Josep Bohigas es un reconocido arquitecto de Barcelona y recientemente estuvo en Costa Rica para impartir un taller.
El arquitecto español Josep Bohigas visitó Costa Rica para impartir un taller intensivo llamado "Urbanismo y retos socio-ecológicos. El caso de Barcelona" en el Centro Cultural de España.
Josep Bohigas es un reconocido arquitecto de Barcelona, ha sido profesor invitado en diferentes centros universitarios en todo el mundo. Desde el 2016 hasta noviembre del 2023 ha sido director general de agencia de planificación estratégica, Barcelona Regional y vicepresidente del Observatorio de la vivienda de Barcelona. Actualmente es miembro del Urban Front un grupo de consultoría urbana transnacional formado por asociados independientes de todo el mundo, fundada por el geógrafo británico David Harvey.
Tras su visita, el escritor costarricense Blas Dotta conversó con Bohigas acerca de la innovación urbana en Barcelona, del modelo de las supermanzanas, y de su visión de San José, en el marco del taller que dio en el país.
A continuación la entrevista:
— Josep, de qué se trata esa “rara avis”, que es la oficina “Barcelona regional”
— Barcelona regional es una agencia, un think tank, capaz de desarrollar proyectos ejecutivos de cosas específicas, como a veces hace lo contrario, se va elevando, elevando, elevando, y hace planes estratégicos y va pivotando desde la planificación al proyecto concreto. Y todas las cosas que exceden el territorio, que exceden la temática, que exceden los problemas y que el ayuntamiento, que está fragmentado en áreas específicas y que incluso tienen edificios diversos, los de movilidad, los de medio ambiente, los de no sé qué, tienen muy poca capacidad de ir más allá estratégicamente, porque el día a día les tiene colapsados. Todos esos temas que les exceden son los temas que nos llegan a nosotros.
— ¿Y todo proyecto urbanístico que se haga en Barcelona debe pasar por esta oficina?
— No, lo que sí que pasa es que los proyectos estratégicos no hay nadie que los atienda con la complejidad que se merece. Siempre hay un momento que alguien dice, esto que lo haga Barcelona Regional, cuando la cosa se complica, esto que lo haga Barcelona Regional, también por suerte es una agencia con bastantes recursos y también estamos en la front line de tecnologías, de maneras de análisis y de programas y de expertos. Realmente es un lugar bastante privilegiado, espectacular y que si se tuviera que inventar ahora no se podría inventar.
— ¿Cuáles son para vos los desafíos y beneficios que tiene el urbanismo ecosistémico?
— Yo diría que la ciudad y el urbanismo son tan importantes que es un riesgo dejarlos en manos de los políticos o dejarlo en manos de los arquitectos, o dejarlo en manos de los urbanistas, o dejarlo en manos de las inmobiliarias, o dejarlo en manos...y es verdad que el planeta hoy en día lo configuran los big five, todas estas grandes empresas que son las que se las va a buscar y te hacen proyectos llaves en mano. Esto es un drama, un drama monumental, porque al final los intereses que hay detrás son muy específicos.
— Ahí entra el pensamiento estratégico de cómo desarrollar una ciudad más inclusiva y en armonía con el ambiente, por ejemplo.
— El urbanismo ecosistémico, o diría ecosistémico social, tiene que ver con un liderazgo público y tiene que ver con la capacidad de integrar todas estas miradas que realmente no son ni propiedad del arquitecto, ni del empresario, ni del urbanista, sino que es una especie de mirada de la integralidad y de la sistematización de muchos de los proyectos que atendemos, siendo capaces de que efectivamente, un proyecto puede convertirse en un sistema y entender que todos los sistemas confluyen y que hay pocas miradas que realmente trabajen sobre esa integralidad.
— Y que pone a la persona en el centro.
— Claro, eso sería la mirada más del urbanismo social, el ecosistémico pone el planeta en el centro, cosa que es muy importante.
— Es lo que atiende Barcelona regional.
— En Barcelona habíamos medio perdido cierta mirada, la de atender las vulnerabilidades, las exigencias y emergencias sociales. ¿Cómo hacer compatible evitar el fin del planeta con llegar al final de mes? Creo que son condiciones que combinadas construyen este ámbito del urbanismo que atiende a las injusticias eco sociales, que francamente no hay muchos espacios desde donde se articulen.
— Y ahora vamos al tema de “las supermanzanas” un ejemplo de modelo ciudad, porque cuando se piensa en la ciudad se piensa en construir nuevo o sacar cosas, sino que más bien ahí, ustedes desarrollan eso de “cambiarlo todo sin cambiar nada”.
— Esto es un segundo paso, hay un paso previo sobre esto, que es el poder de lo próximo. Yo creo que en Barcelona lo que se ha articulado es una estrategia que tiene que ver también con una regeneración democrática.
— ¿En qué términos?
— Llevamos años, sobre todo durante años previos de la crisis, que España se puso en venta a los grandes promotores inmobiliarios y a grandes empresas transnacionales, que de alguna manera con sus inversiones y fondos buitres, etcétera, destrozaron el territorio y destrozaron las ciudades y expulsaron a los vecinos. Esta devastación global tiene que ver con una mirada del extremo, del camino de la globalización al cual habíamos transitado.
— Poner en el centro a las personas.
— Poner en el centro a las personas, otra vez, y no el dinero, y no los coches, y no el turismo, y no todas esas cosas que hemos puesto en el centro de todas las políticas, sino poner a la gente en el centro y alrededor suyo construir unas capas, que sin duda la primera capa es la salud, la propia piel. La segunda capa es la vivienda, que la habíamos desatendido totalmente. O sea, llevamos 40 años sin hacer vivienda pública.
— ¿Y luego?
— Luego es el barrio, luego es la ciudad, y sin duda ser global, ciudad global, pero no al revés, que es lo que hemos estado haciendo. Queríamos ser ciudad global y nos hemos olvidado de llegar al por qué mejoramos las ciudades, que es poniendo a la gente en el centro de las políticas públicas, que eso fundamentalmente tiene que ver con la regeneración democrática, porque la proximidad también significa participar, coparticipar, corresponsabilizarse de las cuestiones de la cotidianidad, lo colectivo.
— Y eso son las supermanzanas.
— En Barcelona se cristaliza con un proyecto sistémico, liderado por Salvador Rueda, de la Agencia de Ecología Urbana, que tuve la suerte de heredar, pero que lo que se ha hecho no es eso, sino es una evolución a través de realmente un proceso interactivo de casos piloto y de correcciones y de mejoras, o de realidades aterrizadas al caso de Barcelona, a través del proyecto que le hemos llamado Supermanzanas.
— ¿Qué son?
— Son nueve manzanas, pero que insisto que eso no es lo más importante. Eso luego tiene una técnica, porque la supermanzana es una supermanzana de movilidad, pero tiene que ver también con una supermanzana de vivienda, la supermanzana habitacional, o una supermanzana de cuidados, que es la supermanzana social, y una supermanzana de espacio público. O sea, es un proyecto que tiene muchas capas, que a veces se vulgariza diciendo
«hemos sacado los coches». Es que no es solo eso, y es fundamental que no sea solo eso, porque si sacas coches y haces bonita la calle, lo primero que pasará es que expulsarás a los vecinos, porque la presión inmobiliaria lo primero que detectará es que se tiene quedar con todos los bajos y todos los pisos que viven en esa casa expulsando a los vecinos. Con lo cual pasa el paradigma absurdo del urbanismo contemporáneo, que la mejora empeora.
— Defender la gente que vive en sus barrios.
— Así es, significa que defendemos a la gente que ya vive en sus casas e incluso incorporamos nueva gente, pero no nueva gente que sea solo los que vienen a hacer turismo, sino que también sea la posibilidad de mezclar distintos, el roce, la interacción, la complejidad, la densidad.
— Porque las ciudades están llenas de fronteras.
— Tiene que ver con la porosidad de la ciudad, con este tema de los confines y eliminar y diluir las fronteras. Eso ha sido parte también de nuestra estrategia vinculada a los planes en los que están vinculados la reflexión sobre las grandes autopistas urbanas o los accidentes geográficos que han guetizado el territorio porque la diversidad fronterizada provoca guetos.
— Los barrios cerrados, que son recintos donde me aíslo de lo que no quiero ver o de los que no son como yo.
— Entonces, intentar diluir toda la estructura de recintos que las ciudades a menudo construyen es una cosa fundamental.
—¿Qué percepción tienes de San José, de lo que has visto?
— ¿Cuál es el fermento de San José, el lugar desde donde crecer? porque a mí me da la sensación, paseando por San José, que está mucho mejor de lo que la gente de aquí dice. Habláis con un dramatismo de los coches, que es un desastre, de la seguridad que es un desastre, de los edificios patrimoniales que son un desastre. Yo no lo veo tan desastroso, para empezar, y veo una cantidad de oportunidades maravillosas.
— La cuidad del futuro es la que tienes enfrente.
— Yo hacía siempre lo mismo, me llevaba a las personas a la ventana y les decía, mira, la ciudad del futuro es esta que ves. El país tiene que meterse en la ciudad, no la ciudad en el país. Lo que tenéis que hacer es que las grandes virtudes que mundialmente reconocen de este país se tienen que meter en la ciudad.
— El fermento está entonces.
— Porque efectivamente estáis rodeados de una maravilla de país y tenéis unas cosas que ya están en la ciudad, que tirando de ellas, unos árboles, de golpe ves unos árboles y dices, pero ¿de dónde ha salido esta maravilla? Hay que poner un letrero y monumentalizar el verde y convertirlo en una infraestructura que conecte con todos estos lugares que están fuera de la ciudad como una manera de regenerar lo existente.
— ¿Y la infraestructura existente?
— Los edificios hay que reciclarlos, hay una cantidad de edificios que están vacíos, que están llenos de bodegas, que podrían perfectamente reconvertirse y luego hay que repoblar y re densificar, pero hacerlo de una manera concreta, hay que revisar los planes para que ese verde y para que esa lógica de esas calles sean realmente estrategias de regeneración que pueden ser ejemplos y modelos para otras ciudades en el mundo. Aquí la ciudad es suficientemente pequeña y tiene suficientes virtudes para que el camino que tracéis se convierta en modélico.
— ¿Cómo desarrollar proyectos urbanísticos donde no sea solo “la ciudad bonita en los lugares bonitos”? Esa dificultad de acceder a los barrios populares, sectores que los toma la criminalidad.
— Efectivamente, yo creo que hay un camino doble, que también pasamos por ahí nosotros en los 80, que es, por un lado, regenerar y repoblar el centro, y por otro lado, recuperar y alcanzar la urbanidad que llegue a esos lugares donde parece que la ha perdido. Lo que decimos, casas sin ciudad y ciudades sin casa, una doble condición terrible que pasa que los centros donde hay ciudad está despoblada y a los 8 de la noche se convierte en un paisaje dantesco, porque nadie vive ahí, y en cambio, lugares donde vive la gente, que son las afueras, no hay ciudad, porque no llega la urbanidad.
— Entonces, ¿cómo hacer ese doble camino?
— En Barcelona, en su día, en los 80, se dijo recuperar el centro y monumentalizar la periferia. Este es un concepto muy bonito, ¿cómo monumentalizar? Suena un poco paternalista, pero si te imaginas que es convertir en identidades consistentes, urbanas, conectadas con la ciudad, esos lugares que parecen olvidados, parece que el monumento re simboliza una manera de conectar. Pensar en esa lógica, o lo que hizo Medellín, conectar con infraestructuras, y alrededor de esas infraestructuras culturales, como los parques, bibliotecas, que se colocaban en lugares donde nunca un político había andado, y el alcalde de esa ciudad se puso a andar en esos territorios y colocó piezas fundamentales, que a partir de ellos, como una metástasis positiva, hablaban de que esa manzana sana iba curando, iba enraizando, con nuevas identidades, con nueva simbología, con nuevas conectividades, con nuevas infraestructuras, con nuevos equipamientos, y sin duda, con nuevas viviendas, o con mejoras de las viviendas existentes, acababa reconectando con estos lugares.
— Existen muchos planes en nuestra área metropolitana de mejoramiento, de reconexión con lo ambiental, por ejemplo, el corredor biológico interurbano, que buscan articular un verdadero cambio con lo que tenemos.
— Aquí podéis fácilmente poner casos pilotos, que sería bonito empezar a experimentar, y hacerlo además con una herramienta que tenéis, que sois expertos, que sería la biodiversidad, y meter eso en la ciudad, meter ese argumento en la ciudad, como la materialidad fundamental con la cual articular este cambio.