Por Sebastián Solís Rodríguez – Estudiante del Wellness Club de ULACIT
Vivimos en una época en la cual todo gira alrededor de la tecnología. Desde antes de la pandemia el mundo funcionaba de igual forma con tecnología de alta gama; pero, en el 2020 cuando llegó la pandemia, se empezó a virtualizar absolutamente todo, por ejemplo, las clases, los trabajos, la universidad y escuelas, etc. Debido a esto hemos tenido que adaptarnos para poder tener una vida relativamente parecida a la que teníamos hace unos meses atrás. Hay muchos retos y desafíos cuando se trata de la virtualización en muchos aspectos. La falta de contacto físico nos puede afectar drásticamente porque para muchas personas (incluyéndome) el lenguaje para demostrar amor hacia una persona es el contacto físico. Por esta misma razón hemos tenido que aprender cómo tener calidad de vida con la virtualidad.
Tenemos muchos retos y desafíos para poder mantener relaciones afectivas positivas en medio de la virtualidad. Algunos de estos retos son tratar de mantener la misma relación sana y con buena calidad sin poder ver a la pareja o a los propios amigos. No es lo mismo realizar actividades con sus amigos/parejas viéndolos pasar a una virtualidad donde lo único que podemos hacer es vernos por medio de videollamadas o mensajes. Como mencioné anteriormente, esto es un gran reto para poder mantener una relación afectiva.
Otro reto que podemos evidenciar en plena pandemia es cómo la calidad de vida nos afecta en nuestras vidas por no salir y no poder realizar nuestras actividades de un día normal. Ir al gimnasio, ver a los amigos, realizar cualquier tipo de actividad fuera de nuestras casas se vio comprometido y ahora si salimos es con mascarilla y estando distanciados de las personas.
De igual forma podemos ver algunos desafíos de vivir nuestras vidas de manera virtual. La mayoría de las personas, para tener calidad de vida y relaciones positivas necesitamos despejarnos, por medio del ejercicio. Yo soy una de esas personas que siempre ha sido muy activa, en cualquier tipo de deporte, y he visto cómo el hacer ejercicio me ayuda con mi vida personal para tener un mejor desempeño en todo sentido. Pero desde que todo se volvió virtual, no les puedo mentir, hacer cualquier tipo de rutina en sus respectivas casas no es lo mismo que ir a un gimnasio y tener acceso a las máquinas. Eso ha sido un desafío tan grande que muchas personas han perdido la motivación para seguir adelante con sus vidas sanas y, por ende, pierden calidad de vida y sus relaciones afectivas no vuelven a ser como antes. Todo esto está conectado a un mismo lazo. Si no tenemos calidad de vida no vamos a tener una relación afectiva positiva. De igual forma, si no tenemos relaciones afectivas positivas tampoco vamos a poder tener calidad de vida. Necesitamos encontrar un balance entre todo esto para empezar a tener mejor calidad de vida en plena época donde todo es virtual.
En conclusión, como seres humanos siempre hemos podido evolucionar para poder sobrevivir cualquier catástrofe. Siento que la virtualización es una de esas etapas donde tenemos que aprender a tener calidad de vida para poder seguir adelante y, lo más importante, poder tener relaciones afectivas positivas. Porque si no encontramos alguna forma de tener una vida normal durante esta virtualidad nunca vamos a poder avanzar como sociedad y como seres humanos. Por más complicada que sea la situación, siempre hay una solución para salir adelante. La calidad de vida es la clave para tener una vida saludable, sana y próspera. No podemos dejar que algo de esta magnitud nos afecte de manera que no podamos ser felices. Tenemos que estar agradecidos de tener salud, familia y amigos al lado. Aunque no podamos verlos mucho como antes, siempre van a estar ahí para nosotros, y a eso yo le llamo tener calidad de vida al máximo. Una mente positiva equivale a calidad de vida y, por ende, a relaciones afectivas positivas.
