Proceso se basó en el Marco Estratégico de Adaptación al Clima de UNICEF y la Asociación Mundial para el Agua.

Costa Rica avanza en la construcción de un proceso nacional para promover que los servicios de agua, saneamiento e higiene (ASH) sean más resilientes frente al cambio climático.

La iniciativa es liderada por el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), en coordinación con la Dirección de Cambio Climático del Ministerio de Ambiente y Energía (DCC- MINAE), y con el acompañamiento técnico del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Instituto Sueco de Investigación Ambiental (IVL).

Este proceso se basó en el Marco Estratégico de Adaptación al Clima de UNICEF y la Asociación Mundial para el Agua (GWP, por sus siglas en inglés), que orienta la planificación del sector ASH frente a los impactos climáticos.

Este marco ofrece una mirada integral ya que abarca desde la forma en que se organiza el sector hasta las soluciones que llegan a las comunidades, incluyendo los ajustes institucionales y los cambios de hábitos en la población.

Además, fomenta el trabajo colaborativo interinstitucional para garantizar la continuidad, calidad y sostenibilidad del acceso al agua potable, el saneamiento seguro y la higiene adecuada, incluso frente a fenómenos extremos como sequías, inundaciones, deslizamientos y huracanes.

Una prioridad nacional frente al cambio climático

El cambio climático impacta directamente en la seguridad hídrica y sanitaria del país. Aunque Costa Rica mantiene una alta cobertura en la provisión de servicios de agua y saneamiento en comparación con otros países de la región, persisten desafíos vinculados al crecimiento urbano, la variabilidad climática y la gobernanza.

Los impactos recaen con mayor fuerza en niñas, niños y adolescentes, quienes enfrentan mayor riesgo de enfermedades, pérdida de acceso a servicios básicos y educación, así como desplazamientos forzados en contextos de emergencia climática.

Yvette Blanco, representante de UNICEF Costa Rica, dijo:

Cuando aseguramos servicios de agua y saneamiento resilientes, estamos evitando enfermedades prevenibles, reduciendo desigualdades y abriendo puertas a un futuro más digno y seguro para cada niña, niño y adolescente. Invertir en resiliencia en agua, saneamiento e higiene es invertir en salud, en educación y en oportunidades para las futuras generaciones”.

Proceso articulado e inclusivo

El proceso nacional contempla varias fases, entre ellas:

  • Análisis de políticas y estrategias nacionales para identificar oportunidades de integrar la resiliencia climática en el sector ASH.
  • Evaluación de riesgos climáticos que afectan la continuidad de los servicios ASH.
  • Construcción participativa de un plan de acción con responsabilidades claras, mecanismos de seguimiento y articulación interinstitucional.
  • Elaboración de una justificación climática para el sector, alineada con los compromisos nacionales e internacionales en adaptación al cambio climático, incluyendo las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC).

Como parte de este proceso, entre el 5 y el 8 de agosto de 2025 se realizó el taller “WASHBAT, informado por el riesgo”, herramienta de análisis de los cuellos de botella en el sector de agua, saneamiento e higiene, que reunió a representantes de instituciones públicas, academia y sociedad civil.

El encuentro permitió identificar las principales barreras y acordar acciones prioritarias tomando en consideración los riesgos ambientales, marcando el inicio de un camino de construcción conjunta hacia servicios de agua y saneamiento más resilientes.

Con esta iniciativa, Costa Rica reafirma su compromiso con la protección de los recursos hídricos, la salud pública y la seguridad de las comunidades más vulnerables, contribuyendo al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular el ODS 6 sobre agua limpia y saneamiento y el ODS 13 sobre acción por el clima.