos sexualmente activos presenta alguna enfermedad de transmisión sexual. O sea que la posibilidad de no contagiarse, es estrecha. Si usted no quiere contagiar o contagiarse, asuma la responsabilidad de su vida sexual como adulto que es, hágase los exámenes, tome los tratamientos, use protección.

¿Qué usa malas palabras? Casi todos en Costa Rica las utilizamos. Y según artículos especializados, incluso las ofensas que hacen referencia a la madre de alguien más, no necesariamente tienen sentido ofensivo. Más bien denotan aprecio, cercanía o confianza, dependiendo de con quién se utilicen y el tono que se use. Y si algo queda claro, es que el director del OIJ creyó- cajita blanca- que estaba chateando cubierto por el manto de la confianza. Así funciona siempre en las traiciones.

Se pregunta uno a quién le gustaría que su conducta sexual, sus gustos y prácticas sexuales, se discutan en medios, buses, oficinas y redes sociales; emitiendo juicios de forma imprudente e innecesaria, haciendo leña del árbol caído y usándolo para chistes y memes.

El que esté libre de pecado, que comparta sus andanzas y su expediente sexual. O que tire la primera piedra.

Hay una variable más: ¿Debería ser destituido por los errores de juicio que evidencian sus acciones? Eso queda para otro análisis.

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