Por Navid Casasola Herrera - Estudiante de Maestría en Gerencia de Proyectos

La vida tiene muchas etapas, pero por lo general siempre hay un punto en el que las personas inician a gestionar mejor sus finanzas. Comúnmente esto sucede cuando se emprende un proyecto, y aquí hay varias fases, entre ellas está la planificación, la ejecución y el seguimiento y control, pero sobre todo es necesario el conocimiento financiero estándar que les permita a las personas tomar buenas decisiones sobre sus proyectos, objetivos y metas.

En términos generales, son muy pocas las personas que llevan un control riguroso de sus finanzas, y probablemente la mayoría realiza gastos innecesarios y sin una planificación adecuada que permita optimizar los recursos y generar un ahorro. Es posible que la parte cultural interfiera; sin embargo, el mayor problema es la falta de conocimiento sobre el tema, lo cual está estrechamente relacionado con una mala administración de nuestras finanzas. Al tener la idea del proyecto, las personas crean un plan con los objetivos claramente definidos, se hacen valoraciones económicas, presupuestos ajustados a la realidad financiera que cada uno posee, ya sea mediante sus ahorros, préstamo o cualquier otra alternativa que tenga. Ahí surgen los términos liquidez, tasa de interés y endeudamiento. Las valoraciones económicas y presupuestos se definen muy bien desde la conceptualización de la idea de proyecto, se valora si el costo es muy alto y si existe la posibilidad de hacerlo a un menor costo sin dejar de lado los objetivos.

Si se mantiene como objetivo un proyecto, se debe hablar de recursos financieros, porque se va a utilizar el dinero que ingresa y es necesario considerar el nivel de gasto que se realiza, y porque si es mediante un crédito, por lo general el banco solicita información de ingresos y gastos para determinar sus posibilidades de pago. Conocer sobre sus recursos financieros es parte de la gestión de vida que se puede implementar, saber cuál es la situación financiera actual, cuáles son los ingresos y egresos. Además, el diseño del plan financiero del proyecto para el cumplimiento de los objetivos y metas idealizadas con los que se inició también es parte de la disciplina para que el proyecto sea ejecutado financieramente de acuerdo con la planificación que se realizó. Es de suma importancia, en la ejecución del proyecto personal, no perder el control de las finanzas, esto implica que en todo momento se debe saber el monto con el que se cuenta y en qué se ha gastado, de tal forma que se mantiene un balance y el presupuesto del proyecto no estará comprometido. Cuando se hace la planificación, que considera el presupuesto, siempre se realiza en función de lo que se tiene para ejecutar el proyecto. En cualquier etapa de la vida es necesario mantener un buen registro como parte del seguimiento y control, lo que permite implementar otras estrategias en caso de ser necesario.

Las finanzas en la vida personal son parte de una herramienta para alcanzar plenitud, por lo tanto deben tener objetivos bien definidos, y un seguimiento que les permitan a las personas acercarse más a la meta principal, en este caso el cumplimiento de un proyecto específico o incluso de forma general en la vida económica, que puede ser la estabilidad económica o incluso la independencia financiera, un peldaño más arriba de la estabilidad económica. Para una gestión financiera personal, se debe trazar y seguir un plan que sirva de escalera para lograrlo. El mayor secreto es tener disciplina, para adquirir buenos hábitos financieros, como puede ser el ahorro, que permitir el desarrollo de proyectos. Depende de cada persona que la planificación se lleve a cabo eficazmente, pues es la única responsable de alcanzar su propio bienestar financiero. La mejor manera de tener constante una disciplina de ahorro consiste básicamente en definir la meta y el objetivo de cada ahorro, préstamo o inversión que se haga.

En conclusión, la gestión personal de las finanzas se presenta a lo largo de la vida, por lo que cuanto antes se inicie con las buenas prácticas es mucho mejor; esto permite el cumplimiento de más metas, pero manteniendo la tranquilidad financiera. Lo primero que se debe hacer es conceptualizar la idea, y definir los objetivos (puede ser comprar o construir una casa, comprar un vehículo, estudiar). Se puede establecer como meta una fecha o una edad, para incluso ser más realistas y, antes de realizar gastos innecesarios, pensar en el proyecto.

 

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