Por Alejandro Arguello Aguilar – Estudiante de la carrera de Derecho
¿Cuál es el papel que han desempeñado las relaciones entre mujeres y hombres o entre personas del mismo sexo en el área laboral? En este artículo, se analizará el rol que ha tenido la diferencia de género, que produce cambios en los valores, normas y culturas sociales, en favor o no del avance de nuestra sociedad hacia la igualdad de género.
Es de gran importancia destacar las relaciones de poder dentro de las relaciones humanas y principalmente de las parejas que comparten un mismo ideal en los asuntos económicos; las diferencias y las consecuencias económicas entre los hombres y las mujeres que llevan una participación generalizada del trabajo y el poder de una sociedad heterogénea. La familia debe realizar una buena administración de los recursos económicos, por cuanto, la mujer que trabaja en un puesto igual al de un hombre no llega a obtener la misma remuneración, sino, al contrario, recibe menos. No solo existen barreras económicas, también existen otras barreras como la falta de presencia de mujeres en trabajos en el gobierno estatal y local. Además, la pobreza que viven las mujeres y su limitado acceso a los puestos de decisión son algunos de los factores que provocan la desigualdad de género.
Con el fin de garantizar los derechos humanos de los hombres y las mujeres, se establecen políticas públicas destinadas a una igualdad real. El cambio social debe ir de la mano con los cambios de comportamiento de las relaciones entre hombres y mujeres. Un reparto equilibrado de las actividades laborales es decisivo para una verdadera conciliación de vida laboral. Debe haber igualdad de oportunidades para los hombres y para las mujeres, y deben ser iguales sin recibir ningún tipo de discriminación por su género. Este es uno de los objetivos que persigue la Declaración Universal de los Derechos Humanos de Naciones Unidas.
Sin embargo, en la actualidad, hasta en los países más desarrollados sigue existiendo desigualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, producto del patriarcado. Las prácticas de desigualdad se mantienen porque la mayoría de los puestos de decisión son dados a los hombres, aunque para ello hayan tenido que quedarse en el camino cientos de mujeres igualmente preparadas.
En términos de igualdad, la discriminación no sólo se produce entre hombres y mujeres, como sujetos sexuales, sino también entre personas con diferentes identidades y géneros sexuales: gays, transexuales, asexuales, etc. La creencia de que la homosexualidad “está mal”, no sólo la convierte en inaceptable e indeseable, sino que tiende a justificar los factores socioculturales discriminatorios. La comunidad LGBT enfrenta una serie de necesidades y problemas sociales que generan un ambiente contrario y violento poniéndolos en una posición de desigualdad social. La discriminación, la desigualdad de trato y a las actividades sociales y culturales que se les niegan o restringen a los miembros de este grupo son motivados por razón de su orientación sexual. Nuestra sociedad censura todo aquello que no les parece, y esto conduce o a la discriminación de la población homosexual.