Uruguay, Guatemala, Chile, Perú y Costa Rica exigieron en la COP30 no postergar más la Meta Global de Adaptación.

Este miércoles 19 de noviembre altos representantes de Uruguay, Guatemala, Chile, Perú y Costa Rica exigieron en la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) no postergar más la Meta Global de Adaptación (GGA).

El pronunciamiento, realizado en una conferencia de prensa improvisada en la zona de medios del predio ubicado en Belém, Brasil, destaca que la ausencia de financiamiento adecuado está frenando la capacidad de la región para enfrentar sequías, inundaciones, incendios, deslizamientos y pérdidas económicas cada vez más severas.

Valverde Stark leyó parte del pronunciamiento este miércoles la COP30. Fotografía: Alonso Martínez.

El debate en la COP coloca la adaptación al cambio climático y GGA como uno de los temas centrales. Este instrumento busca acordar 100 indicadores comunes y medibles para monitorear el progreso real en resiliencia y protección frente a los impactos climáticos.

Este 2025, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) detalló el costo del financiamiento para la adaptación necesario en los países en desarrollo, estimándolo en $310 mil millones anuales en 2035 o hasta $365 mil millones anuales.

El documento indicó que los flujos internacionales de financiamiento público para la adaptación hacia los países en desarrollo fueron de $26 mil millones en 2023, una disminución con respecto a los $28 mil millones del año 2022. Esto implica que las necesidades de financiamiento para la adaptación en los países en desarrollo son entre 12 y 14 veces mayores que los flujos actuales. 

Por Costa Rica tomó la palabra la representante del Ministerio de Relaciones Exteriores en la COP30, Giovanna Valverde Stark, quien afirmó que para el país la adaptación al cambio climático no es una opción: es una necesidad urgente y colectiva.

La Meta Global de Adaptación requiere de acciones inmediatas y tangibles, y esta COP latinoamericana es la plataforma para impulsarlo. Como primero y principal punto, debemos garantizar la provisión de financiamiento adecuado por parte de los países desarrollados a los países en vías de desarrollo para poder implementar nuestra agenda de acción climática, la cual está claramente definida en nuestro país".

La funcionaria de la Cancillería mencionó que el apoyo financiero es crucial para que los países latinos fortalezcan su resiliencia, implementen medidas de adaptación y protejan a sus comunidades de los impactos crecientes del cambio climático.

Agregó que es importante el compromiso de proporcionar recursos sin discriminación ni circunstancias especiales entre países en vías de desarrollo.

Los esfuerzos de adaptación deben ser equitativos y accesibles para todos los países, sin importar su situación económica, pero sí, su nivel de vulnerabilidad. Este principio de justicia es vital para fomentar la confianza y una acción global efectiva".

Añadió:

Debemos adoptar un conjunto de indicadores que sean claros medibles y acordes para evaluar de inmediato el progreso de la Meta Global de Adaptación. Aunque estos indicadores puedan perfeccionarse con el tiempo no podemos permitirnos esperar".

Valverde cerró indicando que el verdadero cambio depende del compromiso común de movilizar recursos, de mantener la igualdad entre los países en vías de desarrollo y de establecer mecanismos sólidos de evaluación. "Solo así podremos asegurar un futuro resiliente para todas las poblaciones vulnerables y cumplir los objetivos fundamentales del Acuerdo de París", finalizó.

El viceministro de Recursos Naturales y Cambio Climático de Guatemala, Edwin Josué Castellanos,  enfatizó que la adaptación “no es opcional”, señalando que Centroamérica transita entre sequías extremas e inundaciones devastadoras, y que no puede seguir financiando sola su propia resiliencia.

Desde Chile, la ministra de Ambiente, Maisa Rojas, insistió en que “lo que no se mide, no se gestiona”, alertando sobre la urgencia de aprobar un set de indicadores ya trabajado en ciclos anteriores. Rojas recordó que 2024 fue el primer año en superar temporalmente el límite de 1,5°C y que postergar decisiones solo aumentará los costos y riesgos para los países, especialmente en América Latina.

Por ello, llamó a una “decisión política clara” que permita avanzar anualmente en la evaluación y gestión de la adaptación climática.

El último borrador del texto indica posibilidades distintas de encaminamiento: una es que se adopte la lista de indicadores en Belém y otra que se postergue la decisión para la COP que se celebrará en 2027 en África. Es del Grupo Africano la propuesta de aplazar una decisión para que en Etiopía puedan controlar de mejor manera sus prioridades.