Casa Baltodano Agüero se ubica en el centro de Liberia.
Una casona de bahareque en el corazón de Liberia, fue declarada Patrimonio Histórico-Arquitectónico de Costa Rica, este 14 de marzo mediante la publicación en el diario oficial La Gaceta del decreto N° 43895-C.
Se trata de la Casa Baltodano Agüero que como otras construcciones de su época, fue producto de un paradigma arquitectónico y estético que acompañó el surgimiento de la ciudad de Liberia, según determinaron la historiadora María Soledad Hernández y la arquitecta Ileana Vives, funcionarias del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural encargadas del estudio.
Según las expertas, sus orígenes se encuentran ligados al contexto histórico-social que produjo la consolidación de las haciendas ganaderas en la Villa del Guanacaste, hoy la Ciudad Blanca, para la primera mitad del siglo XIX. La casa ha sido un epicentro social, cultural y político; en parte por su ubicación privilegiada en el centro de la ciudad, y por su emblemático balcón, testigo de fiestas, celebraciones y transformaciones vividas por la sociedad liberiana.
Además, detallaron que fue construida entre 1840-1850 por la familia Alvenda, una de las familias fundadoras del poblado que hoy se conoce como Liberia. De ello se desprende su enorme valor, pues la casa se sitúa en el surgimiento mismo del centro histórico y el trazado urbano de la ciudad.
La declaratoria de la casa Baltodano Agüero se fundamentó en la necesidad de preservar y de poner en valor los saberes constructivos y a aquellos portadores de tradición asociados a la arquitectura en tierra, al uso de materiales sostenibles y amigables con el ambiente, así como, la historia y la memoria cultural de festividades, desfiles y actividades que desde hace dos siglos se celebran en las calles de sus barrios más emblemáticos, y que tiene profundos significados para la comunidad liberiana.
Las casas de adobe y bahareque que todavía hoy se preservan en la ciudad de Liberia en Guanacaste, hacen parte de un paisaje cultural que pone en diálogo los valores del patrimonio construido, del patrimonio cultural inmaterial, y, del patrimonio natural, que posibilitó el desarrollo de toda la región”, indicaron.
Para la declaratoria, las investigadoras concluyeron que este inmueble posee un significativo valor cultural y ha preservado elementos fundamentales de su tejido histórico, de su diseño original y de los materiales comúnmente utilizados en la arquitectura de bahareque de las casas liberianas de siglo XIX.
Por su parte, Arístides Baltodano Agüero, codueño de la propiedad y quien habitó la casa de niño, al enterarse de la declaratoria contó que su familia estaba preocupada por cómo preservar la casa para la comunidad. Asimismo, detalló que, al ser una de las pocas casas de hacienda que quedan en Liberia y de las primeras casas que hubo, la propusieron para que fuera considerada como patrimonio histórico-arquitectónico.
Obviamente, cumplir con ese proceso, que llevó varios años, nos llena de gran alegría, porque si se llegara a vender, el patrimonio sigue ahí y nadie podría botarla. Eso le da la seguridad, la certeza a la comunidad liberiana, de que se conservará, porque es una casa histórica, protagonista de todos los eventos importantes de Liberia”.