Por Ricardo Aguilar - Estudiante de la carrera de Derecho
La recaudación de tributos es de gran importancia para todo Estado, ya que le permite captar los recursos necesarios para su funcionamiento. En el caso de Costa Rica se ha implementado un modelo que, si bien le ha permitido funcionar al país, no ha dado los mejores resultados. Las rentas se dividen entre rentas de trabajo que, de igual forma, se denominan rentas personales, rentas ganadas y rentas de capital. Por lo anterior, resulta evidente que debe migrarse a un nuevo modelo, como puede ser el modelo dual aplicado por los países nórticos, que tiene como finalidad aligerar la recolección de los tributos como un canal más organizado, seguro y eficiente, donde cada contribuyente pague el impuesto de renta en proporción a sus posibilidades o capacidad económica. Los impuestos duales (ID en adelante) se caracterizan por separar explícitamente las rentas del contribuyente en dos bases imponibles con tratamientos diferenciados, sometiendo las rentas salariales a una tarifa progresiva y las rentas del capital a un tipo proporcional.
Es importante recalcar que la característica principal del modelo dual es su facilidad para ajustarse a todo tipo de situaciones y estructuras sociopolíticas, lo que ofrece una gran variedad de soluciones y versatilidad de adaptación. Además, el modelo dual contiene muchos beneficios y le facilita al Estado poseer los recursos necesarios e indispensables para poder contribuir con todos los gastos de necesidad pública. Gracias a este modelo, no solo disfrutan de sociedades cohesionadas y con cifras envidiables en multitud de métricas, como pobreza o desigualdad, sino que tienen los recursos necesarios y suficientes para poder financiar su gasto público social. Por lo tanto, el diseño de un sistema tributario dual facilita el cumplimiento de las obligaciones.
El sistema dual permite una administración más eficiente. Además, disminuye la posibilidad de arbitrariedades de parte de los contribuyentes. Al utilizarse este sistema los ciudadanos verán menos atractivo tratar de disfrazar sus fuentes de ingreso en busca de un tratamiento más favorable. Es importante considerar que el sistema dual se caracteriza por separar explícitamente las rentas del contribuyente en dos bases imponibles diferenciados, mientras que los impuestos sintéticos no hacen distinción en función del origen que pueden poseer las rentas que lo integran, y se mide por la eficiencia, la equidad y la sencillez del impuesto.
Ahora bien, parte del sector empresarial ha manifestado su preocupación en el sentido de que consideran que la incorporación de un sistema global dual afectaría al sector de la clase media, pues reduciría los ingresos de este sector —al bajar el mínimo exento para los asalariados de ¢842 mil mensuales a ¢683 mil—, con lo que el impacto sería mayor. Sin embargo, este impacto no se da por el modelo, sino por la escala escogida en el proyecto presentado. Con solo modificar la escala a un nivel más acorde con la realidad nacional se podrían obtener todos los beneficios del sistema dual sin causar una mayor afectación a los distintos sectores. Asimismo, el Estado con la implementación de este sistema captaría más recursos.
En definitiva, incorporar este sistema mejoraría significativamente el modo de vida de los costarricenses. Al implementar este tipo de impuesto, se generarían más oportunidades de encontrar empleos estables, en vista de que existiría más demanda en las distintas empresas. Asimismo, la utilización de este sistema trae como consecuencia que exista una sociedad más justa e igualitaria, dado que, como se mencionó anteriormente, cada contribuyente estaría aportando acorde a sus posibilidades.