Falta un mes para que termine el año. No es nada importante, esencialmente. Los problemas no empiezan ni terminan por ello. Simplemente le damos un significado antropológico a que el planeta le dé un giro completo al sol; es solo eso. Pero ya que le conferimos tanta importancia a darle vueltas al sol, ¿por qué no aprovecharlo al máximo?
Si el año fuera un partido de fútbol, cada mes tendría una duración de 7.5 minutos. Es decir, ya llevamos casi 85 minutos jugados del partido. A estas alturas, se han hecho hazañas memorables que han quedado escritas en los libros de la historia del fútbol. Podría poner ejemplos de ligas o copas nacionales de cualquier país, finales de Champions League, incluso clasificaciones a los mundiales, pero permítanme referirme al torneo más importante: La Copa del Mundo. La mejor representación gráfica de la frase erróneamente atribuida a Marx de que "el fútbol es el opio de los pueblos" o de la bien atribuida a Eduardo Galeano: "El fútbol es la única religión que no tiene ateos". Nos podemos perder un partido de liga, de Champions, incluso de eliminatoria mundialista dependiendo de las situaciones, ¿pero un partido de Mundial? Puede ser Rumanía vs Perú, que igual se tiene que ver. Porque, en cierta forma, ¡todos creemos en el fútbol!
Pues bien, las finales más inolvidables y desgarradoras se han perdido o ganado en los últimos minutos. Si bien es cierto, los partidos terminan cuando el árbitro pita el final, basta con jugar una mejenga con los compas para saber que muchas veces, un gol antes del 90, mata muchas esperanzas en un grupo de jugadores. Italia 1934: Checoslovaquia al 75' iba ganando 0-1 y pierde 2-1 al minuto 90. Brasil 1950: El famoso Maracanazo, Brasil pierde la final al minuto '79. Suiza 1954: El milagro de Berna, la Hungría de Puskas pierde 3-2 contra Alemania al '84. Italia 1990: La Argentina de Maradona, campeona del mundo, pierde contra Alemania al '85. Sudáfrica 2010: aunque no fue durante los 90 minutos, los holandeses pierden al 116' por lo que la premisa sigue siendo la misma, los últimos minutos también se juegan. Qatar 2022: el más reciente, Argentina casi pierde la final en los últimos 15 minutos cuando Francia empata en el 80' y 81'. Posteriormente los vuelve a empatar al 118', siempre a escasos minutos de terminar el partido. El resto es historia, ¡privilegiados los que pudimos ver la que se dice es la mejor final en la historia de los mundiales!
Millones de ejemplos como esos existen en el fútbol y en todas las áreas de la vida. Depende muchísimo de la perspectiva: se podría decir que el equipo A se relajó durante los últimos minutos o que el equipo B se relajó durante la mayor parte del partido. Lo cierto es que se puede hacer un cierre (de año) muy bueno y no necesariamente es determinante lo que se hizo los meses anteriores, si al final del año (partido) se hacen un par de goles en los últimos minutos.
De las primeras cosas que uno escucha cuando nace en Uruguay es del Maracanazo. El nivel de apoyo que tenía Brasil en el mundial fue algo nunca antes visto y que no se volverá a repetir en la historia del fútbol. Estamos hablando de 1950, un mundial en Brasil, con Brasil favorito, con Brasil aparentemente imparable y, aún más importante, con su gente. Un Maracaná con más de 170.000 espectadores esperando que el árbitro pitara el final del encuentro para poder celebrar. Lo único que no se sabía era cuántos goles iba a meter la selección brasileña. Una selección brasileña que venía de meter 13 goles en dos partidos. Por el formato de la época, con un empate, Brasil se coronaba campeón del mundo contra un Uruguay, al que, por cierto, los partidos le habían costado mucho. Tanto así que en el camerino, con el ensordecedor rugido del Maracaná que se los quería comer vivos, el mismo entrenador uruguayo le recomendó a su selección jugar lo más defensivamente posible para evitar una goleada. Obdulio Varela, capitán celeste, después de escuchar la “motivante” propuesta de su entrenador y verlo salir por la puerta del camerino, quedó solo con sus compañeros y les dijo: "los de afuera son de palo". Uruguay gana el Mundial con gol de Alcides Ghiggia al minuto 79'.
"Todo estaba previsto, excepto el triunfo de Uruguay", dijo Rimet años después cuando contó que en el 1-1 fue a los camerinos a hacer el discurso de campeón para Brasil y se vio sorprendido cuando, al volver a la gramilla, no vio ningún tipo de ceremonia para los locales, solo a un grupo de jugadores celebrando en medio de un silencio sepulcral que, según Ghiggia, solo él, el papa y Sinatra habían podido ocasionar. A Jules Rimet solo le quedó entregar, casi que a escondidas, el trofeo a Obdulio Varela, sin ningún tipo de felicitación.
Brasil cambió de por vida el color de su uniforme local. Un niño ve llorando desconsoladamente a su papá y le promete ganar un mundial para su país. Tres mundiales le terminó dando a su papá. No hace falta mencionar quién era el niño que a la postre, durante más de 60 años, sería el mejor jugador de la historia del fútbol.
Quien piense que faltando pocos minutos para que termine el partido no se puede hacer mucho, porque lo que sea que se haga será pequeño y por eso no tendrá ningún tipo de repercusión, definitivamente nunca ha dormido con un mosquito en el cuarto o nunca ha sentido la emoción de un partido cuando está por terminar.
Sea cual sea el resultado, metamos un par de goles en estos últimos minutos, antes de que se termine el año, solo para ver qué pasa...
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