Feliz 1 de diciembre, entremos de una en la parte 3 y final.

En la parte 1 y en la parte 2 de este editorial exploramos tanto el panorama internacional como el local, identificando los retos que enfrentamos como sociedad y las lecciones que podríamos aprender en el camino hacia 2026. Hoy quiero enfocarme en lo que considero es nuestra responsabilidad como medio y la dirección que me gustaría que Delfino.CR asuma en este contexto.

Desde que fundamos Delfino.CR en 2017, dejé claro que nuestro rol no era (ni es) competir con los medios tradicionales en volumen o alcance, sino ofrecer algo que cada día considero resulta más urgente: claridad, credibilidad, contexto y responsabilidad.

No somos un medio que busca viralidad, distracción o complacencia; nuestro objetivo es ayudar a que usted tome decisiones informadas y que esas decisiones tengan un impacto en su bienestar, en el de los suyos y en el del país. En este sentido, la coyuntura actual no solo nos desafía como país, sino también como medio.

El punto de partida resumido: un panorama complejo

Cerremos lo previamente abordado con un aterrizaje final.

En un notable artículo para The Guardian Nesrine Malik argumenta que el autoritarismo prospera porque ofrece narrativas simples y atractivas a un mundo en crisis, mientras que las posiciones “progresistas” no solo han decantado por un discurso elitista, además, no han sabido responder a los problemas estructurales que han dejado a gran parte de la población descontenta y desconectada.

Sin regulación más estricta y eficiente políticas realmente redistributivas y redes de seguridad social fuertes y funcionales, los progresistas carecen de propuestas materiales para mejorar la vida de las personas, dejando el campo abierto para narrativas autoritarias más convincentes, que resuenan poderosamente con el sentido de “identidad” de quienes se sienten olvidados o apartados.

Los autoritarismos modernos, aunque puedan operar dentro de democracias, prosperan entonces manipulando la percepción pública. Prometen un futuro mejor, siempre con un horizonte atractivo pero inalcanzable, mientras reprimen a las voces disidentes y desvían la atención hacia un "enemigo" creado para justificar su poder. La fórmula siempre es la misma, lo que puede variar es la dosis.

Guste o no, así como la globalización y el capitalismo han traído bienes, servicios y desarrollo, también han propiciado una estructura social (dentro y fuera del país) que no ha logrado terminar de ofrecer seguridad económica ni sentido de pertenencia a una muy descontenta mayoría. En el caso de Costa Rica esto ayuda a entender la penetración del narco por un lado y un sentido y justificado “voto protesta” por el otro.

Entonces, lo que hemos venido desarrollando en estos editoriales no es ni novedoso, ni local: Las democracias liberales enfrentan desafíos porque sus sistemas económicos actuales no garantizan (ni siquiera promueven eficientemente) libertad e igualdad para la mayoría. Este vacío ha sido aprovechado por discursos autoritarios, que explotan el miedo, los prejuicios y la sensación de aislamiento para consolidar su poder.

El panorama es crudo: muchas personas en todo el mundo se sienten atrapadas en un sistema que no responde a sus necesidades. Desean pertenecer a algo más grande y tener la promesa de un futuro diferente, aunque eso implique seguir a líderes autocráticos que rompen con el sistema existente. Otras, sencillamente se desconectan del acontecer noticioso y se entregan a la distracción, a la resignación o la apatía, como bien quedó registrado con el abstencionismo histórico del 2022 (un 40,65% del padrón electoral no salió a votar).

Entonces, mientas el centro siga defendiendo un sistema roto, las democracias occidentales seguirán siendo vulnerables. Los autoritarios prosperan en estas condiciones porque ofrecen respuestas (aunque a menudo falsas) al descontento, mientras que los demócratas liberales no logran articular ni promover soluciones eficientes y significativas.

Del diagnóstico a la acción

Si algo hemos aprendido de los últimos procesos electorales dentro y fuera del país es que el ruido no ayuda. Necesitamos reducir la polarización y apostar por espacios que fomenten la conversación, el entendimiento y la construcción de consensos. El Informe Estado de la Nación ya nos lo ha dicho: los problemas estructurales que enfrentamos no son nuevos, pero sí más urgentes.

En Delfino.CR queremos ser parte activa de esa solución. Esto significa que en los próximos meses redoblaremos esfuerzos para dar espacio a voces diversas, enfocarnos en explicar contextos complejos con claridad y, sobre todo, buscar alternativas a la confrontación estéril que domina nuestro panorama político.

¿Cómo lograrlo? Fortaleciendo las herramientas que ya hemos consolidado (como el extraordinario proyecto de Asamblea o el podcast de Curul en Llamas o el podcast del Reporte, hasta el novel y maravilloso canal de Cultura Colectiva) y presentando nuevas que ya tenemos planificadas y de cuyo potencial impacto no tenemos duda alguna. ¿Por qué no las adelanto?

Permítanme “romper el protocolo” (dijo Nuria). No pretendo rajar de haber inventado el agua tibia pero resulta el colmo que siendo nosotros un emprendimiento los grandes medios intenten una y otra vez fusilar nuestras ideas en vez de desarrollar las suyas. Vean, mi equipo es de solo 5 personas. Solo en este año me intentaron robar 3. Manda-huevo. Sobran periodistas en la calle, no hay ninguna necesidad de intentar desarticularnos a nosotros que somos tan pequeños. 😒

Así que prefiero no adelantar lo que tengo en mente pero sí puedo volver a insistirles en un punto medular: para lograrlo necesitamos de su respaldo. Ustedes reciben hoy el editorial porque son suscriptores D+: traten de convencer este diciembre a al menos 1 persona de que se suscriba también. Si todos los hicieran empezando enero podría contratar otra persona y créanme, somos tan pero tan eficientes que con solo 1 adición al equipo se perciben diferencias significativas en el trabajo que hacemos que, reitero, está enfocado en ser de servicio para Costa Rica.

Más allá de las elecciones

Por supuesto, el camino hacia las elecciones de 2026 será un eje central en nuestro trabajo. Pero nuestro compromiso va más allá de un proceso electoral. Costa Rica necesita reconstruir la confianza en sus instituciones, replantear su modelo de desarrollo y, sobre todo, encontrar la manera de hacer que el Estado sirva a toda la población, no solo a unos pocos.

Es aquí donde Delfino.CR quiere marcar una diferencia. No nos interesa ser un megáfono de promesas vacías ni un espacio para alimentar el cinismo. Queremos ser una plataforma para evidenciar lo que funciona, criticar lo que no y, sobre todo, destacar las propuestas que tienen sentido porque el periodismo no solo debe evidenciar el problema, sino también buscar posibles soluciones.

Todo esto mientras seguimos enfocados en levantar la altura del debate, incentivar la participación ciudadana y por supuesto... ¡hacer que lo importante sea interesante!

Un compromiso con usted

Para cerrar, quiero reiterar nuestro compromiso con usted, que nos ha acompañado hasta aquí. Nuestro trabajo no tendría sentido sin su confianza, y esa confianza es lo que nos motiva a seguir mejorando. Sabemos que el país enfrenta momentos complicados, pero también sabemos que no estamos solos en este esfuerzo.

Así que permítanme parafrasear una vez más a George Herbert, como lo hice la semana pasada: “Para quien quiere, no faltan caminos”. Nosotros queremos. Queremos ver a Costa Rica salir adelante. Queremos ser parte de ese proceso. Y queremos hacerlo junto a usted.