El mapa político de América Latina se inclina actualmente hacia la izquierda, con Gobiernos como el de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, el de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en México —a quien reemplazará la también izquierdista Claudia Sheinbaum el 1º de octubre de 2024 —, el de Gustavo Petro en Colombia y el de Gabriel Boric en Chile, entre otros. Del otro lado del espectro se encuentran, por ejemplo, Argentina con Javier Milei al frente del Poder Ejecutivo y El Salvador, donde Nayib Bukele asumió este año su segundo mandato.
Inclinación política en América Latina
Todos los candidatos a presidentes del amplio espectro político de la región ofrecen en sus campañas electorales prosperidad y bienestar a la población votante de cada país. Sin embargo, no todos lo cumplen. Para lograr este importante objetivo se deben mejorar las tasas de crecimiento del PIB y PIB per cápita de cada país, y para lograr esto último es indispensable mejorar el crecimiento de la productividad laboral. La productividad laboral es una medida económica que captura el valor agregado de los bienes y servicios producidos por hora trabajada. Para elevar el crecimiento y desarrollo económico de un país se requiere que la fuerza laboral empleada mejore su productividad en el tiempo, y así contribuya directamente a ese desarrollo y al bienestar de la población. En otras palabras, se necesita que se incremente el valor agregado por trabajador para que la producción total crezca en términos reales.
Datos publicados por la OCDE (2024) muestran que en las últimas tres décadas (1991 – 2022) el promedio anual de crecimiento real de la productividad laboral de los países de la región, que son miembros de la OCDE, es heterogéneo. Mientras Chile (+2,8%), Costa Rica (+2,0%) y Colombia (+1,4%) tienen tasas reales positivas, México redujo su productividad laboral en promedio -0,1% cada año desde 1991. El dato dice que en el 2022 dicha productividad en términos reales alcanzó un nivel de $19,3 por hora y en el año 1991 fue de $19,8 por hora. Es importante señalar que en el año 2022 ya se habían cumplido los primeros cuatro años del gobierno del izquierdista AMLO.
Para evitar sesgos políticos de corto plazo se realizó un análisis del crecimiento real de la productividad laboral en Chile desde 1986 hasta el 2022. El análisis incluye un período de casi cuatro décadas y ocho Gobiernos con distintas inclinaciones políticas.
El gráfico muestra en primer lugar que la productividad laboral en Chile está con rendimientos decrecientes desde la llegada de la democracia en 1990. Cada vez crece menos en términos reales. En segundo lugar, y a pesar de las distintas crisis internacionales y de la pandemia del COVID-19, la productividad de Chile creció en términos reales 2,9% promedio anual en casi cuatro décadas. En tercer lugar, si se analiza en detalle el crecimiento real promedio de la productividad laboral por período presidencial se encuentra que durante los dos Gobiernos de la izquierdista Michelle Bachelet dicha productividad creció con tasas mucho menores que el promedio de todo el período de análisis.
Durante el período comprendido entre 2006 y 2022 hubo dos tipos de gobiernos que se turnaron la jefatura de Estado entre la izquierda (Bachelet) y la derecha (Piñera). Cada vez que Bachelet asumía la jefatura del Gobierno la productividad laboral promedio anual crecía, en términos reales, mucho menos que en el período inmediatamente anterior, inmediatamente posterior y también que el promedio de la serie. Durante el segundo mandato de Bachelet la economía de Chile creció, en términos reales, un promedio de 1,7% anual lo que resultó ser la mitad del crecimiento promedio del mundo. La presidenta incrementó los impuestos a la empresas más grandes y productivas del país y limitó la libertad de escogencia a los padres de familia del establecimiento educativo público para sus hijos. Ambas medidas no son compatibles con el crecimiento de la productividad laboral y de la calidad de la educación.
Siguiendo con el turno entre izquierda y derecha, el país eligió a otro izquierdista, Gabriel Boric, para el período 2022-2026. Aún no están los datos de la OCDE sobre el desempeño de Chile en el 2023. Sin embargo, el Banco Central del país informó que la economía había crecido 0,2%. Un magro resultado si lo comparamos con el 5,1% de Costa Rica.
Los modelos económicos que defienden la izquierda y la derecha son conocidos, igual que sus consecuencias de corto, mediano y largo plazo. El problema adicional en América Latina es el alto costo de pasar de un sistema a otro y volver al anterior.
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